No agrada pensar que el gobierno es
mentiroso, incompetente y ciego. El daño resultante se agrava por el hecho de
que se trata de algo constatado durante ya mucho tiempo, y que por ende se cree
que seguirá igual.
MENTIRA INCOMPETENCIA CEGUERA |
El proyecto de presupuesto para 2015 es una
enésima manifestación de estas características. Es mentira que el precio del
barril de petróleo será 60 $, porque si bien se ha reducido, y no es imposible
que pueda bajar hasta ese nivel, no se puede asegurar en una ley que llegará
ser tan bajo.
Se sabe que se miente para posibilitar que el
gobierno se apropie de una parte del situado constitucional que corresponde a
los estados y municipios. Se miente al decir que el gobierno funcionará en 2015
con cerca de 740 millardos de bolívares, cuando en 10 meses de 2014 ya ha
erogado cerca de un billón de bolívares, a lo cual tiene que agregarse el
inevitable aumento derivado de la inflación que en 2014 superará el 70%, y
también la inevitable desviación de dinero del gasto de funcionamiento al pago
de la deuda pública, la cual continuará siendo crecientemente onerosa.
Se miente al ocultar la evidente situación
deficitaria, ya que si bien el ingreso puede resultar mayor porque el petróleo
se venda a más de 60$, el gasto será muy superior a 740 millardos, a lo cual
debe añadirse el hecho de que también es mentira el crecimiento que se atribuye
a la economía nacional, lo cual significa menos ingreso fiscal por este
concepto, menos ingreso fiscal no petrolero.
Se miente al ocultar el ingreso que se
obtendrá por la venta de divisas por parte del BCV por encima de 6,30 Bs/$,
como consecuencia del proceso devaluacionista ya en curso, y que alimentará
créditos adicionales en 2015, lo que en parte aliviarán el déficit.
Durante estos años, la mentira gubernamental ha
sido acompañada por la incompetencia, y como ya se dijo, se cree que seguirá
igual. El proyecto de presupuesto de 2015 sigue conteniendo la política
económica oficial equivocada y suicida que se niega a solucionar la calamitosa
situación que hemos padecido los venezolanos, dado que impide la inversión y
cierra la posibilidad de generar crecimiento económico que aporte más ingreso
fiscal, y por otro lado impide la eliminación de los gastos injustificados,
incluyendo las “erogaciones secretas” derivadas de los diversos fondos creados
para el manejo presidencial arbitrario y politiquero, de manera que se mantiene
la condición inflacionaria de déficit.
La incompetencia se agrava con la también
equivocada y suicida administración del sistema cambiario que todavía mantiene
la venta de dólares a razón de 6,30 Bs/$, la cual ha significado despilfarro y
corrupción impunes, e igualmente con la negativa a racionalizar el precio de
venta de la gasolina y los combustibles en general.
Durante estos años, la mentira y la
incompetencia del gobierno han sido causadas por la ceguera ideológica, la
cual, sobre la basa equivocada de que el fin, la construcción del Socialismo
del Siglo XXI chavocastrista, justifica los medios, la destrucción de la
economía nacional y de otros componentes esenciales de nuestra venezolanidad,
ha producido la intolerable cantidad de disparates, arbitrariedades, abusos,
atropellos y demás atrocidades que nos han traído a las puertas del abismo.
Por esta parte, se cree que la dinámica
caótica y destruccionista puede producir que lo probable, esa caída al abismo,
no sea inevitable, y por el contrario, que lo improbable, la recuperación,
resulte ser posible.
A fin de cuentas, ya la historia demostró que
disparates como el chavocastrismo no son compatibles con la humanidad. Lo otro
es apreciar la irresponsabilidad consustancial del gobierno al no cumplir su obligación de atender las
necesidades del pueblo venezolano en materia de escasez, lo que gravará con la equivocación
del “precio justo” en lugar de mayor producción; salud, agua, electricidad,
seguridad, infraestructura en general, y en combate a la corrupción.
También se cree que todavía existen sectores
venezolanos, incluyendo parte de la llamada oposición, que, quizás llevados por
las expectativas electorales, léase curules, creen que el chavocastrismo puede
dialogar y rectificar. Basta recordar la reciente experiencia de Rafael Ramírez, entonces Vicepresidente para la
Economía, con las relativamente sensatas propuestas de rectificación que presentó
al gobierno.
Douglas Jatem Villa
djatem@gmail.com
@djatemv
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