LEONARDO MONTILLA |
Si algún debate ha tomado cuerpo y calor en
distintas partes del planeta, especialmente en países como el nuestro,
altamente polarizados por las agudas maneras de ver y sentir los procesos de
cambio, es la discusión sobre ciudadanía como un componente que busca una variada
manera de hacer y construir un acuerdo social que consolide el futuro innovador
donde el ser humano encuentre un estilo de vida solidario y en armonía.
Ciudadanía significa civilidad, democracia,
derechos, deberes, formación, educación, dialogo, tolerancia; es un elemento
que arropa la urgente necesidad del respeto a los derechos humanos y a los
derechos civiles de participación y protagonismo en la solución de la amplia
gama de complejidades que los estratos sociales tienen y poseen. Es en fin de
cuentas, una manera novedosa e innovadora de ver lo relativo a la vida en
comunidad, con valores plurales, democráticos y humanistas, donde el ser humano
sea el centro principal de la acción y de la convivencia, para que las alianzas
y encuentros sean un instrumento de liberación y desarrollo social.
Como lo expresa Cortina Adela, en Ciudadanos
del mundo, Madrid, Alianza Editorial. “Ciudadanía no es otra cosa que una
relación política entre un individuo y una comunidad política. Abrirle camino
ampliando la tolerancia y el respeto al derecho de todos a la diversidad,
a pensar y a existir, es abrirle camino
a la justicia, es fortalecer la pluralidad. Es hacer democracia.” Igualmente
está reconocida investigadora española manifiesta...” La ciudadanía es un
concepto mediador porque integra exigencias de justicia…, une la racionalidad
con el calor del sentimiento de pertenencia. Por eso, elaborar una teoría de la
ciudadanía, ligada a las teorías de la democracia y justicia, pero con una
autonomía relativa con respecto a ellas,
sería uno de los retos de nuestro tiempo.”
Una sociedad herida en sus entrañas,
conducida con una visión autocrática del poder, como nuestra Venezuela
tricolor, debe buscar en el encuentro y enlace de sus integrantes la solución a
los graves dramas existenciales que se padecen en sus diferentes órdenes, desde
lo ético hasta lo económico. El decidido alto a la polarización, al revanchismo
es inminentemente necesario si queremos superar con éxito la espiral de
decadencia en que nos hemos metido todos, es decir, todos y cada venezolano
víctima de una sustantiva crisis que pareciera no tener fin.
El discurso de la exclusión que está presente
tanto en el gobierno como en sectores de la oposición democrática ( existen
sectores tan o más excluyentes q el propio oficialismo) debe dar paso al
discurso del encuentro, de la reconciliación. Si bien sabemos que la elite
militar cívico no es muy propensa a esto, esa elite no es democrática, también
sabemos que por estas calles de Dios todos los días crece el rechazo a la
confrontación y al belicismo verbal de lado y lado. Es decir construir una
teoría ciudadana donde todos tengamos oportunidad es la grandeza de los
procesos de cambio y justicia social que avanzan sostenidamente. El rescate de
las instituciones, el defender la constitución y su mandato es darle vigor a la democracia, es volver la
mirada a lo positivo, es encontrarse con el país de verdad y no solo el del lado con el que me siento bien,
estamos seguros que así lo quiere la mayoría nacional que se niega a los
extremos.
Leonardo
Alfredo Montilla Delgado
montillaleoa@gmail.com
@LeoMontilla
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