Anomia política y social; desilusión;
desasosiego; debilidad institucional; pobreza y desigualdad social; crisis
energética; persecución jurídica (no
para todos sino para algunos); complicidad parlamentaria, tribunalicia,
mediática y sindical en el afán oficial por imponer “su” modelo; corrupción
política, autoritarismo y mala fe; escándalos éticos y morales; uso de las
escuelas y las cárceles para adoctrinamiento político; falta de liderazgo y
escasez de talento; asfixia tributaria sin fin, la creatividad en esta materia
parece no tener límites a la hora de buscar mayores recursos para el Estado
(nacional, provincial y municipalmente)
Todo hoy tiene olor a escándalo, a desborde…,
nos devora la presión y la ansiedad.
Nada de lo expuesto puede solucionarse con
arengas por la cadena nacional...
¿Cómo llegamos al actual abandono
institucional?; ¿qué cabe esperar?
La lectura de los indicadores relevados en
este año que se está yendo, permiten constatar que estamos franqueando
violentamente los umbrales de tolerancia en materia de vulnerabilidades,
turbulencias y crisis.
Parámetros geoestratégicos, modelos
económicos, principios jurídicos, registros de violencia, amenazas, niveles de
desconfianza en la sociedad y valores de referencia han implosionado.
¿Cómo podremos detener la hemorragia de la
herida abierta por la actual dirigencia política en nuestro cuerpo social?.
En azul y blanco,
Hugo Cesar Renes
hcr1942@yahoo.com.ar
@hcr1942
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