El,
hasta ahora, responsable principal de la política económica del gobierno
bolivariano, el ministro Rafael Ramírez, ha venido anunciando las piezas que
componen el programa de ajuste y estabilización que se viene aplicando en
entregas parciales.
Las
medidas están orientadas a lograr los equilibrios macroeconómicos, y esto
permitirá demostrar la capacidad y la voluntad de pago necesaria para que el
principal y los intereses de la deuda externa se depositen con religiosidad.
Esto requiere que el país demuestre la sustentabilidad del pago de la deuda
externa. Y eso, de acuerdo a estos agentes del capital financiero internacional,
se logra aplicando disciplinadamente políticas favorables al mercado.
Estos
agentes, recomiendan pragmatismo y, por tanto, olvidarse por los momentos de la
revolución, convencidos que los programas de ajuste de corte liberal, son
técnicamente neutros (como el bisturí de un médico), inevitables y la única
salida.
Aun
cuando hay que resaltar que, en este caso, hay una diferencia con respecto a
los otros ajustes macroeconómicos neoliberales. Y es que –en palabras de
Ramírez- se cuenta con una red de “protección social” constituida por las
misiones que permitirá mantener un gasto social que mitigará el impacto. El
economista del Bank of América, Francisco Rodríguez, convertido en un consejero
principal del gobierno, ha insistido que el ajuste contará con el apoyo
político de las mayorías populares, por tanto recomienda que este sea el
momento para aplicar las medidas en forma de shock, alejándose de la
gradualidad que había caracterizado la política económica.
Basado
en las declaraciones del ministro Ramírez y en otras informaciones
complementarias, podemos inferir una explicación de las medidas que se están
aplicando y de las que vienen, desde una perspectiva del análisis crítico y con
el espíritu de comprender el actual dilema que enfrenta el gobierno del
compañero Nicolás Maduro y el proceso revolucionario.
¿En
qué consiste el plan económico?, ¿cuáles son sus objetivos y sus medidas?,
¿cuáles son las premisas de las cuales parte?, y, lo más importante, ¿quiénes
salen beneficiados y quienes salen perdiendo?
Glosario
básico:
1.
Programa de ajuste. El actual equipo económico del gobierno venezolano está
aplicando un programa de ajuste y estabilización que busca dos cosas
relacionadas entre sí: a) un financiamiento extraordinario y, b) lograr los
equilibrios macroeconómicos básicos. Pensando en su viabilidad socio-política,
tratará de atenuar el fuerte impacto que están teniendo y tendrán las medidas
en los sectores populares. Esto significa que es un ajuste macroeconómico
convencional que contará con la institucionalidad que dejó Chávez en cuanto a
la política social y con el apoyo político del PSUV. Es decir, pensando en no
afectar su base electoral, el gobierno tratará de obtener y garantizar un monto
de recursos para mantener la complicada red de misiones sociales. Debe
garantizar un gasto que mantenga cierto nivel de operatividad de las misiones y
de los programas compensatorios por venir, que han recomendado los asesores
económicos.
2.
El financiamiento extraordinario. Se logrará en dólares y en bolívares. Lo
primero significa contratar más endeudamiento externo (deuda externa y
financiamiento comercial) y atraer inversión directa de grandes corporaciones
transnacionales (especialmente en el área energética).
En
el caso del financiamiento externo, una parte la han logrado con la República
Popular China y el otro lo están negociando con los corsarios del capital
financiero internacional, los bancos de inversión internacionales. Intensos han
sido los contactos con el Bank of America, Credit Suisse, Goldman Sachs,
Deutsche Bank entre otros prestamistas de las grandes ligas de la especulación
financiera. Estos banqueros privados son la alfombra roja que, a la vuelta de
la esquina, conduce a un gobierno “soberano” a Washington, directo a los
edificios del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, quienes se
encargarán de decirle al país, esclavizado por la deuda, cuál es la política
económica más conveniente, para los capitalistas.
En
esta cruda realidad, pareciera que el financiamiento chino es menos perjudicial
que el tradicional del FMI y la banca de inversión, el cual lleva a las famosas
condicionalidades (que reduce a nada la soberanía en política económica). Lo
cual es cierto. Sin embargo, la reciente rebaja del riesgo-país por parte de la
calificadora de riesgo de China, es una muestra que los chinos también, como es
normal, se preocupan por la capacidad de pago de los deudores.
En
lo que respecta a los recursos extraordinarios en bolívares, los mismos lo
obtendrán -principalmente- de dos formas: por un lado con la devaluación que se
producirá con la unificación cambiaria[1], y, por otro lado con el aumento de
la gasolina.
3.
Road Show. Para lograr conseguir recursos en los mercados internacionales, el
país debe demostrarle a los prestamistas que tiene capacidad y voluntad de pago
del endeudamiento externo que contraerá. En esto consisten los Road Show, las
cuales son presentaciones de los responsables de la política económica
venezolana a los potenciales prestamistas e inversionistas. En estas reuniones
(como la que se celebró en Londres) se les presenta, a los posibles
prestamistas, unas bellas láminas de Power Point, donde se muestra una
situación del país (no solo de la economía) que busca convencer que el gobierno
de Venezuela tiene todo bajo control y hará las gestiones que sean necesarias
para mantener este control.
Esto
implica un acuerdo informal donde el gobierno trata de mantener su autonomía en
política económica pero tiene que satisfacer ciertos requerimientos de los
prestamistas e inversores. Estos últimos, los corsarios, tienen una visión del
mundo y de la economía radicalmente diferente a lo que nos señala el Plan
Socialista y la Constitución Nacional.
4.
Los prestamistas (bancos de inversión) y los inversionistas. Estos corsarios,
consideran que lo prioritario no es la gente sino el control financiero de una
economía que tiene importantes recursos naturales y energéticos. Saben que la
cadena de la dependencia se hace más pesada en la medida que el país se endeuda
en moneda extranjera. Saben que pueden, de esta forma invadir los presupuestos
públicos de esos gobiernos, y orientarlos según sus intereses.
Por
ello exigirán que el Gobierno Bolivariano se porte de acuerdo a ciertos
cánones: a) que flexibilice los controles (de cambio, de precios, de tasas de
interés); b) que garantice la propiedad privada (nadita de estatizaciones y
nacionalizaciones); c) que no aplique impuestos que afecten a los capitalistas
(comercio, banca, industria, servicios) porque ellos son los principales
protagonistas de la actividad económica (nótese que cuando en el Gobierno ha
llamado a un diálogo con los “productores”, se refiere a los empresarios
privados no a los trabajadores); y, d) eliminación de subsidios porque
distorsionan el mecanismo de la mano invisible del mercado.
5.
Los “buenos muchachos”. Son los economistas neoclásicos y neokeynesianos, que
aparecen en estas situaciones como asesores internacionales y nacionales. Sus
antecesores fueron los llamados “Chicago Boys”, cuando el dictador Pinochet
(1973), apoyado por su amigo Milton Friedman, los utilizó para elaborar su
programa económico (el llamado “ladrillo”) antes de derrocar a Salvador
Allende. Se pusieron de moda cuando el gobierno mexicano se declaró en default
en 1982, es decir con el inicio de la crisis de la deuda. En México les
llamaban “los perfumados”, en Venezuela les llamaron los “tecnócratas” o los
“IESA boys”.
Por
lo general tienen una “sólida” formación en universidades preferiblemente
estadounidenses, donde los han preparados para repetir -con arrogancia- el
catecismo neoliberal (Consenso de Washington) o las versiones actualizadas de
la ideología neoclásica. Como los marines, están ampliamente preparados para la
hacer un trabajo con alta eficiencia. Por ello, la mayoría ostentan títulos de
PHD en economía (doctores). Especial cuidado con aquellos que vienen de Chicago
University, porque, con alguna honrosa excepción, son los más sociópatas.
Anoten a la mayoría de los economistas que colaboraron con la Coordinadora
Democrática (en 2002), con la MUD (2012). De hecho, le hicieron su “ladrillo” a
Carmona Estanga, a Capriles Radonsky y a María Corina Machado. Pertenecen a
varios grupos vinculados con los tanques de pensamientos (think tank) del
conocimiento económico capitalista a nivel internacional.
En
la mayoría de los casos son fácilmente identificables, aunque son muy ágiles
para presentarse como los salvadores, doctores expertos en las ciencias
(ocultas) económicas modernas. Indudablemente, que ante tanta improvisación y
tanto ministro bolivariano que ha pasado por el área económica que ha tenido
que aprender macroeconomía amateur, estos muchachos deslumbran con su manejo
coherente de un lenguaje matemáticamente impecable. Los ingenieros y
matemáticos tienen que estar alertas, porque son fácilmente
impresionados/encantados por estos economistas que hablan de verdades
incontrovertibles, que manejan técnicas cuantitativas de última generación, y
modelos macroeconómicos que tienen la perfección de un bonsái.
En
las últimas décadas del pasado siglo, la socialdemocracia mundial,
especialmente la europea, tendió a favorecer la cría de estos economistas.
Ellos logaron llamarse “socialistas” mientras aplicaban las políticas del
Consenso de Washington a los trabajadores.
Hay
casos especiales -siempre los hay- donde su identificación es borrosa, porque
los agentes neoliberales se revisten de un ropaje anarquista e izquierdista. De
ahí que es posible encontrar casos de empatía entre cierto anarquismo que
rechaza al Estado (y al Gobierno) y un ultra-neoliberal que odia a todo
Gobierno y a los monopolios. Ambos extremos se unen.
6.
Política social compensatoria: Es la ambulancia que llega a recoger los
heridos-sobrevivientes del ajuste macroeconómico. Para intentar neutralizar los
efectos del ajuste sobre el ingreso real de los trabajadores y sobre el empleo,
se aplican programas sociales específicos. Es lo que comúnmente recomienda el
Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de
Desarrollo, y los economistas de la socialdemocracia europea.
7.
Competitividad del tipo de cambio. Se busca un tipo de cambio que “promueva las
exportaciones y desestimule las importaciones”. Este es el eufemismo que se
utiliza para encubrir la verdadera naturaleza del ajuste: que los que deben
pagar el costo del ajuste, son los trabajadores. Algunos economistas profesan
una fe ciega en este concepto, sin considerar la economía política que subyace
en esta definición. Es una competitividad que se logra, en la mayoría de los casos,
reduciendo el costo laboral.
Para
una defensa del tipo de cambio como el ombligo del mundo económico, y de la
competitividad exportadora, se recomienda leer los artículos del economista
Víctor Álvarez, quién en su salida definitiva del closet llega al extremo de
afirmar “no me aumenten el salario por favor”. Para una lectura sería y con una
base teórica más coherente, busquen las publicaciones del FMI, del Banco
Mundial, de The Economist, entre otros para que lean las fuentes originales de
esta ideología disfrazada de ciencia.
¿En
qué consiste el programa económico?
1)
Uno de los “equilibrios” que persiguen algunas de las medidas que se vienen
aplicando desde el año 2013 es en el ámbito externo-cambiario. Esto se pretende
lograr provocando un ajuste clásico de la cuenta corriente de la balanza de
pagos. Esto significa obtener más bolívares por cada dólar que entra por
concepto de exportación. Al mismo tiempo se reducen las importaciones que hace
el país. Cuando se restan exportaciones menos importaciones se obtiene un
superávit adicional, producido por el ajuste. A esto hay que restarle otros
servicios que se pagan por transporte, intereses de la deuda externa por
ejemplo y se obtiene otro saldo. ¿Cómo se logra este acto de magia de producir
más bolívares y reducir las importaciones? Se logra devaluando, encareciendo el
valor del dólar y otras divisas.
2)
La devaluación, que implica la unificación cambiaria, llevará, de acuerdo a lo
declarado por el Dr. Felipe Pérez y por la firma Ecoanalítica, a un tipo de
cambio promedio de aproximadamente 25 bolívares por dólar. Tanto el Phd Felipe
Pérez como el equipo de Ecoanalítica, dirigido por el joven economista Asdrúbal
Oliveros, deben tener cierta credibilidad, ya que ambos se han convertido en
asesores económicos del programa de ajustes dirigido por PDVSA y el ministro
Rafael Ramírez.
3)
Ya ese ajuste se vino preparando con la implementación del SICAD II que llevó
al tipo de cambio a un valor realmente especulativo de 50 bolívares. Se repitió
el “modus operandi” de devaluar por motivos fiscales, de tal forma que tanto
PDVSA como el fisco nacional obtuvieron más bolívares para sus gastos. Otros
actores que celebraron esta naturalización del dólar ilegal, fueron la gran
banca (uno de los causantes principales de la financiarización y financiadores
del mercado negro), los comerciantes y demás capitalistas que se apertrecharon
con dólares obtenidos a precio oficial. El SICAD II logró realizar ganancias
financieras mil millonarias a estos dueños de la economía venezolana. Los
perdedores de este ajuste son los trabajadores de los sectores populares y la
“clase media” inferior.
4)
Se continuará con la flexibilización de los controles de precios (dólar, precio
de bienes, tarifas públicas y tasas de interés). Ya los ajustes de precios se
han venido dando, a cuenta gotas. Ya no aparecen en Gaceta Oficial. Mientras
nos ponen a discutir el aumento de la gasolina, han aumentado los precios de
los productos de primera necesidad y las tarifas de algunos servicios públicos
claves como la electricidad, el agua y la CANTV (telefonía y ABA). Mucho de
estos precios estaban artificialmente congelados durante bastante tiempo,
gracias al ineficaz funcionamiento del control de precios. Ahora están dando
saltos de canguros, que mantendrán alta la inflación.
La
ley de “Precios Justos y Ganancias” será modificada para permitir esta
flexibilización del control de precios.
5)
Aumento de tasas de interés. Cuando se adopta un régimen de cambio orientado
por la flotación, cuando se liberan los precios, cuando predomina una visión
monetaria de la inflación, se deben flexibilizar otros precios claves de la
economía, como las tasas de interés. Esto significa que se levantará otro
control que se había establecido durante el mandato de Chávez: la administración
de las tasas de interés. El aumento de las tasas implica, en los ajustes
monetaristas, la reducción de las presiones monetarias sobre los precios.
6)
La filosofía que inspira este tipo de política económica lleva a otras
recomendaciones complementarias: son reformas dentro del paradigma Consenso de
Washington. Esto significará reversión de las nacionalizaciones y
estatizaciones con la excusa de ser un ensayo ineficiente y corrupto; regreso a
la concepción del Banco Central autónomo, es decir a la concepción neoliberal
de los bancos centrales. Felipe Pérez propone colocar como presidente del Banco
Central a una persona que no pertenezca al Gobierno, que sea impoluta, que
tenga suficientes conocimientos económicos, para que el Banco Central sea
independiente de los políticos. Esto es lo que aprendió en Chicago University:
la prepotencia le impide conocer otras visiones sobre el papel de los bancos
centrales que no sea la visión neoliberal.
Supuestos
del ajuste:
1)
Como lo han declarado el ministro, el Dr. Pérez y Ecoanalítica, los diseñadores
de este deslizamiento pronunciado suponen que esta devaluación de los tipos de
cambio oficial no tendrá efectos importantes sobre la inflación porque “ya este
ajuste cambiario está descontado, está asumido en los precios de la economía,
porque la mayoría de los mismos se fijan con la tasa de cambio del mercado
paralelo”. Lo cual es un reconocimiento explícito que la implementación de la
Ley de Precios Justos es un fracaso. Ya que se supone que todos los que reciben
dólares a 6,30 bolívares (CENCOEX), a 11,00 bolívares (SICAD I) y a 50,00
bolívares (SICAD II), venden los bienes finales a 70 u 80 bolívares por dólar
(paralelo).
2)
La política cambiaria, que se está proponiendo, está inspirada por la
concepción de que hay que dejar que el tipo de cambio flote, porque el mercado
es el mejor asignador y habrá una tendencia a estabilizar su precio. Por lo
tanto se procederá a unificar el tipo de cambio y se implementará un régimen de
flotación administrada. La propuesta de los asesores son las bandas cambiarias
tal como se aplicaron en los tiempos del golpe.
3)
Siguiendo la fe religiosa del Dr. Pérez, dado el ajuste de los precios
relativos (equilibrios) los capitalistas se comportarán tan racionalmente como
lo dicen sus modelos basados en la teoría de juegos. Recuerden que para la
mente sesgada de un liberal, los empresarios privados son los protagonistas
principales, los racionales, los eficientes y los gobiernos (por naturaleza)
son los malos.
4)
El aumento de las tasas de interés se basa en eliminar las tasas de interés
negativas y con ello estimular el ahorro en bolívares, al mismo tiempo que se
lograría una contracción de la cantidad de dinero y con ello bajarían los
precios.
5)
El gobierno ha anunciado una revolución fiscal, y el asesor Felipe Pérez en sus
chats del ¿Qué Hacer? ha mencionado la posibilidad de aplicar impuestos
específicos al sector financiero. Sin embargo, esta reforma fiscal tratará de
no afectar sustancialmente a los “protagonistas principales” de la acumulación:
los capitalistas. Ya en los años 1990, los neoliberales de Miguel Rodríguez
demostraron que se puede hacer una reforma fiscal sin afectar a los
capitalistas.
6)
Finalmente, se trata de lograr una masa de recursos financieros suficientes
para mantener unas transferencias sociales a la población para “compensar” los
efectos del ajuste.
Consecuencias del
ajuste:
1)
Una primera consecuencia a resaltar es el impacto inflacionario del ajuste.
Ciertamente, hay una gran proporción de bienes cuyos precios se están rigiendo
por el tipo de cambio paralelo, sin embargo hay una cantidad de bienes que
están regulados, y que a pesar de su escasez se sigue vendiendo a un precio
vinculado al dólar preferencial. Un ejemplo son algunos medicamentos. Por tanto
el impacto inflacionario será altamente diferencial, cuando aquellos sectores
de menores ingresos tengan que comprar un antibiótico a un precio ajustado.
Por
otro lado, se está subestimando la inflación inercial (tendencial) que causará
la unificación cambiaria, al establecer un nuevo piso para el cálculo del
paralelo. Lo más probable es que, en la situación de sequía de reservas
internacionales líquidas, los especuladores indexarán la brecha cambiaria y el
precio del dólar ilegal se acerque a los cien bolívares Así que el supuesto,
sostenido tanto por los asesores económicos y los economistas de la derecha,
que la devaluación está descontada no considera los diversos factores
involucrado en la formación de precios. Por tanto, es falso.
2)
Una nueva caída del consumo. Esta vez pronunciada. Esto significa una caída de
la Demanda Agregada Interna y, en consecuencia, una caída del ritmo de
actividad económica. El PIB seguirá cayendo y esta vez de forma pronunciada.
3)
Como el BCV decidió no publicar las cifras de PIB y de Inflación, mientras
revisaba la metodología, no habrá información oficial sobre estos indicadores y
sí habrá información de las agencias privadas de asesoría económica y de las
encuestadoras. Cuando el BCV publique la información de la inflación, bajo otra
metodología, la misma será poco creíble. Esto incorpora un factor de alta
incertidumbre a la fijación de los precios, a las compras de insumos, a las
contrataciones y a la fijación del precio del dólar paralelo. El componente
inercial de la inflación será estimulado y se producirá un proceso de
indexación de precios.
La
consecuencia de esta torpe e inoportuna recomendación, que el BCV no publicara
cifras, será más combustible para la llama inflacionaria acompañada de
contracción.
4)
La devaluación y la liberalización de precios de bienes y servicios, llevará a
una reducción del costo laboral. El abaratamiento del costo laboral conserva o
acrecienta los márgenes de ganancia, por tanto será un subsidio masivo a los
capitalistas. Sin embargo, el deterioro del ingreso real de las familias
trabajadoras (incluyendo a la clase media inferior) tiene un efecto contractivo
sobre el consumo. Esto afectará la actividad económica interna, porque los
consumidores depauperados por el ajuste comprarán menos bienes.
5)
Sin embargo, dada la alta financiarización de la economía, los capitalistas
venezolanos tienen un colchón para esta caída del consumo: los activos que la
banca, los industriales y los comerciantes mantienen en sus cuentas en dólares.
Esta posición privilegiada, más el despojo que le hacen a los consumidores a
través de la inflación, les compensará la caída de los ingresos durante la
etapa recesiva del ajuste.
6)
Los rectores del ajuste han dicho públicamente que la unificación cambiaria le
traerá recursos adicionales al gobierno y que junto a los recursos del aumento
de la gasolina servirán para financiar los programas sociales que esta vez
jugarán un papel típicamente compensatorio. Lo que le han ocultados los
asesores económicos al ministro Ramírez es que, por un lado entrarán más
bolívares, pero que estos bolívares valdrán menos por el efecto inflacionario
de estas medidas. Así que, en los cálculos, debe medirse el efecto neto de la
devaluación, porque de esta manera los ingresos adicionales no podrán cumplir
con el objetivo de hacer un ajuste que pretende ser heterodoxo. Esto le pasó a
Caldera en su segundo mandato.
7)
El aumento de las tasas de interés puede abrir el camino a lo que va ser la
segunda fase de la crisis: una crisis bancaria. Esto lo podemos explicar
posteriormente. Lo que sí es cierto es que el aumento de tasas de interés y la
contracción de la liquidez apuntalan una fase recesiva e inflacionaria. Hay que
tomar en cuenta que una parte de los consumidores han optado por alargar su
gasto, incluso alimentario, con las tarjetas de créditos. Los límites de estas
han sido aumentado sin que el BCV y la Superintendencia actúen frente a esto.
Esto es un capítulo repetido de lo que precedió a la crisis bancaria de 1994.
¿Recuerda?
Los “economistas” santos y la política
Pareciera
que esto lleva a un suicidio (o un autosuicidio como lo dijo Carlos Andrés
Pérez en su momento) del Gobierno Bolivariano. El Ministro Ramírez, sin
conocimiento ni experiencia en materia de política económica, planteó que se rodeó
de lo mejor del pensamiento económico. Dijo: “Si, nosotros estamos trabajando
articulados con lo mejor del pensamiento económico, no solamente los
partidarios de la revolución, sino que hemos escuchado bastante a los sectores
que en el país tienen una importante opinión en el tema económico”[2]. Pero
parece que es lo mejor del pensamiento económico neoliberal.
Lo
peor es que consiguió el apoyo del PSUV, sin que los economistas bolivarianos
le advirtieran los riesgos.
En
estos días los economistas-asesores (los ex-ministros, los de la firma
Ecoanalítica y los del Bank of America) están presionando para que se hagan ya
los ajustes. Por un lado asesoran y por otro lado acusan al Gobierno de
retrasar los ajustes. En todo caso, saben que el Gobierno asumirá el costo
político del ajuste y esto alimentará las posibilidades de avance electoral de
la derecha. No hay ética en este asunto, hay intereses de clase y grandes
capitales foráneos. Por un lado, prestan sus servicios de asesoría al Estado y
por otro piden la cárcel o la admisión de la derrota al Presidente de la
República[3]. Bromean sobre la incapacidad del presidente Maduro en tomar
decisiones. El economista Víctor Álvarez, plantea que “las medidas se caen de
Maduro”[4] y pronostica un Gobierno de coalición como salida.
La
falta de respeto al presidente Maduro, al gobierno que eligieron
democráticamente los chavistas, no sólo viene de una genuina representante de
la burguesía, como María Corina Machado, sino de economistas liberales y
surfeadores. Se trata de un deslegitimación del gobierno no con la guarimba,
sino con la dictadura del pensamiento económico dominante.
A
estos economistas, les dedicamos esta frase de una canción de Silvio Rodríguez:
“Yo digo que el que se presta para peón del veneno, es doble tonto y no quiero
ser bailarín de su fiesta”
Antonio
Camilli
tonycamillis@gmail.com
@antoniocamilli
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