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domingo, 2 de noviembre de 2014

PEDRO R GARCÍA, ¿ENTRONCA EL INTENTO DE DESARROLLO COMUNAL EN EL PAÍS, CON LA LÓGICA MARXISTA?, PUNTO DE QUIEBRE

Ubicando algunas Pistas…

Precisamente por un lado Marx critica la economía política capitalista inglesa de Adam Smith y David Ricardo y del darwinismo social, expresando que ésta es una visión deforme de la realidad que aspira a perpetuar a las clases sociales dominantes en su puesto; y por el otro, sostiene que el planteamiento de Proudhon, Saint-Simon y Fourier, expresiones del denominado socialismo utópico, es una chapuza puesto que nada se gana imaginando utopías sino que es necesaria una teoría científica que explique las causas del cambio social. Asimismo, Bakunin, al contrario que Proudhon, se enfrentó con Marx en los debates de la I Internacional por la cuestión del derecho de propiedad privada. Para Bakunin era imprescindible su abolición y para Marx no, pues en su criterio, llevaría implícita la desaparición de la herencia. Las ideas anarquistas de Bakunin, aunque fueron duramente criticadas por Marx, quién sostenía que "el estado es necesario para que prime el orden", influyeron en el movimiento obrero del siglo XX, durante la guerra Civil Española. En conclusión, podríamos decir que Marx critica a los filósofos anteriores por no cambiar el mundo sino limitarse a interpretarlo y él arrancó de todos ellos, desde Platón hasta sus contemporáneos, los aportes imprescindibles para formular su doctrina, solo que, por ejemplo, al comunismo de Platón, preclaramente de élites, y  él le otorga primacía a la clase obrera, resolviendo la contradicción Capital-Trabajo a favor del Trabajo.
La diferencia fundamental entre el anarquismo de Bakunin y el marxismo es el rechazo de Bakunin a cualquier tipo de gobierno o autoridad, incluida la dictadura del proletariado propuesta por Marx. Para Bakunin la sociedad debería organizarse en pequeñas federaciones de productores y consumidores donde cada cual recibiría un salario según su trabajo. En el V Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) se produjo la expulsión de los anarquistas por sus diferencias con los respaldantes de las ideas de Marx.
Frente al problema del Trabajo, que es agudo en estas sociedades actuales, Chávez aunque no lo expresó para evitar la formación de un ejército de desempleados, que en nuestra América tiene un comportamiento distinto a como pueden expresarse en la vieja Europa, intentó rescatar en cierto sentido las ideas de Bakunin en lo relativo a organizar a las comunidades bajo el concepto de comunas de productores y de consumidores, pero con el aditamento de otorgarles el poder en su ámbito territorial. Lo fundamenta, filosóficamente, en Nietzsche, al reiterar lo de la "ley del eterno retorno", pese a que entre ambos existen diferencias sustanciales, como por ejemplo, para Marx la moral cristiana es un instrumento de opresión de la clase dominante sobre la clase oprimida y para Nietzsche, al contrario, el instrumento de los débiles para someter a los fuertes. Para Nietzsche existe una desigualdad natural entre los hombres que convierte a unos en señores y a otros en esclavos. Marx diría que esta división entre moral de esclavos y de señores no es más que una forma de ideología para justificar el dominio de las clases superiores. Interpretando a través de Nietzsche, para los exegetas del proceso en liza en el país la condición comunal, busca alejar los escenarios de una Conmoción Social, dados los antecedentes sobrevenidos durante el sacudón de Guarenas-Caracas en 1989, dónde se revela la primera expresión social de rebelión frente a los dictámenes del FMI-BM. Compara nuestra experiencia con la que actualmente experimentan los europeos, los israelíes y los norteamericanos que se enfrentan a las políticas neoliberales de sus respectivos gobiernos. Lo nuestro fue serio frente al marchismo  de los indignados y ocupantes del presente. Nosotros somos caribes. Al interpretar a otros filósofos distintos del viejo Marx, pretende definir que es marxista de verdad. ¿Acaso Marx no lo hizo con sus antecesores? Veamos en un apretado resumen.
Con Platón:
Aunque son evidentes las diferencias en el plano metafísico (Platón es idealista y Marx materialista) en ambos es común el intento de llevar a la práctica las ideas políticas. Platón realizó tres viajes a Siracusa para intentar aplicar, con ayuda de su amigo Dion, las ideas expuestas en la República. Marx fundó la Primera Internacional, más conocida como Asociación Internacional de Trabajadores (1864), para hacer posible la superación de la sociedad capitalista. A ambos es común la idea de que los filósofos no están sólo para interpretar el mundo sino también para transformarlo.
El comunismo de la clase gobernante en la República de Platón se extiende a toda la sociedad en Marx. Para Marx los hombres son por naturaleza iguales y la propiedad privada no es un derecho sino un hecho casual que habrá de corregirse en una sociedad perfecta. Para Platón suprimir la propiedad privada en la clase gobernante permite que estos se ocupen de lo público y no de lo privado.
Una lectura libre del mito de la caverna de Platón podría servir para relacionar las sombras del fondo de la caverna y el concepto de ideología en Marx. Son ilusiones utilizadas para mantener inmovilizada a la mayoría.
Según Karl R. Popper las utopías de Marx y Platón son ejemplos de sociedades cerradas, dictatoriales, donde el individuo está subordinado al todo y cualquier tipo de cambio es imposible.
Con Aristóteles:
Al contrario que el ideal aristotélico de felicidad, centrado en la contemplación, Marx afirma en la tesis 11 sobre Feuerbach que los filósofos no han hecho sino interpretar el mundo de diversas maneras; pero de lo que se trata es de transformarlo.
Con Kant:
La filosofía de la historia en Kant y Hegel se caracteriza por la astucia de la razón. Por ejemplo, en Kant, es necesaria la guerra para encontrar el camino de la paz, o es necesaria la insociable sociabilidad para que sea posible el progreso. Del mismo modo, en Marx es necesaria la explotación capitalista, el exterminio de pueblos y culturas enteras como ocurrió en la India, para que pueda surgir en el futuro el comunismo.
Una de las formulaciones del imperativo categórico en Kant habla de tratar siempre a la humanidad como un fin y no como un medio. Para Marx el gran defecto social y moral de las sociedades de explotación es que no tratan a las personas como fines sino como medios, en ellas el trabajador es un mero instrumento para producir cosas, y no propiamente una persona. El trabajador se convierte en mercancía que se vende al mejor postor.
Con Hegel:
Según Hegel el Espíritu es el responsable del desarrollo de la historia. En cada época, la política, la moral, la boga en el vestir, los estilos pictóricos reflejan el nivel de autoconciencia alcanzado por los seres humanos gracias al Espíritu. Pero, tras servir al Espíritu, la cultura de una época queda pretérita y surge otra nueva cultura capaz de aumentar el nivel de autoconciencia del Espíritu. Del mismo modo, Marx afirma que las relaciones de producción y la superestructura, generadas por las fuerzas productivas, se transforman por el avance de las estas.
Según Hegel, las relaciones jurídicas (el Derecho) y las formas del Estado depende de la evolución general del Espíritu: son etapas dentro del desenvolvimiento del Espíritu objetivo. Sin embargo, para Marx, la evolución del Derecho y el Estado depende de las condiciones materiales de vida a las que Hegel llamó "sociedad civil" y cuya esencia (morfológica) hay que buscarla en la Economía Política
La dialéctica, en el pensamiento de Hegel, es la condición en que el Infinito se desenvuelve en la Historia. La dialéctica es un proceso en tres momentos de los cuales los dos primeros son contrarios (tesis y antítesis) y el tercero es una reconciliación armoniosa de ambos (síntesis). El antecedente más claro de esta concepción dialéctica de la realidad es Heráclito. Marx afirmará también que la realidad procede dialécticamente pero el sujeto de la dialéctica no es el Espíritu sino la humanidad. Marx toma el concepto de dialéctica de Hegel pero elimina toda la interpretación religiosa o teológica.
La alienación en Hegel corresponde al segundo momento de la dialéctica. Es el procedimiento por el cual la Idea (tesis) se hace otra cosa radicalmente de sí misma, Naturaleza (antítesis). La razón por la que la Idea se aliena en que sólo de ese modo puede llegar al autoconocimiento. Marx retomará el término alienación liberándolo de connotaciones teológicas: el sujeto de la alienación será la clase oprimida que ha perdido su ser en el modo de producción capitalista. Puede decirse que la alienación tiene un sentido positivo para Hegel y peyorativo para Marx. En Marx la alienación se refiere a la explotación del hombre por el hombre, se refiere al momento en que la clase oprimida trabaja para producir mercancías que no le pertenecen a ella sino a la clase dominante. La causa de la alienación en Marx es el derecho de propiedad de la clase dominante sobre los medios de producción y la fuerza de trabajo.
En Hegel la etapa del Espíritu subjetivo contiene el proceso por el que se alcanza la autoconciencia individual, la realización de la libertad individual. El hombre alcanza la autoconciencia, la libertad, cuando se impone a la naturaleza mediante el trabajo, pero en un primer momento la autoconciencia requiere el reconocimiento de otra autoconciencia: sólo gracias al otro puedo llegar a ser yo. Se entabla entonces una lucha a muerte por el prestigio y el reconocimiento. El que teme sucumbir, permite y se convierte en esclavo; el otro es reconocido como señor y trabaja para él. Esta es la conocida dialéctica del amo y el esclavo. La relación entre ambos implicará que se vuelvan las tornas. Ser el amo es una trampa mortal: el reconocimiento del esclavo no tiene valor alguno, puesto que no es un hombre libre; además, el esclavo se interpone entre el amo y el mundo, de tal modo que el amo que no trabaja pierde todo contacto con la realidad. En cambio el esclavo conseguirá su libertad por medio del trabajo. Así, Hegel es el primero que afirma el valor del trabajo para la constitución de la autoconciencia, tema en el que coincide con Marx. El hombre es realmente un ser productivo, y el trabajo no es otra cosa que la transformación de la realidad para la satisfacción de sus necesidades, pero transformando la realidad se transforma a sí mismo. La felicidad, la perfección humana, su propio bien, no le viene a éste propiamente de la pasividad sino de la acción, de la ocupación con las cosas (por tanto del trabajo, destacando el intelectual).
Con Feuerbach:
El materialismo de Feuerbach es la inversión del idealismo hegeliano. Mientras que Hegel consideraba que lo real tiene su origen en el Espíritu o la Idea, Feuerbach afirmará que lo divino, las ideas, son un mero reflejo de la realidad material. Por ello, si para Hegel el punto de partida para comprender la historia de las ideas es el Espíritu, para Feuerbach el punto de partida ha de ser el hombre, el hombre que vive en el mundo real, material. Marx es también materialista y se remonta a Demócrito y Epicuro. La crítica de Marx al materialismo de Feuerbach consiste en que el hombre no es un ser pasivo ante la realidad sino capaz de transformarla. El materialismo de Marx deriva en ateísmo, característica que tiene en común con Nietzsche.
La tesis de Feuerbach relativa a la alienación religiosa es similar a la de Jenófanes. Según Feuerbach el secreto de la teología es la antropología. Es decir: el ser divino no es sino el resultado del acto de proyectar al infinito la esencia del hombre. Dios no es sino el conjunto de los atributos humanos pero convertidos en infinitos. El resultado es que la religión aliena al hombre ya que el hombre religioso renuncia a su esencia y la contempla a Dios ya no como su propia esencia sino como una esencia "extraña", infinita y divina. Por ello, la superación del cristianismo consistirá en que el hombre recupere su propia esencia. No hay más Dios para el hombre que el hombre mismo. Y, algo importante, para Feuerbach, el hombre es un animal comunitario de ahí que su esencia consista en la unidad del hombre con el hombre. Esto es un reinterpretación heterodoxa y humanista del axioma: "Dios es amor". Marx admite la crítica de Feuerbach a la religión pero cree que la superación de la alienación religiosa no pasa sólo por una mera crítica intelectual que Feuerbach hace sino que debe ser precedida por una transformación radical de las condiciones materiales en que viven los hombres. (Volveremos luego en una segunda entrega).

Pedro R. Garcia M.
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