Ir
examinando cada uno de los problemas que más angustian a los venezolanos, el
que sea: inflación, desabastecimiento, los apagones eléctricos, el mal
desempeño de PDVSA, hospitales en el piso, caída de la actividad económica,
crimen desatado, etc. es como revisar las frutas podridas de un árbol.
Cualquiera que se examine no sirve. La razón es obvia, hay algo mucho más
profundo que las daña a todas desde el inicio: lo que está podrido es la raíz
del árbol.
Ese
es el problema del régimen venezolano: la raíz. No es un mal entendido, una
estrategia económica equivocada, unos malos funcionarios. Se trata de un asunto
de fondo, que se origina en la concepción misma del proyecto de poder chavista.
Nos podemos seguir distrayendo en la inspección de cada una de las frutas del
árbol. Esas son las consecuencias.
Y
eso es lo que explica su incapacidad para rectificar.
El
proyecto de poder chavista, madurista o como se llame, no está concebido para
generar bienestar material, paz social, justicia, equidad y libertad. Su
objetivo es que un grupito permanezca en el poder. Lo demás es secundario.
Por
ejemplo, el control de cambio condena al país a un empobrecimiento irremisible,
tal como todas las evidencias lo demuestran y además lo estamos padeciendo. ¿Por
qué lo mantienen? Porque es una decisión política, no económica.
Se
controla al sector privado, a los medios de comunicación, las importaciones, el
movimiento de capitales, las inversiones y el ahorro. Se controla a la díscola
clase media venezolana, a la boliburguesía para que no tome más poder y a los
pobres para que no se vuelvan escuálidos.
Otro
ejemplo: Caracas es la única capital latinoamericana donde numerosos edificios
públicos y privados han sido ocupados ilegalmente con la connivencia del propio
Estado; la única ciudad del continente donde operan a su real saber y entender
grupos armados por el propio Gobierno, que además les ha dado cargos y sueldos.
Y todos sabemos que esa situación es el caldo de cultivo de la ola delictiva
que azota a los habitantes de urbe capitalina. ¿Por qué se permite esa
situación? Por una decisión política. Se trata de unos aliados de la
“revolución”.
Lo
que nos ha traído a esa situación es la concepción chavista del poder donde
nada es responsabilidad del gobierno, sino culpa de la oposición, “la guerra
económica”, los paramilitares o una conspiración universal. Podemos seguir
dándole vueltas al asunto, pero llegaremos al mismo punto: el problema es de
raíz.
Pedro
Benitez
pedropablofernando@gmail.com
@PedroBenitezF
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