BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

martes, 6 de enero de 2015

LUIS EDUARDO MARTÍNEZ HIDALGO, NO MAS GUERRAS

LUIS E. MARTÍNEZ H.
Es tradición en buena parte del mundo occidental, con motivo del año nuevo, solicitar doce deseos que en el caso de Latinoamérica se hace al tiempo de comer doce uvas. Probablemente, en muchísimos hogares venezolanos no fue posible disponer de las uvas pero con seguridad cada uno de nosotros si formuló sus doce deseos.

En su primer acto del 2015, en Roma, el Papa Francisco hizo público un solo deseo: “Que no haya más guerras” rogó, al tiempo que señaló: “La Paz siempre es posible, tenemos que buscarla”.
Los grandes medios internacionales, vinculan el llamado del Papa a los varios conflictos armados que sacuden distintas regiones del mundo y/o a los que lucen probables en los próximos meses. Las miradas se posan en Ucrania, Pakistán, Irak, Afganistán, Yemen, Somalia, Corea del Norte/del Sur, como todos los años desde hace décadas en el medio Oriente, prestándo especial atención a los sanguinarios grupos de Boko Haram o Isis, sin descuidar al gigante ruso que, agobiado por las dificultades  económicas, pudiera verse tentado a emprender una aventura militarista.
Hoy, ningún analista mirará hacia nuestro país como posible teatro de guerra, de guerra convencional agregaría yo, por lo que pudiéramos sentir que en lo que a nosotros se refiere, el deseo del Papa no aplica: como no hay ni se prevé que nos involucremos en una guerra –y no menciono a la económica porque esa no se la cree nadie-  el “Que no haya más guerras” de Francisco, pudiéramos pensar, no nos toca.
Conviene, sin embargo preguntar: ¿realmente no es Venezuela, escenario de guerra?
¿Los miles de muertos, caídos por la acción de una delincuencia que cada día se hace más fuerte, no son víctimas de una guerra implacable que el malandraje adelanta contra la familia venezolana?
¿Los miles de huérfanos, de viudas –que cada semana son más- resultado de la acción del hampa desbordada no lo son acaso de un acto de guerra?
¿Es qué por el número de caídos bajo su acción, por la violencia y la crueldad asociada, los muchos asesinos que campean, en nuestras ciudades, no merecen ser calificados como criminales de guerra? ¿Y qué decir de los pranes que ya no solo azotan en las cárceles sino que aterrorizan a distintos sectores de la vida nacional?
Cuando se publiquen las cifras de los homicidios del 2014 -todo indica que serán más de los 24.763 del 2013 o los 21.692 del 2012- veremos un parte de guerra con un número de bajas superior a varios de los conflictos armados que se dieron en otras latitudes, en el mismo período.
Si hay entonces una guerra en Venezuela, la que los delincuentes declararon y adelantan contra los hombres y mujeres, contra los jóvenes, incluso los niños, de bien. Nadie por cierto, está a salvo, en esta confrontación: oficialistas u opositores, ricos o pobres, empresarios o trabajadores, citadinos o campesinos, sufren idéntico riesgo. Igual suerte corrieron, y el dolor fue el mismo para los suyos, Mónica Spear que Eliecer Otaiza, José Marcano, obrero sin empleo, que cayó tiroteado en el barrio El Bombillo de Petare que Jesús Fernández, odontólogo retirado, masacrado en su casa de Maturín.
El Papa Francisco también pidió que Dios "conceda la Paz a nuestros días: Paz en los corazones, Paz en las familias, Paz entre las naciones" pero en el caso de Venezuela, no habrá Paz verdadera mientras la gravísima inseguridad, que a todos afecta y amenaza, no sea abatida, mientras esta guerra por lo demás desigual no concluya de la única manera posible: derrotando al delito.
Hay un gobierno nacional, hay gobiernos regionales y los hay locales. Si bien en mucho deberían estar de acuerdo y accionar coordinadamente, es en el combate contra la delincuencia, en el terminar la guerra del hampa contra los ciudadanos, que deberían empeñarse más y trabajar más.
En lo que a mí se refiere, mis 12 deseos de año nuevo los cambio por uno solo: que la familia venezolana pueda vivir en un país seguro que así será un país de Paz.
Luis Eduardo Martínez:
vicerrector.ugma.unitec@gmail.com
@rectorunitecve

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.