Los
republicanos consiguen 250 escaños en la Cámara de Representantes, batiendo su
propio récord
Arrasan
en estados tradicionalmente demócratas como Maryland y Massachussetts
El
presidente se enfrenta a dos años en el que deberá pactar todas las grandes
decisiones
ASI QUEDO EL MAPA POLITICO DE LOS ESTADOS UNIDOS |
EEUU
ha enterrado, sin honores, la era de Obama. El Partido Republicano de Estados
Unidos ha conseguido su mayor victoria electoral desde que George W. Bush fue
reelegido hace justo una década. Ha recuperado de forma clara la mayoría en el
Senado. En la Cámara de Representantes han batido su propio récord, fijado en
1946, y han logrado 250 escaños, frente a apenas 185 de los demócratas. Han
arrasado en las elecciones a gobernadores en estados tradicionalmente
demócratas, como Maryland y Massachusetts. Donde las encuestas les daban
vencedores por la mínima, han ganado por goleada; donde predecían un empate con
los demócratas, se han impuestos de forma clara.
Estos
resultados se suman a las derrotas demócratas en las elecciones legislativas de
2012, 2010 y 2008 para convertir a Obama en el presidente bajo cuyo mandato su
partido ha perdido más asientos en el Legislativo desde Dwight D. Eisenhower,
que dejó la Casa Blanca en 1960.
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Es
una victoria arrolladora. A falta del recuento de los votos en Alaska, puede
decirse que, prácticamente todo lo que podía irles bien, les ha ido bien. Pero,
además, su victoria tiene un alcance adicional, dado que los republicanos han
roto la coalición de votantes que había izado a Obama al poder, y que estaba
formada por mujeres, jóvenes, negros e hispanos. Ayer, esos cuatro grupos se
quedaron en casa, a juzgar por los primeros datos del escrutinio.
Carolina
del Norte fue el estado que dio la victoria a los republicanos. Con el 99% de
los votos contabilizados, Tillis venció a la senadora Kay Hagan por un estrecho
margen de 49% a 47% en la contienda más costosa del Senado federal, tras
gastarse más de 113 millones de dólares en publicidad.
En
Iowa, un bastión demócrata, ha vencido la republicana Joni Ernst, quien además
se convierte en la primera mujer en representar al estado en el Congreso.
Ernst, "madre, granjera y soldado", ha sido una de las caras más
conocidas de la campaña electoral de estas legislativas, recuerda Efe.
En
Colorado, los republicanos han derrotado a un demócrata, Mark Udall, que había
basado su campaña en la movilización del voto de las mujeres y en la defensa de
los anticonceptivos. En Carolina del Sur, el afroamericano Tim Scott, de ese
partido, ha logrado fácilmente la victoria al Senado. El ex presidente Bill
Clinton, el hombre que salva las campañas, no consiguió evitar que Mark Pryor
perdiera lo que parecía que iba a ser una carrera ajustadísima por 14 puntos.
Su esposa, Hillary, y la plana mayor del partido tampoco consiguieron que Bruce
Barley perdiera en Iowa un escaño que llevaba en manos demócratas desde hacía
décadas por 9 puntos.
Los
latinos, a los que Obama y los demás demócratas dejaron de lado en la campaña
para buscar el voto blanco, se quedaron en casa. El tremendo esfuerzo económico
y de organización de los demócratas para movilizar al voto hispanohablante en
Texas se ha saldado con una derrota de Wendy Davis, la candidata de ese partido
a gobernadora del Estado por 14 puntos. El presunto cambio del Sur conservador
hacia posiciones centroizquierdistas iniciado en teoría en 2008 se saldó en desastre.
El escaño de Carolina del Norte fue ganado limpiamente por los republicanos.
Más
espectacular fue Virginia. En 2008, el demócrata Mark Udall ganó su escaño en
el Senado por ese estado por un millón de votos. Ayer lo hizo por 10.000 ante
Ed Gillespie, el presidente del Comité Nacional Republicano durante la campaña
de 2004, en la que los republicanos conservador el poder en las dos cámaras del
Congreso y George W. Bush, el presidente al que teóricamente los
estadounidenses no quieren ni ver, fue reelegido.
La
victoria por la mínima de Warner liquida, al menos por el momento, las
aspiraciones presidenciales de un político que era una estrella absoluta en el
Partido Demócrata. Pero su diminuto margen, sumado a la derrota estrepitosa de
Udall y de Pryor también pone de manifiesto que los demócratas centristas son
tan vulnerables como cualquier otro, si no más. El resultado es que, a falta de
dos años para que termine su presidencia, Obama ha perdido todo su margen de
maniobra político.
Estas
elecciones se renovaban los 435 escaños de Cámara de Representantes y un tercio
del Senado.
"El
presidente está siguiendo los resultados desde la Casa Blanca y ha hablado con
candidatos a la Cámara Baja, el Senado y las Gobernaciones de ambos
partidos", dijo el portavoz de Obama, Josh Earnest, en su cuenta oficial
de Twitter.
Por
su parte, Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano (RNC),
había asegurado en un comunicado que "el pueblo estadounidense ha puesto
su confianza en el partido republicano (...). Esto ha sido un rechazo de las
políticas fallidas del presidente Obama y del Senado disfuncional de Harry
Reid".
"Pero
este no es un momento de celebración. Es tiempo de que el Gobierno empiece a
lograr resultados e implementar soluciones para los retos que afronta nuestro
país, empezando por nuestra economía que aún renquea", indicó Boehner en
un comunicado.
Añadió
que las propuestas republicanas "proporcionan una oportunidad para que el
presidente Obama comience los dos últimos años de su presidencia dando algunos
pasos bipartidistas hacia una economía más fuerte".
Descalabro
Los
demócratas también han sufrido una derrota psicológica de primera al perder el
cargo de gobernador en Illinois, el estado en el que Obama hizo su carrera
política. En Florida y Michigan, los gobernadores republicanos, Rick Scott y
Scott Walker se alzaron con inesperadas victorias, por márgenes mucho mas
amplios de los esperados.
Los
demócratas solo han logrado conservar uno de los escaños que tenían en peligro.
Ha sido en New Hamsphire. Pero ésa era la victoria más fácil para el partido de
Obama.
La
nueva situación en la Cámara de Representantes otorga un mayor margen de
maniobra al presidente, el republicano John Boehner, que en estos dos años ha
tenido que tratar con el poder acumulado por el ala más conservadora del
partido.
Boehner,
prometió una nueva era de "soluciones" gracias al control logrado por
su partido en ambas cámaras del Congreso, y pidió al presidente Barack Obama
cooperar con la fortalecida oposición en lugar de "contraatacar".
"Este
no es un momento de celebración. Es tiempo de que el Gobierno empiece a lograr
resultados e implementar soluciones para los retos que afronta nuestro país,
empezando por nuestra economía que aún renquea", indicó en un comunicado,
en el que añadió que las propuestas republicanas "proporcionan una
oportunidad para que el presidente Obama comience los dos últimos años de su
presidencia dando algunos pasos bipartidistas hacia una economía más
fuerte".
Junto
a Pensilvania, los demócratas también conservan la Gobernación de New Hampshire
de la mano de Maggie Hassan, que se enfrentaba al republicano Walt Havenstein,
así como la de Nueva York, en la que Andrew Cuomo ha sido reelegido sin
problemas.
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