El último libro de la biblia trata sobre el
apocalipsis o las revelaciones, fue escrito por San Juan en la isla de Patmos.
En él se habla de los acontecimientos finales de la humanidad. En un pasaje nos
relata sobre los 4 jinetes que tradicionalmente se conocen como “Hambre”,
“Guerra”, “Peste” y “Muerte”. Principalmente nos ocuparemos de hablar sobre la
peste.
Durante toda la su historia, la humanidad ha
sido azotada por grandes pestes en diferentes periodos. La peste Bubónica, la
Viruela, la Tuberculosis, la Sífilis y el Paludismo por mencionar algunos; y, más
recientes: el Sida, La gripe Aviar, el Ebola y el Chikungunya.
Al parecer la historia del hombre se
encuentra muy ligada a la historia de su supervivencia y de su capacidad de
adaptación ante todos estos fenómenos. Sin embargo, algo que no ha cambiado, es
su reacción de miedo ante lo desconocido. Este temor hace que crea en cualquier
explicación o cura ante estas enfermedades. Durante las edades primitivas, el
hombre creía que las enfermedades eran producto de algún castigo divino por
haber roto alguna regla o tabú religioso.
El mismo antiguo testamento, en el libro del
Éxodo menciona como Dios castigó a los egipcios con 10 plagas, porque el Faraón
no dejaba en libertad su pueblo. En la Grecia antigua se practicaban los juegos
olímpicos para mantener contentos a los Dioses por temor de que estos les
mandaran algún castigo, como una plaga. En la edad media se llegaron a acusar
de brujería y quemar a algunas mujeres por traer plagas y maldiciones a los
pueblos.
El
temor a las enfermedades y al poco conocimiento que se tiene de ellas, en
especial cuando son nuevas, nos ha llevado a realizar actos de los cuales
podríamos arrepentirnos. Recientemente hemos oído de enfermedades virales que
están azotando a nuestro país, y sin embargo tenemos una gran desinformación
sobre las mismas pues aún no se llega a un diagnóstico definitivo.
El temor ha propiciado que las autoridades
arremetan en contra de los médicos acusándolos de crear alarma en la población.
¿Somos entonces los médicos las nuevas “brujas” que hay que quemar para
satisfacer al poder? Pareciera que nos encontramos bajo aquella sentencia que
decía: “si la noticia es mala, mata al mensajero”.
¿Cuál debe ser entonces el papel del médico
ante una enfermedad desconocida? ¿Su deber no es denunciar la existencia de la
misma para intentar proteger a la población? Durante las grandes pestes se
aislaban ciudades y no se les permitía a los barcos atracar en los puertos por
temor a que se propagara el mal. Entonces la población se ponía en cuarentena.
Creo que cazar a los médicos por cumplir con
su deber, es perder la brújula ante la magnitud del mal que puede evitarse.
Pues son los médicos los que se encuentran capacitados para diagnosticar e
instaurar un tratamiento y a la vez realizar el control del daño que puede
causar la enfermedad.
Pienso que nuestros actuales gobernantes
sienten un gran temor ante una enfermedad desconocida y se encuentran
reaccionando como lo hacían los gobernantes del mundo antiguo y de la edad
media. No se puede confundir la ciencia con la política. El primer deber de un
medico es el de prevenir la enfermedad en favor de la población.
Dios quiera que el pensamiento de nuestros
gobernantes evolucione hacia el siglo XXI, y puedan entender la labor de los
profesionales de la salud; que lejos de tener un sentido político y alarmista,
¡Es nuestro deber Hipocrático preservar el bienestar de nuestros pacientes
sobre todos los demás intereses!
Daniel José Sanchez Silva
danielsanchez24@Yahoo.com
@SanchezDany24
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