Cuando comienza el viaje de nuestra vida, van
apareciendo las sorpresas, las hay de todo estilo y por eso es conveniente
prepararse para manejar, con equilibrio, cada reto. Se yerra y se acierta: lo
importante es aprender.
Nunca
pierdas el norte amigo lector, no deseches tus sueños ni mucho menos los
cambies dejándote inducir por otra música que no es la tuya. No sucumbas por
debilidad.
Siempre, a través del camino, habrá
estaciones para tomar nuevo aire y reconfortar al espíritu. Encontrarás seres
bondadosos, justos y rectos, con los cuales no tendrás mayores dificultades, y
es con ellos con quienes deberías intentar permanecer más unido.
Las personas que se centran en construir, a
través del amor, no malgastan su tiempo en bajezas. También, te encontrarás con
seres oscuros, de negativos sentimientos, envidiosas miradas, nefastos
rencores: muy peligroso para el equilibrio pues te pueden invadir en momentos
de debilidad y ponerte a su merced: no dejes que la indignación, que acompaña a
la injusticia que soportarás en ocasiones, haga carrera en tu alma hasta el
punto de rebajarte al mismo nivel de quienes agreden.
El malestar y la molestia que ellos lograrían
despertar en tu corazón podrían llevarte a perder tiempo y calidad en el
proceso de tu viaje logrando distraerte en confrontaciones, muchas veces
dirigidas a desestabilizarte.
No intentes cambiar a nadie, cambia tú amorosamente
sin negociar los principios. No intentes ganar simpatías o pagar favores a
través de injusticias.
La vida no restituye el tiempo perdido y por
eso, si no vas fortaleciendo tu espíritu y aprendiendo a medida que creces,
puedes arriesgarte a quedar atrapado en metas inútiles y parásitas para tus
sueños, para tus logros.
No seas juez de nadie, no te confabules, no
cobres deudas ajenas, no planees daños ni venganzas. Y si lo hacen contra ti,
mantén la cordura.
Recuerda: “cuando los dioses te quieren
destruir, primero te enfurecen”. Es ahí donde quedará a prueba quien eres hoy
en realidad y que has aprendido; que tan vulnerable sigues siendo, que tanto
has crecido.
Solo quien realmente te ama, se alegra con
tus éxitos o lamenta tus errores sin tratar de sacar partido de ellos en ningún
sentido. No existe nadie que no se equivoque, sólo basta con saberlo para
entender que solo hay un Dios y ese no eres tú ni tu prójimo.
No le vendas tu alma a nadie. No desees que
otros sucumban pues eso supondría que te dejaste confundir con músicas profanas
a tu inicial proyecto de vida, además de alimentar con malos sentimientos a tu
corazón y así desestabilizar tu armonía.
Si debes defenderte, hazlo con la altura y
madurez de tus calidades y con toda la contundencia que la verdad de tus
argumentos te prodigue.
Y aprende a perdonar, o al menos a intentar
entender que motivos hubo en otros corazones. Trata de apartar sentimientos de
odio o rencor y entiende que las sorpresas que van apareciendo en el viaje son
lecciones que de ti depende asimilar o desechar.
Entre
más equilibrio hayas logrado, más justo hayas sido, más bondad hayas
proyectado; más paz y felicidad llegarán con tu cosecha.
Zenair Brito Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito
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