ORLANDO VIERA-BLANCO |
"Lo
que nos incomoda...es vivir viviendo como lo que se critica. No de barrio en
barrio, no-de-pueblo en pueblo, no-despojándose de pertenencias o rasgando
vestiduras por los que sobreviven en los techos de cartón..."
Al
saber del episodio de la "niñera del excanciller", lo primero que vino a mi mente fue la palabra
populismo. Me pregunté por qué este tema de La Nanny -insistentemente bizarro,
repetidamente desenfadado y desproporcionalmente público, me hizo viajar de
inmediato a la lógica clientelar petro-elitesca de falsa etiqueta
revolucionaria. La respuesta es clave: Me hizo sentir mal.
No
porque La Nanny se la estaba pasando de madre, sino porque lo hacía a contravía
del primer mandamiento revolucionario: ser pobre, porque ser rico es malo. A
partir de allí La Nanny-gate ha violado no la Ley Contra la Corrupción (que les
resbala), sino la ley de "Cristo-socialista", la de Chávez que estás
en los cielos (bis), humilde redentor...
¿Qué
es lo que me hizo sentir mal? ¿Acaso la buena vida de la niñera en París,
Bariloche o Sao Paulo? ¿Fotografiarse con famosos, volar en privado o degustar
un buen pernil? Sería muy mezquino de mi
parte padecer por ello.
Lo
que nos incomoda es la prédica de lo que no se practica. Es vivir viviendo como
lo que se critica. No de barrio en barrio, no-de-pueblo en pueblo,
no-despojándose de pertenencias o rasgando vestiduras por los que sobreviven en
los techos de cartón... "por los niños color de mi tierra con sus mismas
cicatrices millonarios de lombrices"... No.
Pero
para nada dejo de celebrar que La Nanny
del excanciller, disfrute de las bellezas del mundo, de los encantos de
los jardines imperiales del Louvre, de las cordilleras de la Patagonia o de la
potencia urbana y tropical de Río. Pero pasearse en las satanizadas otrora
colitas de Pdvsa, no le va.
Podría
haber sido perfectamente posible si la ley lo contempla y si moralmente,
además, el discurso oficial va en sintonía con los usos oficiales. Si me declaro
liberal, propietario, respetuoso de lo privado, capitalista y seguidor de
Milton Friedman, pues nada, viajemos todos en leader jets, porque la dinámica
del poder y de un Estado poderoso, por productivo bien administrado, lo
toleran. Pero hacerlo tarareando a Alí Primera, leyendo a Marx o citando a
Galeano, causa mucho ruido, y ojo, no sólo a este columnista, sino a todos
aquellos que creen en su revolución.
Así llegamos a la más perversa expresión del
populismo: ofrecer a la gente lo que no se le va dar, porque el monopolio del
placer y de los "encantos igualitarios", son exclusiva (y
abusivamente), de esos voceros de l'égalité, fraternité et solidarité... Pues
cuanta desigualdad y desprecio comporta el derroche de burócratas y empleados,
mientras su pueblo -sin techo, sin camisa y sin lápida en el cementerio- trata
de sobrevivir la inseguridad, la inflación
y la escasez, donde parafraseando a Ali Primera, "el patrón (ahora
en revolución), hace años, muchos años
¡que está mordiendo al obrero...!
Gloria
Álvarez, joven líder del Movimiento Cívico Nacional de Guatemala, presentó en
Zaragoza - España, un discurso impecable sobre el populismo. Con gran lucidez,
la joven activista alertó contundentemente cómo en Latam "jugamos con las
pasiones, ilusiones e ideales de la gente para prometer lo que es imposible,
aprovechándose de su miseria, dejando afuera absolutamente, toda la razón y la
lógica en la toma de decisiones... Cómo juegan con la necesidad para imponer
una dictadura". Desde la miseria de
nuestros pueblos, el populista viste bien, come bien, viaja en primera o en
privado, cena en NY a todo trapo y propina, y se codea con artistas, ricos y
famosos, a buen vino y tiramisu veneto con toque de brandy, con dineros
públicos. El populista no hace colas para obtener un pasaporte o comprar un
desodorante, un litro de leche o un frasco de listerine, por cierto que hoy
cuesta 1.750 Bs. (un millón setecientos mil Bs. de los viejos), equivalente a 7
salarios mínimos, cuando Chávez llegó al poder (1998). Porque eso es el
populismo, "amor" por la multiplicación de la pobreza, haciendo que
la propagación de la miseria les permita, al decir de Gloria Álvarez,
"seguir recibiendo un voto a cambio de cualquier objeto material que la
gente necesita". Y el tema es que en Venezuela, ya ni "el objeto material" lo
pueden dar... porque al decir de la bachata, ese "barbarazo acabó con
to'...!".
Lo
que me da mucha tristeza e indignación, es que le han hecho creer a la gente
que todo acto de expropiación y abuso de poder, se justifica en la medida que
tu-pueblo oprimido antes estuvisteis mal porque ellos (los de la IV, los
fascistas, los oligarcas, los pitiyanquis) estaban bien. Es la
"legitimación" perversa y continua de la revancha, disponiendo a
placer lo que me-merezco, porque otros lo tuvieron. Pero es un privilegio
reservado al combatiente revolucionario donde el mérito del odio derrota la
virtud de la ley. De lo contrario, lo que toca es muerte. Y esa es la lógica
del populista. Tú conmigo en primera, o tú-con-ellos en el velorio. De pronto
la historia de La Nanny termina como la letra de Arjona, ella olvidándose de
Fidel, ahora viviendo en París, buscando
tierra neutral, quizás queriendo ser actriz,
caminando por los Campos Elíseos, como quien se burla del planeta y sus vicios.
Orlando
Viera-Blanco
vierablanco@gmail.com
@ovierablanco
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