El año 1958 fue un
año singular no solamente por el restablecimiento de la democracia en
Venezuela sino para su reafirmación. Su sostenimiento se
apoyó en dos principios esenciales: la conformación de un gobierno de
Unidad Nacional y el establecimiento de una Tregua Política,
indispensables para conjurar los riesgos y las amenazas del momento, las fallas
de las experiencias políticas anteriores para así consolidar un nuevo
régimen que contaba con el respaldo de las mayorías
inaugurándose de esa forma en la historia contemporánea del país una era
excepcional de libertades políticas.
Tal y como señalamos
en nuestro texto "El Gobierno Provisorio de 1958",
inmediatamente después del derrocamiento
de la dictadura militar el 23 de
enero de ese año, se conformó en la República un Gobierno Provisorio
al cual la historia debe reconocerle su alto sentido democrático,
el cabal cumplimiento de su misión política y la forma ejemplar como
se condujo.
La situación en la
que se encontraba Venezuela al término de la dictadura y las
amenazas que surgieron entonces para revertir el proceso político
iniciado el 23 de Enero, demandó la formación
de un gobierno serio,
responsable, legalista, integrador, con evidente autoridad moral,
ciudadana y política. Urgía recuperar y hacer efectivos los
derechos y las libertades conculcadas,
la renovación democrática de las
autoridades, el restablecimiento de la independencia de los
poderes y la vigencia de las instituciones.
Igualmente asegurar
de manera efectiva el retorno a la vida ciudadana y democrática, el
reconocimiento de los partidos, la participación de los sectores
nacionales, la formación de un compromiso político que no obstante las
aspiraciones propias de cada agrupación, privilegiase el interés nacional para
consolidar el sistema democrático y apuntalar su viabilidad y
permanencia.
En tal sentido se
concretó el denominado Pacto de Punto Fijo, suscrito el 31 de octubre de
ese año por los tres principales partidos de entonces y que
contenía entre sus propuestas las siguientes:
1) Defender la
constitucionalidad y el derecho a gobernar en conformidad con el resultado
electoral;
2) Formar un gobierno de Unidad Nacional;
3) Establecer y
desarrollar un programa mínimo común.
Como consecuencia de este
acuerdo el país vivió un importante período de estabilidad y
desarrollo político bajo los dictados de la Constitución de 1961.
Si alguna lección se
hacía indispensable aprender en la Venezuela de ese tiempo como
resultado de los errores del pasado: el sectarismo político, la pugnacidad inmisericorde, las ambiciones personales y grupales que
causaron, entre otras razones, la pérdida de la democracia en el año
1948, se encuentra que la lucha por el poder no podía realizarse
desconociendo la necesidad de preservar la institucionalidad
democrática y que la misma evidenciase prácticas, conductas y
resultados consecuentes con las aspiraciones nacionales, la formación cívica
del país y la vigencia del orden democrático tantas veces alterado
en nuestra historia.
Advirtiendo tales
propósitos, entre los importantes logros del Gobierno Provisional
de 1958, resaltan como indicábamos en nuestro escrito, la
elaboración y promulgación de la Ley Electoral; la instrucción de
conductas administrativas acordes con los valores democráticos; la
promoción del diálogo y la unidad nacional; la adopción de medidas
contra el peculado; el otorgamiento de garantías de equilibrio
político, imparcialidad, civilidad, compromiso con el Estado de
Derecho; la defensa de la moralidad
pública y el reconocimiento de las
libertades ciudadanas.
Entre las prioridades
de ese Gobierno, tal y como lo expresó el doctor Numa Quevedo,
meritorio Ministro de Relaciones Interiores, se encontraba: "el
aseguramiento de los bienes adquiridos por el exPresidente
depuesto, y para detener preventivamente a aquellos funcionarios que la
opinión pública señala como presuntos culpables de delitos cometidos
contra la integridad y la dignidad humanas"; la adopción de medidas
que permitieron restablecer: "la confianza nacional en la
probidad administrativa del Gobierno"; el desconocimiento de:
"la herencia recibida, que se apoya en un trípode que suma adulación,
represión y corrupción"; la exigencia a los gobernadores y demás
autoridades de una: "escrupulosa imparcialidad entre las distintas
corrientes de opinión", basada en un: "comportamiento
equilibrado" para: "darle al debate el cauce clarísimo que impone la
democracia".
La orientación y la
acción política del Gobierno Provisorio de 1958 estuvo a la altura de
las exigencias nacionales, conforme al espíritu que inspiró el 23 de
Enero, al saber escribir para bien de Venezuela una página honrosa de
virtud republicana y democrática, necesaria ayer, aleccionadora siempre.
José Félix Díaz
Bermúdez
Jfd599@gmail.com
@jfd599
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