LUIS ALFREDO RAPOZO |
Prácticamente
el año se está extinguiendo. Ya se hizo
lo que se tenía que hacer, diría mi abuelo. Es obvio pensar que la gente estará
sacando cuentas; evaluando la situación económica, después que el Presidente
Maduro quiso cerrar el año aumentando el sueldo de la gente con un 15% al
salario mínimo. Un aumento famélico que es comido por la inflación con mucha
voracidad.
Es
una situación realmente deprimente. Naturalmente, la gente tiene o debe pensar
que la masa no está para bollos. Un pan de jamón cuesta 500 bolívares. Una
docena de huevos llega a 100 Bs., y así los ejemplos sobran. Todo se va en
comida. Esa es la verdad, es decir, que el gobierno de Maduro ha sido abatido
por la inflación. No ha logrado encontrar el camino que le permita sacar a
flote la economía.
-“Es
que este gobierno es torpe. Ya se sabe que la revolución socialista es un
fracaso; ya se sabe que este sistema implantado por Chávez y seguido por Maduro
no sirve y no tienen la voluntad e inteligencia para reconocer el desmadre y
cambiar de rumbo”-me contaba mi viejo profesor de economía política, quien es
un guerrillero de los sesenta y ha tirado toalla con semejante paliza y
enseñanza de lo que no debe hacerse en la sociedad, en la política y en la
economía-.
-Efectivamente,
mi estimado profesor-le dije a mi encanecido preceptor-, la pequeña y mediana
industria está pasando hambre; han cerrado como 4000 empresas, que no es
tontería; ha aumentado el trabajo informal, la producción de cualquier producto
agropecuario, manufacturero, brilla por su escasez; los importadores bajan la Santamaría
y en consecuencia es difícil conseguir repuestos de cualquier ramo…Yo creo-que
ya no tenemos que envidiarle mucho a Cuba, pues las colas para conseguir un
alimento, nos recuerdan la tragedia de la post guerra, o la miseria de
cualquier régimen comunista en cualquier parte. Esta mañana en un supermercado
del este de Caracas, vi como las amas de casa hacían cola para comprar un
shampoo para el cabello, sin importarle calidad, ni preferencia. “Agarrando
aunque sea fallo, mijo”-me dijo una bella señora de clase media-.
Naturalmente,
los cercanos al gobierno-que por cierto andan llenos de dólares de extraña
procedencia y eso hay que decirlo, duela a quien le duela-, no pueden entender
lo que se está viviendo en las calles; entonces, se tragan y repiten como loros toda esa cursilería verbal “que…tenemos una
guerra económica; que tenemos un ataque feroz del capitalismo internacional;
que la oligarquía y el paramilitarismo tienen un inmisericorde combate, etc.,
etc.” Mientras ellos viven las mieles del poder, nadan en la corrupción más
espantosa y detestable habida en todos los tiempos, usan los medios del Estado
hasta para ir a una clínica en el extranjero y sacar a su suegra a pasear con
la niñera, demostrando que la boliburguesía no es un cuento de caminos.
-¿Y
que opinas de la revolución?-me pregunta mi viejo profesor-
-Como
decía el mismo Chávez: “Es una compota de p…”-le respondí-
Luis
Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
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