Alí
Primera en el “Sangueo para el regreso” decía “el pueblo es sabio y paciente” y
a la luz de lo que hoy sucede decimos que es muy paciente. Hay que hacer una
muy buena lectura sobre el comportamiento de nuestro pueblo en estos tiempos de
crisis, para no correr el riesgo de la insensatez. El quietismo, la tensa calma,
pareciera conformismo, pero la gente lleva la procesión por dentro y puede
responder cuando menos lo esperamos.
Densos
sectores padecen, con sobradas razones, de ansiedad, ella se refleja en un
inmenso deseo por que haya cambios, que al no producirse, causan frustración,
desesperanza, resignación e indiferencia. ¡Ojo! los cambios no sólo son
anhelados por opositores al régimen, buena parte del chavismo quiere que el
gobierno lo haga bien. Lamentablemente los deseos no transforman realidades.
Por ello es bueno que reflexionemos, ya no tanto por la manifestación concreta
de los problemas, sino sobre los intríngulis y las complejidades de la realidad
subjetiva, que va mucho más allá de la pobreza, de las colas, de la
inseguridad, de la corrupción o de la represión que el régimen ejerce.
El
análisis profundo de los problemas ha sido suficientemente plasmado a través de
los diversos mecanismos de comunicación con que contamos, se han debatido sus
causas, sus consecuencias e incluso se han señalado las soluciones que se
requieren para que el país salga adelante, lo cual ha significado un paso
importante en los largos años de lucha que la sociedad ha desarrollado. Pero al
parecer, no se ha hecho todo lo debido y faltan algunas condiciones para dar el
cambio definitivo, sobre todo las que guardan relación con el mundo de la
subjetividad, allí encontramos el primer signo, y está vinculado a la
inexistencia de diálogo en la sociedad, lo cual ha sido un freno para el país.
El diálogo es previo a cualquier proceso de reconciliación y de
despolarización, pero hemos sido incapaces de desarrollarlo, debido a que no
reconocemos al otro y viceversa.
Y
el primer paso en esa dirección tiene que darlo quien busca el poder, es decir
al liderazgo opositor, quien conoce muy bien de su importancia y de las
complejidades que existen, pero sigue atado, hasta ahora no ha podido
conectarse con el otro. Además, al interior coexisten sectores con posturas
extremas que a pesar de ser minoría, hacen daño, ejemplo, quienes plantean que
ya no hay chavistas en el país, o que siempre los dueños del poder ganaron
elecciones por trampas, lo cual niega de plano cualquier diálogo, porque según
ellos el otro no existe. Desde esa perspectiva todo es lineal, no hay matices,
ellos resumen todo en sacar a unos tipos del poder y sus discursos son más
insultantes e irrespetuosos contra líderes de la oposición que los realizados
por la cúpula gobernante. Igualmente ocurre con sectores afectos al régimen,
que se niegan a escuchar otra versión de la realidad que no sea la de sus
jefes, es algo digno de estudios sociológicos y psicológicos, pero sin ir muy
lejos, se trata de un resentimiento inducido desde el poder, a través del
bombardeo constante y sistemático que se hace por la red nacional de medios públicos.
Además
de estos desencuentros y de los problemas acumulados antes señalados, notamos
el segundo gran obstáculo para el cambio, se ha instalado en la sociedad una
cultura de la sobrevivencia y del dinero fácil, que costará tiempo derrumbar,
se han reforzado antivalores peligrosos, se perdió el valor del trabajo y del
respeto por la vida, la gente se aprovecha de las circunstancias y busca
resolver sus carencias a costilla de quienes también sufren penurias, no
descarga sus angustias contra los responsables de la crisis, sino contra otro
compatriota. Pareciera haberse extinguido la idea de nación y del desarrollo,
no me refiero a la cúpula corrupta que no siente el menor interés por el país,
sino a los vicios diseminados en la sociedad, que se han traducido en un
círculo vicioso, si no hay producción se bachaquea y se especula con el dólar,
y la obtención del dinero fácil se convirtió en el mecanismo que frena la
producción y cualquier proyecto de desarrollo que genere empleo y bienestar,
cabe preguntarse ¿seremos un país destinado a la dependencia por la eternidad?.
Y
un tercer obstáculo es el señalado por algunos criminólogos, sobre la
existencia de 5 micro Estados de la violencia, que se autogobiernan a través de
códigos antihumanos y ejercen poder sobre el Estado formal.
De
tal manera que el asunto es mucho más complejo que llegar al poder, pero
necesariamente para dar inicio a la construcción de un nuevo país, con nuevos
valores hay que lograr un gobierno cónsono con los sueños de quienes aspiramos
un cambio de rumbo.
Golfredo
Davila
golfredodavila@gmail.com
@golfredodavila
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, UNIDAD NACIONAL ALTERNATIVA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD, VENEZUELA, INTERNACIONAL, NOTICIAS, ENCUESTAS,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.