¿Amigo venezolano, tú que quizás eres de los
pocos que leen los periódicos diarios venezolanos, ¿Qué te sale de la mente
cuando piensas en la pobreza, en la indigencia, en la escasez de alimentos y
medicinas y en la penuria de uno u otro compatriota?
¿Qué opinarías tú, de
lo que estarían pensando muchísimas personas, quizás, familias enteras de
nuestro país que no pueden, ni han podido por la escasez de ingresos hacerle
frente a los gastos indispensables de su hogar y de la casa, teniendo que hacer
colas, colas y mas colas, para poder comprar dos paquetes de harina PAN para
hacerse las arepas, y comprar la margarina, y el aceite entre tantos productos alimenticios
que hoy desaparecieron de los anaqueles de los supermercados y bodegas del
país?
¿En qué crees tú qué pueden estar pensando
igualmente, aquellas madres, muchísimas madres venezolanas que se rebuscan de
cualquier manera en ilegales puestos de trabajo establecidos en andenes de los
espacios públicos, para poder cotidianamente lograr estirar el poco dinero que
se gastan para la comida diaria de los suyos y poder hacer las colas donde los
bachaqueros le revenden los paquetes de pañales para sus pequeños y al precio
que les da la gana.
¿En qué estamos
pensando los venezolanos de las distintas regiones del país, de aquellos niños,
jóvenes, ancianos y adultos que desde hace varios meses no prueban un bocado de
comida buena o saludable, ni aun de comida básica, chatarra o económica?
¿Qué crees tú
venezolano, que piensan los jóvenes universitarios, cuando observan a sus
vecinos, padres de familia profesionales que están trabajando, pero el dinero
no les alcanza para nada, lo cual no les permite vivir adecuadamente como debe
ser?
No podemos
equivocarnos más, ¿hasta cuándo? sin duda alguna, estas complejas situaciones y
cuestionamientos que expreso en este artículo existen en cada uno de nosotros
en nuestras ciudades, en nuestro barrio, en nuestro Distrito, en nuestro
Municipio o en nuestra Parroquia y más aún en los pueblos y en todo el país.
Ahora bien, que crees
tú amigo que me lees en este momento, que siente una persona en situación de
pobreza o en cualquiera de sus formas; pues bien, estoy segura que produce
varias emociones que hacen sentir en el hombre o en la mujer, ya sean jóvenes o
adultos, varias formas de desesperación, frustración, rabia, ira, indignación,
sufrimiento, dolor, depresión, humillación, desaliento, desconsuelo, odio,
furia, cólera, hostilidad, amargura, rencor, sentimiento de venganza, y quien
sabe cuántas más…
Evidentemente todos
sabemos que la pobreza es un tema de problemas muy graves y donde existen
varios motivos muy complejos. Por ejemplo, la pobreza no te permite de ninguna
manera progresar, ni mucho menos crecer, ni vivir tranquilo en completa paz y
armonía. Vivir en un estado de pobreza es habitar como en el infierno, vivir en
el infierno esperando recibir en cualquier momento un ingreso económico,
seguramente muy temporal. Y le pregunto yo, a usted que todavía se muere por un
comunismo trasnochado que le llevó a la ruina ¿Sigue siendo tan crédulo, es tan
ingenuo que piensa que el comunismo se lo dará algún día? Amanecerá y veremos
ingenuidad ¡
Zenair Brito Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito
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