Existen muchos juegos
de envite. Los más cercanos son juegos de baraja como el truco, el mus y el
póker. Todos tienen en común la posibilidad de ganar mintiendo y asustando al
otro jugador. Por ejemplo una de las apuestas del mus tiene que ver sobre quien
tiene la jugada de cartas más grande. Un jugador puede apostar (sin mostrar sus
cartas), de que su jugada es la mejor. Los otros jugadores, temiendo que eso
sea verdad declinan la apuesta y el tipo gana aún teniendo cartas muy malas.
Cuando un jugador
hace un envite, es decir una apuesta con sus cartas sin mostrar, su oponente
tiene tres posibles respuestas. 1-No aceptar el envite, con lo que gana su
contrario 2- Aceptar el envite, con lo que se verá quien gana luego de que se
muestren las cartas 3- Aceptar el envite y subir la apuesta y pasar a ser ahora el que reta. Se llama a esto
“envido más”. El contrario, ahora el retado, pasa entonces a elegir entre las
respuestas 1, 2 y 3 y continúa el juego.
En Venezuela se está
jugando envite. El régimen juega duro ayudado con la experiencia de los Castro.
Hace poco sacaron a Rafael Ramírez quien venía dando muestras de flexibilizar
la economía con una nueva paridad cambiaria, apertura a inversiones, aumento a
la gasolina, entre otras medidas. La rama dura del Castro Chavismo veía esto
como debilidad y peligroso para el futuro de implantación del comunismo.
Esa es la apuesta del
régimen. Mostrarse poderoso manejando un proyecto que nadie puede detener y
Venezuela se mantendría como el bastión de Marx y su esencia en la
reconstrucción de sus ideales en América.
El envite está sobre
la mesa. La cara de póker se muestra sin mover un músculo. Solo espera la
respuesta del contrario. Mientras tanto los desplantes y las provocaciones no
cesan.
Del otro lado de la
mesa están los oponentes al régimen. La imagen de un solo líder que comande y
represente figurativamente al jugador
que analizará los envites y responderá inteligentemente, no existe, al menos
por ahora. Pero las posibles respuestas son las mismas que mostramos al
comienzo del escrito y se pueden ejecutar con o sin líder.
1-No aceptar el
envite. Es perder al país para siempre. Es rendirse y suponer que no hay
soluciones. Como respuesta teórica existe pero es inaceptable en la práctica.
2-Aceptar el envite.
En nuestra realidad equivale a esperar que las cosas empeoren. Más colas, menos
productos, todo más caro, militares alzados, otro caracazo y que gane por
casualidad la oposición. Riesgoso y dependiendo del hado.
3-Subir la apuesta.
“Envido más”. Se reta al régimen. No se acepta y vamos a cambiarlo. Como se
realiza?. Cada quién es responsable de las acciones, personal o colectivamente.
En todas partes de la geografía. Todos inundados de entusiasmo, de patriotismo,
amor y seguros de vencer.
Difícil? Si que lo
es, pero Venezuela solo nos tiene a nosotros para defenderla. Comencemos y
sacaremos al comunismo. Polonia, por ejemplo, lo hizo.
Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
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