Ubicando algunas Pistas…
Precisamente por un lado Marx critica la
economía política capitalista inglesa de Adam Smith y David Ricardo y del
darwinismo social, expresando que ésta es una visión deforme de la realidad que
aspira a perpetuar a las clases sociales dominantes en su puesto; y por el
otro, sostiene que el planteamiento de Proudhon, Saint-Simon y Fourier,
expresiones del denominado socialismo utópico, es una chapuza puesto que nada
se gana imaginando utopías sino que es necesaria una teoría científica que
explique las causas del cambio social. Asimismo, Bakunin, al contrario que
Proudhon, se enfrentó con Marx en los debates de la I Internacional por la
cuestión del derecho de propiedad privada. Para Bakunin era imprescindible su
abolición y para Marx no, pues en su criterio, llevaría implícita la
desaparición de la herencia. Las ideas anarquistas de Bakunin, aunque fueron
duramente criticadas por Marx, quién sostenía que "el estado es necesario
para que prime el orden", influyeron en el movimiento obrero del siglo XX,
durante la guerra Civil Española. En conclusión, podríamos decir que Marx
critica a los filósofos anteriores por no cambiar el mundo sino limitarse a
interpretarlo y él arrancó de todos ellos, desde Platón hasta sus
contemporáneos, los aportes imprescindibles para formular su doctrina, solo
que, por ejemplo, al comunismo de Platón, preclaramente de élites, y él le otorga primacía a la clase obrera,
resolviendo la contradicción Capital-Trabajo a favor del Trabajo.
La diferencia fundamental entre el anarquismo
de Bakunin y el marxismo es el rechazo de Bakunin a cualquier tipo de gobierno
o autoridad, incluida la dictadura del proletariado propuesta por Marx. Para
Bakunin la sociedad debería organizarse en pequeñas federaciones de productores
y consumidores donde cada cual recibiría un salario según su trabajo. En el V
Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) se produjo la
expulsión de los anarquistas por sus diferencias con los respaldantes de las
ideas de Marx.
Frente al problema del Trabajo, que es agudo
en estas sociedades actuales, Chávez aunque no lo expresó para evitar la
formación de un ejército de desempleados, que en nuestra América tiene un
comportamiento distinto a como pueden expresarse en la vieja Europa, intentó rescatar
en cierto sentido las ideas de Bakunin en lo relativo a organizar a las
comunidades bajo el concepto de comunas de productores y de consumidores, pero
con el aditamento de otorgarles el poder en su ámbito territorial. Lo
fundamenta, filosóficamente, en Nietzsche, al reiterar lo de la "ley del
eterno retorno", pese a que entre ambos existen diferencias sustanciales,
como por ejemplo, para Marx la moral cristiana es un instrumento de opresión de
la clase dominante sobre la clase oprimida y para Nietzsche, al contrario, el
instrumento de los débiles para someter a los fuertes. Para Nietzsche existe
una desigualdad natural entre los hombres que convierte a unos en señores y a
otros en esclavos. Marx diría que esta división entre moral de esclavos y de señores
no es más que una forma de ideología para justificar el dominio de las clases
superiores. Interpretando a través de Nietzsche, para los exegetas del proceso
en liza en el país la condición comunal, busca alejar los escenarios de una
Conmoción Social, dados los antecedentes sobrevenidos durante el sacudón de
Guarenas-Caracas en 1989, dónde se revela la primera expresión social de
rebelión frente a los dictámenes del FMI-BM. Compara nuestra experiencia con la
que actualmente experimentan los europeos, los israelíes y los norteamericanos
que se enfrentan a las políticas neoliberales de sus respectivos gobiernos. Lo
nuestro fue serio frente al marchismo de
los indignados y ocupantes del presente. Nosotros somos caribes. Al interpretar
a otros filósofos distintos del viejo Marx, pretende definir que es marxista de
verdad. ¿Acaso Marx no lo hizo con sus antecesores? Veamos en un apretado
resumen.
Con Platón:
Aunque son evidentes las diferencias en el
plano metafísico (Platón es idealista y Marx materialista) en ambos es común el
intento de llevar a la práctica las ideas políticas. Platón realizó tres viajes
a Siracusa para intentar aplicar, con ayuda de su amigo Dion, las ideas
expuestas en la República. Marx fundó la Primera Internacional, más conocida
como Asociación Internacional de Trabajadores (1864), para hacer posible la
superación de la sociedad capitalista. A ambos es común la idea de que los
filósofos no están sólo para interpretar el mundo sino también para
transformarlo.
El comunismo de la clase gobernante en la
República de Platón se extiende a toda la sociedad en Marx. Para Marx los
hombres son por naturaleza iguales y la propiedad privada no es un derecho sino
un hecho casual que habrá de corregirse en una sociedad perfecta. Para Platón
suprimir la propiedad privada en la clase gobernante permite que estos se
ocupen de lo público y no de lo privado.
Una lectura libre del mito de la caverna de
Platón podría servir para relacionar las sombras del fondo de la caverna y el
concepto de ideología en Marx. Son ilusiones utilizadas para mantener
inmovilizada a la mayoría.
Según Karl R. Popper las utopías de Marx y
Platón son ejemplos de sociedades cerradas, dictatoriales, donde el individuo
está subordinado al todo y cualquier tipo de cambio es imposible.
Con Aristóteles:
Al contrario que el ideal aristotélico de
felicidad, centrado en la contemplación, Marx afirma en la tesis 11 sobre
Feuerbach que los filósofos no han hecho sino interpretar el mundo de diversas
maneras; pero de lo que se trata es de transformarlo.
Con Kant:
La filosofía de la historia en Kant y Hegel
se caracteriza por la astucia de la razón. Por ejemplo, en Kant, es necesaria
la guerra para encontrar el camino de la paz, o es necesaria la insociable
sociabilidad para que sea posible el progreso. Del mismo modo, en Marx es
necesaria la explotación capitalista, el exterminio de pueblos y culturas
enteras como ocurrió en la India, para que pueda surgir en el futuro el
comunismo.
Una de las formulaciones del imperativo
categórico en Kant habla de tratar siempre a la humanidad como un fin y no como
un medio. Para Marx el gran defecto social y moral de las sociedades de
explotación es que no tratan a las personas como fines sino como medios, en
ellas el trabajador es un mero instrumento para producir cosas, y no
propiamente una persona. El trabajador se convierte en mercancía que se vende
al mejor postor.
Con Hegel:
Según Hegel el Espíritu es el responsable del
desarrollo de la historia. En cada época, la política, la moral, la boga en el
vestir, los estilos pictóricos reflejan el nivel de autoconciencia alcanzado
por los seres humanos gracias al Espíritu. Pero, tras servir al Espíritu, la
cultura de una época queda pretérita y surge otra nueva cultura capaz de
aumentar el nivel de autoconciencia del Espíritu. Del mismo modo, Marx afirma
que las relaciones de producción y la superestructura, generadas por las
fuerzas productivas, se transforman por el avance de las estas.
Según Hegel, las relaciones jurídicas (el
Derecho) y las formas del Estado depende de la evolución general del Espíritu:
son etapas dentro del desenvolvimiento del Espíritu objetivo. Sin embargo, para
Marx, la evolución del Derecho y el Estado depende de las condiciones
materiales de vida a las que Hegel llamó "sociedad civil" y cuya
esencia (morfológica) hay que buscarla en la Economía Política
La dialéctica, en el pensamiento de Hegel, es
la condición en que el Infinito se desenvuelve en la Historia. La dialéctica es
un proceso en tres momentos de los cuales los dos primeros son contrarios
(tesis y antítesis) y el tercero es una reconciliación armoniosa de ambos
(síntesis). El antecedente más claro de esta concepción dialéctica de la
realidad es Heráclito. Marx afirmará también que la realidad procede
dialécticamente pero el sujeto de la dialéctica no es el Espíritu sino la
humanidad. Marx toma el concepto de dialéctica de Hegel pero elimina toda la
interpretación religiosa o teológica.
La alienación en Hegel corresponde al segundo
momento de la dialéctica. Es el procedimiento por el cual la Idea (tesis) se
hace otra cosa radicalmente de sí misma, Naturaleza (antítesis). La razón por
la que la Idea se aliena en que sólo de ese modo puede llegar al
autoconocimiento. Marx retomará el término alienación liberándolo de
connotaciones teológicas: el sujeto de la alienación será la clase oprimida que
ha perdido su ser en el modo de producción capitalista. Puede decirse que la
alienación tiene un sentido positivo para Hegel y peyorativo para Marx. En Marx
la alienación se refiere a la explotación del hombre por el hombre, se refiere
al momento en que la clase oprimida trabaja para producir mercancías que no le
pertenecen a ella sino a la clase dominante. La causa de la alienación en Marx
es el derecho de propiedad de la clase dominante sobre los medios de producción
y la fuerza de trabajo.
En Hegel la etapa del Espíritu subjetivo
contiene el proceso por el que se alcanza la autoconciencia individual, la
realización de la libertad individual. El hombre alcanza la autoconciencia, la
libertad, cuando se impone a la naturaleza mediante el trabajo, pero en un
primer momento la autoconciencia requiere el reconocimiento de otra
autoconciencia: sólo gracias al otro puedo llegar a ser yo. Se entabla entonces
una lucha a muerte por el prestigio y el reconocimiento. El que teme sucumbir,
permite y se convierte en esclavo; el otro es reconocido como señor y trabaja
para él. Esta es la conocida dialéctica del amo y el esclavo. La relación entre
ambos implicará que se vuelvan las tornas. Ser el amo es una trampa mortal: el
reconocimiento del esclavo no tiene valor alguno, puesto que no es un hombre
libre; además, el esclavo se interpone entre el amo y el mundo, de tal modo que
el amo que no trabaja pierde todo contacto con la realidad. En cambio el
esclavo conseguirá su libertad por medio del trabajo. Así, Hegel es el primero
que afirma el valor del trabajo para la constitución de la autoconciencia, tema
en el que coincide con Marx. El hombre es realmente un ser productivo, y el
trabajo no es otra cosa que la transformación de la realidad para la
satisfacción de sus necesidades, pero transformando la realidad se transforma a
sí mismo. La felicidad, la perfección humana, su propio bien, no le viene a
éste propiamente de la pasividad sino de la acción, de la ocupación con las
cosas (por tanto del trabajo, destacando el intelectual).
Con Feuerbach:
El materialismo de Feuerbach es la inversión
del idealismo hegeliano. Mientras que Hegel consideraba que lo real tiene su
origen en el Espíritu o la Idea, Feuerbach afirmará que lo divino, las ideas,
son un mero reflejo de la realidad material. Por ello, si para Hegel el punto
de partida para comprender la historia de las ideas es el Espíritu, para
Feuerbach el punto de partida ha de ser el hombre, el hombre que vive en el mundo
real, material. Marx es también materialista y se remonta a Demócrito y
Epicuro. La crítica de Marx al materialismo de Feuerbach consiste en que el
hombre no es un ser pasivo ante la realidad sino capaz de transformarla. El
materialismo de Marx deriva en ateísmo, característica que tiene en común con
Nietzsche.
La tesis de Feuerbach relativa a la
alienación religiosa es similar a la de Jenófanes. Según Feuerbach el secreto
de la teología es la antropología. Es decir: el ser divino no es sino el
resultado del acto de proyectar al infinito la esencia del hombre. Dios no es
sino el conjunto de los atributos humanos pero convertidos en infinitos. El
resultado es que la religión aliena al hombre ya que el hombre religioso
renuncia a su esencia y la contempla a Dios ya no como su propia esencia sino
como una esencia "extraña", infinita y divina. Por ello, la
superación del cristianismo consistirá en que el hombre recupere su propia
esencia. No hay más Dios para el hombre que el hombre mismo. Y, algo importante,
para Feuerbach, el hombre es un animal comunitario de ahí que su esencia
consista en la unidad del hombre con el hombre. Esto es un reinterpretación
heterodoxa y humanista del axioma: "Dios es amor". Marx admite la
crítica de Feuerbach a la religión pero cree que la superación de la alienación
religiosa no pasa sólo por una mera crítica intelectual que Feuerbach hace sino
que debe ser precedida por una transformación radical de las condiciones
materiales en que viven los hombres. (Volveremos luego en una segunda entrega).
Pedro
R. Garcia M.
pgpgarcia5@gmail.com
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