Sus
contemporáneos lo recordaran como el continuador, para ser justos deberíamos
decir “el auténtico continuador”, visto que otros “discípulos” no tardaran en
auto nombrase como los verdaderos herederos del legado del difunto, a fin de
desplazarlo ante la severa crisis que se avecina.
Para nosotros él es la persona que sigue
haciendo lo que empezó la otra, esto es la consecuencia de aquello, solo que
ahora falta el efectivo para ir simulando que todo funciona bien.
El “pajarito” aquel despilfarró el dinero en
regalos, en publicidad, en misiones improductivas, concediendo divisas a
empresas chimbas, permitiendo que cualquiera que pudiera representar un peligro
en el futuro, se enriqueciera rápidamente, ya que la corrupción consentida
hacía de él un esclavo de sus pretensiones.
Eso que fue su obra se acrecentó rápidamente
con el sucesor, los estudiosos de la historia, en el futuro tendrán
dificultades para precisar cuál fue el programa del continuador, si alguna vez
lo hubo.
Probablemente llegaran a la conclusión que la
continuidad se detuvo, cuando la “torta” se acabó y se cavó la tumba de la
revolución que repartía sin planificación y sin verdaderos objetivos.
Al primero que comenzó este régimen quisieron
vestirlo de Bolívar, a veces gustaba hacer referencia a Jesús y pretendía
vestirse de apóstol. Pero lo natural salía por los poros y cuando era más él se
vestía de militar, insultaba, agredía, era vulgar, grosero y violento.
Por eso humillaba, hasta los suyos fueron
víctimas televisadas, periodistas, políticos, jefes de estado, estudiantes,
profesionales, jueces, funcionarios, comerciantes y hasta sus esposas, todos
probaron su verbo iracundo, burlón y déspota… más de uno aún sufre las
consecuencias.
El continuador funciona como muñeco
ventrílocuo, imitador de poses, acentos y expresiones, se siente obligado a ir
más lejos… a ver si le creen, intentando convencer de lo que no es.
Hasta se viste de verde y se pone boina, se
nota que no es un uniformado, no cuenta ni con la formación, ni la disciplina.
Lo extraño es preguntarse porque una cúpula
de los cuarteles lo apoya, quizás es allí donde está la clave de la
supervivencia del régimen, lo que concede a cambio. Lo que permite y deja
hacer.
La realidad es que “nunca segundas versiones
fueron buenas”, carecen de autenticidad, son imitaciones baratas, dependen de
situaciones económicas, sirven para engañar, simular… pero no duran. Están
realizadas con materia falsa, de mala calidad.
Los que asistimos al espectáculo último,
inferimos que algo pasa en ese submundo detrás del poder, hay tensiones,
disidencias, muertes. Aspiramos que los líderes de la oposición comprendan la
verdadera naturaleza de la parodia democrática de este gobierno.
Entendemos que hay que dejar de actuar por
reacción, que es necesario el conocimiento, el análisis previo, los estudios y
las proposiciones técnicas, para encontrar soluciones verdaderas a la crisis en
la cual estamos sumergidos.
Desenmascarar las mentiras y las
justificaciones oficiales, implica hablar con la verdad, con racionalidad, un
pueblo humilde o pobre no es necesariamente tonto o inconsciente. Todo
venezolano aspira un futuro para él y su familia, ¿es acaso tan difícil
desmontar las medias verdades y las mentiras del continuador?
¿Es acaso imposible demostrar su condición de
antidemocrático?, quien ignora la campaña de odio y rencor ejecutadas por “el
primero y el segundón” con el propósito de dividirnos. Sería como afirmar que
el pueblo es ingenuo y no se ha dado cuenta de la hipocresía de esos
ministerios para el amor, la suprema felicidad y tanto mensaje de afecto color
rojo sangre.
Las universidades, los estudiantes, jueces,
comisarios, sindicalistas, han sentido en sus carnes el supuesto amor. “Porque
te quiero te aporreo” pareciese afirmar la revolución bolivariana y las redes
sociales se llenan de imágenes de policías, militares y colectivos, disparando,
persiguiendo, apresando y asesinando patriotas.
El país no se rinde, los demócratas enfrentan
manos blancas contra balas, nada detiene al continuador. No sabe para dónde va,
no sabe lo que hace ni por qué, tan solo obedece, se encuentra en manos de
quienes lo mantienen, vive bajo un sentimiento de terrible amenaza, está
consciente que solo dejándose llevar por la corriente y flotando sobrevivirá.
Asegurar su continuidad es su único objetivo,
para ello está dispuesto a sacrificarlo todo, la renta petrolera, las reservas
en oro, las filiales de PDVSA, los fondos para los hospitales, para importar
medicinas o alimentos.
El sucesor no las tiene todas consigo, dentro
de su propio bando están conscientes de que no sirve, se le señala a “sotto
voce” como “el despilfarrador”, el destructor del legado.
En el desorden, inventan fiestas patrias,
para celebrar “los triunfos de la revolución”, la idea mantener “vivo” el
recuerdo del muerto.
Aristóbulo Istúriz, afirma que Maduro, ha
sido el continuador del legado de Chávez, que ha potenciado la unificación del
Gobierno Nacional con las instancias regionales y el Poder Popular. Tratan de
preparar el terreno para la estocada final a la democracia, el poder
presidencial-comunal.
Celebran las fechas de los intentos de Golpes
de Estado del Comandante, hablan de amor luego de disparar. El que se aconseja
con pajaritos continúa sus discursos elementales, plenos de anécdotas, propios
del que no tiene capacidad de abstracción para exponer ideas y conceptos.
Lo importante de los clichés, es poder
rellenar sus intervenciones con palabras expresadas por el que lo precedió:
“profundizar la revolución”, “el socialismo productivo”, “la guerra
asimétrica”, después de escucharse mira a su corte y todos sonríen
auto-complacidos.
Mientras tanto se van alejando
irremediablemente del pueblo que sufre, dentro de la terrible realidad.
En este momento el día a día del venezolano
es de angustia, de hambre, es el de los familiares que se mueren por falta de
medicinas y equipos en los hospitales. Es el de un país donde el hampa circula
libremente, dejando tras de sí un charco rojo-rojito de sangre.
Las viudas, los huérfanos, los familiares y
los amigos, no entienden por ejemplo, por qué el hoy tratado de asesino y
delincuente, era ayer el combatiente revolucionario que se retrataba al lado
del Presidente, de la Primera Combatiente, de los jerarcas del gobierno y hasta
con su presunta víctima.
Nelson
Castellano-Hernández
nelsoncastellano@hotmail.com
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