RUBEN CONTRERAS |
En
estos días a la víspera de la navidad, leímos la noticia contentiva de la firma
del Presidente de USA, en relación a la propuesta del congreso de dicha nación,
de sancionar a un grupo de funcionarios del gobierno venezolano, los cuales en
los últimos 16 años, se han encargado de depredar al estado venezolano, asi
como de pisotear la normativa legal de nuestro país, en materia de derechos
humanos.
El
gobierno comunista que actualmente detenta el poder en la patria de Bolívar, de
una manera muy hábil y subliminal, tal como lo ha hecho durante su nefasta
gestión, ha utilizado los resortes del poder que tiene gracias a la hegemonía
comunicacional, para hacerle pretender ver al venezolano común, que USA esta sancionando
al pueblo venezolano, y para ello nuevamente utiliza el slogan manido y
desgastado de que es a los hijos de Bolívar y del nuevo supuesto libertador,
Hugo Chávez, a quienes se pretenden imponer sanciones, buscando con eso crear
un clima de opinión que les permita nuevamente reencontrarse con la masa
decepcionada que todavía a 16 años de gestión chavista y madurista, no
ha podido disfrutar a plenitud del mar de felicidad ofrecido, sino que se
siente depauperada y agotada por las inmensas cantidades de horas hombre
perdidas en las colas obligadas y cotidianas, en la búsqueda de alimentos y
medicinas para paliar sus penurias y para alimentar a su prole, lo cual cada
día que pasa se pone más difícil por la creciente escasez de productos de
primera necesidad e inflación que nos devora a todos, el modesto salario que
devengamos.
La
cuestión es que el gobierno de USA, de una manera inusual, sigue tratando de imponer pautas de
conducta a quienes de una manera despótica usufructúan y mancillan el ejercicio del poder y la
gobernabilidad sin respetar las normativas establecidas, lo cual pudiéramos
decir que tiene a nuestro juicio
diversas ópticas, ya que al ciudadano común, el de a pie como cualquiera de
nosotros, no sentimos que estamos siendo sancionados debido a que no hemos
cometido ninguna tropelía, no hemos robado a nuestra nación.
En cambio sí
percibimos que la casta militar que detenta el poder en la Venezuela actual,
cuyo único fin percibido hasta ahora parece ser el enriquecimiento a costa de
los dineros públicos de nuestro país y también dada su complacencia de
permitirle a las FARC, ser el
aliviadero de sus tropas, asi como el tránsito de la droga que procesan
y distribuyen en el mundo, utilizando como centro de distribución mundial y mampara al régimen cubano, se han
convertido en una peste militar corrupta, ahora sienten o perciben, que se le
acaban los privilegios del disfrute de dichos dineros al congelarle el gobierno
norteamericano la posibilidad de seguir teniendo cuentas y propiedades en dicho
país, en el cual impera la libertad racional, tal como lo expreso Simón Bolívar
cuando tuvo la oportunidad de visitar el país del norte.
Ahora, también pudiéramos decir que el pueblo venezolano está siendo sometido a sanciones, debido a que ya llevamos 16 años mediante los cuales un gobierno primitivo y corrupto nos ha impuesto variadas restricciones, debido a que en diciembre de 1998, en ocasión de elegirse un presidente para que rigiese los destinos del país, un encantador de serpientes cautivo a buena parte de los venezolanos con cantos de sirena, para iniciar un proceso socio político que destruyo la economía y las instituciones del estado venezolano.
Y
esto lo decimos porque ahora los venezolanos deben de salir de madrugada a los
centros de abastecimientos de alimentos y pasar horas en una cola para obtener
los alimentos básicos, y nos estamos sancionado dado que dejamos de hacer otras
cosas que pudieran incidir en nuestro nivel y calidad de vida, cuestión que se
agrava también porque debemos incluir las horas que se pierden buscando
medicamentos o hasta jabón de baño.
Es
decir no es USA que me está sancionado, sino el gobierno venezolano que no me
permite accesar a comprar dólares libremente, asi como tampoco comprar un
boleto aéreo para viajar a cualquier parte del mundo, debido a que el gobierno
no ha querido darle la convertibilidad
de las
ganancias obtenidas por dichas líneas en Venezuela y estas se han visto
en la necesidad de restringir el número de vuelos y de asientos, lo que ha
mermado el flujo de pasajeros asi
como la generación de puestos de trabajo
que también se han desaparecido.
También
vemos las sanciones cuando los funcionarios de cualquier organismo del estado
venezolano, sea este SENIAT, SUNDECOP o cualquier otro, visitan
establecimientos comerciales de
cualquier tipo en inspecciones oficiales
y dejan la triste rémora del matraqueo,
cuestión que ha permitido situar a
nuestro país en condiciones similares a México y a Argentina con las
Mordidas y Coimas, lo cual nos ha colocado en la incómoda situación de ser el
país más corrupto de América Latina,
modalidad que se ha trasladado también en cuanto a las necesidades de
los ciudadanos para la adquisición de
vehículos, de los repuestos y las baterías asi como los artefactos de línea
blanca, quienes deben cancelar dichas mordidas para obtener dichos bienes.
En
suma, las sanciones originadas por la forma de gobierno de estos comunistas se
han convertido en un mal endémico en la Venezuela del siglo XXI, de la misma
manera como el finado presidente pretendía implantar su socialismo, cuestión
que debemos erradicar votando en las próximas elecciones parlamentarias del
2015 por los candidatos de la unidad democrática. Mientras tanto que sigan
sancionando a esos comunistas corruptos.
Rubén
G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras
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