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miércoles, 27 de agosto de 2014

TONY CAMILLI, VENEZUELA: GUÍA RÁPIDA PARA COMPRENDER EL AJUSTE QUE ESTÁ Y EL AJUSTE QUE VIENE

El, hasta ahora, responsable principal de la política económica del gobierno bolivariano, el ministro Rafael Ramírez, ha venido anunciando las piezas que componen el programa de ajuste y estabilización que se viene aplicando en entregas parciales.

Las medidas están orientadas a lograr los equilibrios macroeconómicos, y esto permitirá demostrar la capacidad y la voluntad de pago necesaria para que el principal y los intereses de la deuda externa se depositen con religiosidad. Esto requiere que el país demuestre la sustentabilidad del pago de la deuda externa. Y eso, de acuerdo a estos agentes del capital financiero internacional, se logra aplicando disciplinadamente políticas favorables al mercado.

Estos agentes, recomiendan pragmatismo y, por tanto, olvidarse por los momentos de la revolución, convencidos que los programas de ajuste de corte liberal, son técnicamente neutros (como el bisturí de un médico), inevitables y la única salida.

Aun cuando hay que resaltar que, en este caso, hay una diferencia con respecto a los otros ajustes macroeconómicos neoliberales. Y es que –en palabras de Ramírez- se cuenta con una red de “protección social” constituida por las misiones que permitirá mantener un gasto social que mitigará el impacto. El economista del Bank of América, Francisco Rodríguez, convertido en un consejero principal del gobierno, ha insistido que el ajuste contará con el apoyo político de las mayorías populares, por tanto recomienda que este sea el momento para aplicar las medidas en forma de shock, alejándose de la gradualidad que había caracterizado la política económica.

Basado en las declaraciones del ministro Ramírez y en otras informaciones complementarias, podemos inferir una explicación de las medidas que se están aplicando y de las que vienen, desde una perspectiva del análisis crítico y con el espíritu de comprender el actual dilema que enfrenta el gobierno del compañero Nicolás Maduro y el proceso revolucionario.

¿En qué consiste el plan económico?, ¿cuáles son sus objetivos y sus medidas?, ¿cuáles son las premisas de las cuales parte?, y, lo más importante, ¿quiénes salen beneficiados y quienes salen perdiendo?

Glosario básico:

1. Programa de ajuste. El actual equipo económico del gobierno venezolano está aplicando un programa de ajuste y estabilización que busca dos cosas relacionadas entre sí: a) un financiamiento extraordinario y, b) lograr los equilibrios macroeconómicos básicos. Pensando en su viabilidad socio-política, tratará de atenuar el fuerte impacto que están teniendo y tendrán las medidas en los sectores populares. Esto significa que es un ajuste macroeconómico convencional que contará con la institucionalidad que dejó Chávez en cuanto a la política social y con el apoyo político del PSUV. Es decir, pensando en no afectar su base electoral, el gobierno tratará de obtener y garantizar un monto de recursos para mantener la complicada red de misiones sociales. Debe garantizar un gasto que mantenga cierto nivel de operatividad de las misiones y de los programas compensatorios por venir, que han recomendado los asesores económicos.

2. El financiamiento extraordinario. Se logrará en dólares y en bolívares. Lo primero significa contratar más endeudamiento externo (deuda externa y financiamiento comercial) y atraer inversión directa de grandes corporaciones transnacionales (especialmente en el área energética).

En el caso del financiamiento externo, una parte la han logrado con la República Popular China y el otro lo están negociando con los corsarios del capital financiero internacional, los bancos de inversión internacionales. Intensos han sido los contactos con el Bank of America, Credit Suisse, Goldman Sachs, Deutsche Bank entre otros prestamistas de las grandes ligas de la especulación financiera. Estos banqueros privados son la alfombra roja que, a la vuelta de la esquina, conduce a un gobierno “soberano” a Washington, directo a los edificios del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, quienes se encargarán de decirle al país, esclavizado por la deuda, cuál es la política económica más conveniente, para los capitalistas.

En esta cruda realidad, pareciera que el financiamiento chino es menos perjudicial que el tradicional del FMI y la banca de inversión, el cual lleva a las famosas condicionalidades (que reduce a nada la soberanía en política económica). Lo cual es cierto. Sin embargo, la reciente rebaja del riesgo-país por parte de la calificadora de riesgo de China, es una muestra que los chinos también, como es normal, se preocupan por la capacidad de pago de los deudores.

En lo que respecta a los recursos extraordinarios en bolívares, los mismos lo obtendrán -principalmente- de dos formas: por un lado con la devaluación que se producirá con la unificación cambiaria[1], y, por otro lado con el aumento de la gasolina.

3. Road Show. Para lograr conseguir recursos en los mercados internacionales, el país debe demostrarle a los prestamistas que tiene capacidad y voluntad de pago del endeudamiento externo que contraerá. En esto consisten los Road Show, las cuales son presentaciones de los responsables de la política económica venezolana a los potenciales prestamistas e inversionistas. En estas reuniones (como la que se celebró en Londres) se les presenta, a los posibles prestamistas, unas bellas láminas de Power Point, donde se muestra una situación del país (no solo de la economía) que busca convencer que el gobierno de Venezuela tiene todo bajo control y hará las gestiones que sean necesarias para mantener este control.

Esto implica un acuerdo informal donde el gobierno trata de mantener su autonomía en política económica pero tiene que satisfacer ciertos requerimientos de los prestamistas e inversores. Estos últimos, los corsarios, tienen una visión del mundo y de la economía radicalmente diferente a lo que nos señala el Plan Socialista y la Constitución Nacional.

4. Los prestamistas (bancos de inversión) y los inversionistas. Estos corsarios, consideran que lo prioritario no es la gente sino el control financiero de una economía que tiene importantes recursos naturales y energéticos. Saben que la cadena de la dependencia se hace más pesada en la medida que el país se endeuda en moneda extranjera. Saben que pueden, de esta forma invadir los presupuestos públicos de esos gobiernos, y orientarlos según sus intereses.

Por ello exigirán que el Gobierno Bolivariano se porte de acuerdo a ciertos cánones: a) que flexibilice los controles (de cambio, de precios, de tasas de interés); b) que garantice la propiedad privada (nadita de estatizaciones y nacionalizaciones); c) que no aplique impuestos que afecten a los capitalistas (comercio, banca, industria, servicios) porque ellos son los principales protagonistas de la actividad económica (nótese que cuando en el Gobierno ha llamado a un diálogo con los “productores”, se refiere a los empresarios privados no a los trabajadores); y, d) eliminación de subsidios porque distorsionan el mecanismo de la mano invisible del mercado.

5. Los “buenos muchachos”. Son los economistas neoclásicos y neokeynesianos, que aparecen en estas situaciones como asesores internacionales y nacionales. Sus antecesores fueron los llamados “Chicago Boys”, cuando el dictador Pinochet (1973), apoyado por su amigo Milton Friedman, los utilizó para elaborar su programa económico (el llamado “ladrillo”) antes de derrocar a Salvador Allende. Se pusieron de moda cuando el gobierno mexicano se declaró en default en 1982, es decir con el inicio de la crisis de la deuda. En México les llamaban “los perfumados”, en Venezuela les llamaron los “tecnócratas” o los “IESA boys”.

Por lo general tienen una “sólida” formación en universidades preferiblemente estadounidenses, donde los han preparados para repetir -con arrogancia- el catecismo neoliberal (Consenso de Washington) o las versiones actualizadas de la ideología neoclásica. Como los marines, están ampliamente preparados para la hacer un trabajo con alta eficiencia. Por ello, la mayoría ostentan títulos de PHD en economía (doctores). Especial cuidado con aquellos que vienen de Chicago University, porque, con alguna honrosa excepción, son los más sociópatas. Anoten a la mayoría de los economistas que colaboraron con la Coordinadora Democrática (en 2002), con la MUD (2012). De hecho, le hicieron su “ladrillo” a Carmona Estanga, a Capriles Radonsky y a María Corina Machado. Pertenecen a varios grupos vinculados con los tanques de pensamientos (think tank) del conocimiento económico capitalista a nivel internacional.

En la mayoría de los casos son fácilmente identificables, aunque son muy ágiles para presentarse como los salvadores, doctores expertos en las ciencias (ocultas) económicas modernas. Indudablemente, que ante tanta improvisación y tanto ministro bolivariano que ha pasado por el área económica que ha tenido que aprender macroeconomía amateur, estos muchachos deslumbran con su manejo coherente de un lenguaje matemáticamente impecable. Los ingenieros y matemáticos tienen que estar alertas, porque son fácilmente impresionados/encantados por estos economistas que hablan de verdades incontrovertibles, que manejan técnicas cuantitativas de última generación, y modelos macroeconómicos que tienen la perfección de un bonsái.

En las últimas décadas del pasado siglo, la socialdemocracia mundial, especialmente la europea, tendió a favorecer la cría de estos economistas. Ellos logaron llamarse “socialistas” mientras aplicaban las políticas del Consenso de Washington a los trabajadores.

Hay casos especiales -siempre los hay- donde su identificación es borrosa, porque los agentes neoliberales se revisten de un ropaje anarquista e izquierdista. De ahí que es posible encontrar casos de empatía entre cierto anarquismo que rechaza al Estado (y al Gobierno) y un ultra-neoliberal que odia a todo Gobierno y a los monopolios. Ambos extremos se unen.

6. Política social compensatoria: Es la ambulancia que llega a recoger los heridos-sobrevivientes del ajuste macroeconómico. Para intentar neutralizar los efectos del ajuste sobre el ingreso real de los trabajadores y sobre el empleo, se aplican programas sociales específicos. Es lo que comúnmente recomienda el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, y los economistas de la socialdemocracia europea.

7. Competitividad del tipo de cambio. Se busca un tipo de cambio que “promueva las exportaciones y desestimule las importaciones”. Este es el eufemismo que se utiliza para encubrir la verdadera naturaleza del ajuste: que los que deben pagar el costo del ajuste, son los trabajadores. Algunos economistas profesan una fe ciega en este concepto, sin considerar la economía política que subyace en esta definición. Es una competitividad que se logra, en la mayoría de los casos, reduciendo el costo laboral.

Para una defensa del tipo de cambio como el ombligo del mundo económico, y de la competitividad exportadora, se recomienda leer los artículos del economista Víctor Álvarez, quién en su salida definitiva del closet llega al extremo de afirmar “no me aumenten el salario por favor”. Para una lectura sería y con una base teórica más coherente, busquen las publicaciones del FMI, del Banco Mundial, de The Economist, entre otros para que lean las fuentes originales de esta ideología disfrazada de ciencia.

¿En qué consiste el programa económico?

1) Uno de los “equilibrios” que persiguen algunas de las medidas que se vienen aplicando desde el año 2013 es en el ámbito externo-cambiario. Esto se pretende lograr provocando un ajuste clásico de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Esto significa obtener más bolívares por cada dólar que entra por concepto de exportación. Al mismo tiempo se reducen las importaciones que hace el país. Cuando se restan exportaciones menos importaciones se obtiene un superávit adicional, producido por el ajuste. A esto hay que restarle otros servicios que se pagan por transporte, intereses de la deuda externa por ejemplo y se obtiene otro saldo. ¿Cómo se logra este acto de magia de producir más bolívares y reducir las importaciones? Se logra devaluando, encareciendo el valor del dólar y otras divisas.

2) La devaluación, que implica la unificación cambiaria, llevará, de acuerdo a lo declarado por el Dr. Felipe Pérez y por la firma Ecoanalítica, a un tipo de cambio promedio de aproximadamente 25 bolívares por dólar. Tanto el Phd Felipe Pérez como el equipo de Ecoanalítica, dirigido por el joven economista Asdrúbal Oliveros, deben tener cierta credibilidad, ya que ambos se han convertido en asesores económicos del programa de ajustes dirigido por PDVSA y el ministro Rafael Ramírez.

3) Ya ese ajuste se vino preparando con la implementación del SICAD II que llevó al tipo de cambio a un valor realmente especulativo de 50 bolívares. Se repitió el “modus operandi” de devaluar por motivos fiscales, de tal forma que tanto PDVSA como el fisco nacional obtuvieron más bolívares para sus gastos. Otros actores que celebraron esta naturalización del dólar ilegal, fueron la gran banca (uno de los causantes principales de la financiarización y financiadores del mercado negro), los comerciantes y demás capitalistas que se apertrecharon con dólares obtenidos a precio oficial. El SICAD II logró realizar ganancias financieras mil millonarias a estos dueños de la economía venezolana. Los perdedores de este ajuste son los trabajadores de los sectores populares y la “clase media” inferior.

4) Se continuará con la flexibilización de los controles de precios (dólar, precio de bienes, tarifas públicas y tasas de interés). Ya los ajustes de precios se han venido dando, a cuenta gotas. Ya no aparecen en Gaceta Oficial. Mientras nos ponen a discutir el aumento de la gasolina, han aumentado los precios de los productos de primera necesidad y las tarifas de algunos servicios públicos claves como la electricidad, el agua y la CANTV (telefonía y ABA). Mucho de estos precios estaban artificialmente congelados durante bastante tiempo, gracias al ineficaz funcionamiento del control de precios. Ahora están dando saltos de canguros, que mantendrán alta la inflación.

La ley de “Precios Justos y Ganancias” será modificada para permitir esta flexibilización del control de precios.

5) Aumento de tasas de interés. Cuando se adopta un régimen de cambio orientado por la flotación, cuando se liberan los precios, cuando predomina una visión monetaria de la inflación, se deben flexibilizar otros precios claves de la economía, como las tasas de interés. Esto significa que se levantará otro control que se había establecido durante el mandato de Chávez: la administración de las tasas de interés. El aumento de las tasas implica, en los ajustes monetaristas, la reducción de las presiones monetarias sobre los precios.

6) La filosofía que inspira este tipo de política económica lleva a otras recomendaciones complementarias: son reformas dentro del paradigma Consenso de Washington. Esto significará reversión de las nacionalizaciones y estatizaciones con la excusa de ser un ensayo ineficiente y corrupto; regreso a la concepción del Banco Central autónomo, es decir a la concepción neoliberal de los bancos centrales. Felipe Pérez propone colocar como presidente del Banco Central a una persona que no pertenezca al Gobierno, que sea impoluta, que tenga suficientes conocimientos económicos, para que el Banco Central sea independiente de los políticos. Esto es lo que aprendió en Chicago University: la prepotencia le impide conocer otras visiones sobre el papel de los bancos centrales que no sea la visión neoliberal.

Supuestos del ajuste:

1) Como lo han declarado el ministro, el Dr. Pérez y Ecoanalítica, los diseñadores de este deslizamiento pronunciado suponen que esta devaluación de los tipos de cambio oficial no tendrá efectos importantes sobre la inflación porque “ya este ajuste cambiario está descontado, está asumido en los precios de la economía, porque la mayoría de los mismos se fijan con la tasa de cambio del mercado paralelo”. Lo cual es un reconocimiento explícito que la implementación de la Ley de Precios Justos es un fracaso. Ya que se supone que todos los que reciben dólares a 6,30 bolívares (CENCOEX), a 11,00 bolívares (SICAD I) y a 50,00 bolívares (SICAD II), venden los bienes finales a 70 u 80 bolívares por dólar (paralelo).

2) La política cambiaria, que se está proponiendo, está inspirada por la concepción de que hay que dejar que el tipo de cambio flote, porque el mercado es el mejor asignador y habrá una tendencia a estabilizar su precio. Por lo tanto se procederá a unificar el tipo de cambio y se implementará un régimen de flotación administrada. La propuesta de los asesores son las bandas cambiarias tal como se aplicaron en los tiempos del golpe.

3) Siguiendo la fe religiosa del Dr. Pérez, dado el ajuste de los precios relativos (equilibrios) los capitalistas se comportarán tan racionalmente como lo dicen sus modelos basados en la teoría de juegos. Recuerden que para la mente sesgada de un liberal, los empresarios privados son los protagonistas principales, los racionales, los eficientes y los gobiernos (por naturaleza) son los malos.

4) El aumento de las tasas de interés se basa en eliminar las tasas de interés negativas y con ello estimular el ahorro en bolívares, al mismo tiempo que se lograría una contracción de la cantidad de dinero y con ello bajarían los precios.

5) El gobierno ha anunciado una revolución fiscal, y el asesor Felipe Pérez en sus chats del ¿Qué Hacer? ha mencionado la posibilidad de aplicar impuestos específicos al sector financiero. Sin embargo, esta reforma fiscal tratará de no afectar sustancialmente a los “protagonistas principales” de la acumulación: los capitalistas. Ya en los años 1990, los neoliberales de Miguel Rodríguez demostraron que se puede hacer una reforma fiscal sin afectar a los capitalistas.

6) Finalmente, se trata de lograr una masa de recursos financieros suficientes para mantener unas transferencias sociales a la población para “compensar” los efectos del ajuste.

Consecuencias del ajuste:

1) Una primera consecuencia a resaltar es el impacto inflacionario del ajuste. Ciertamente, hay una gran proporción de bienes cuyos precios se están rigiendo por el tipo de cambio paralelo, sin embargo hay una cantidad de bienes que están regulados, y que a pesar de su escasez se sigue vendiendo a un precio vinculado al dólar preferencial. Un ejemplo son algunos medicamentos. Por tanto el impacto inflacionario será altamente diferencial, cuando aquellos sectores de menores ingresos tengan que comprar un antibiótico a un precio ajustado.

Por otro lado, se está subestimando la inflación inercial (tendencial) que causará la unificación cambiaria, al establecer un nuevo piso para el cálculo del paralelo. Lo más probable es que, en la situación de sequía de reservas internacionales líquidas, los especuladores indexarán la brecha cambiaria y el precio del dólar ilegal se acerque a los cien bolívares Así que el supuesto, sostenido tanto por los asesores económicos y los economistas de la derecha, que la devaluación está descontada no considera los diversos factores involucrado en la formación de precios. Por tanto, es falso.

2) Una nueva caída del consumo. Esta vez pronunciada. Esto significa una caída de la Demanda Agregada Interna y, en consecuencia, una caída del ritmo de actividad económica. El PIB seguirá cayendo y esta vez de forma pronunciada.

3) Como el BCV decidió no publicar las cifras de PIB y de Inflación, mientras revisaba la metodología, no habrá información oficial sobre estos indicadores y sí habrá información de las agencias privadas de asesoría económica y de las encuestadoras. Cuando el BCV publique la información de la inflación, bajo otra metodología, la misma será poco creíble. Esto incorpora un factor de alta incertidumbre a la fijación de los precios, a las compras de insumos, a las contrataciones y a la fijación del precio del dólar paralelo. El componente inercial de la inflación será estimulado y se producirá un proceso de indexación de precios.

La consecuencia de esta torpe e inoportuna recomendación, que el BCV no publicara cifras, será más combustible para la llama inflacionaria acompañada de contracción.

4) La devaluación y la liberalización de precios de bienes y servicios, llevará a una reducción del costo laboral. El abaratamiento del costo laboral conserva o acrecienta los márgenes de ganancia, por tanto será un subsidio masivo a los capitalistas. Sin embargo, el deterioro del ingreso real de las familias trabajadoras (incluyendo a la clase media inferior) tiene un efecto contractivo sobre el consumo. Esto afectará la actividad económica interna, porque los consumidores depauperados por el ajuste comprarán menos bienes.

5) Sin embargo, dada la alta financiarización de la economía, los capitalistas venezolanos tienen un colchón para esta caída del consumo: los activos que la banca, los industriales y los comerciantes mantienen en sus cuentas en dólares. Esta posición privilegiada, más el despojo que le hacen a los consumidores a través de la inflación, les compensará la caída de los ingresos durante la etapa recesiva del ajuste.

6) Los rectores del ajuste han dicho públicamente que la unificación cambiaria le traerá recursos adicionales al gobierno y que junto a los recursos del aumento de la gasolina servirán para financiar los programas sociales que esta vez jugarán un papel típicamente compensatorio. Lo que le han ocultados los asesores económicos al ministro Ramírez es que, por un lado entrarán más bolívares, pero que estos bolívares valdrán menos por el efecto inflacionario de estas medidas. Así que, en los cálculos, debe medirse el efecto neto de la devaluación, porque de esta manera los ingresos adicionales no podrán cumplir con el objetivo de hacer un ajuste que pretende ser heterodoxo. Esto le pasó a Caldera en su segundo mandato.

7) El aumento de las tasas de interés puede abrir el camino a lo que va ser la segunda fase de la crisis: una crisis bancaria. Esto lo podemos explicar posteriormente. Lo que sí es cierto es que el aumento de tasas de interés y la contracción de la liquidez apuntalan una fase recesiva e inflacionaria. Hay que tomar en cuenta que una parte de los consumidores han optado por alargar su gasto, incluso alimentario, con las tarjetas de créditos. Los límites de estas han sido aumentado sin que el BCV y la Superintendencia actúen frente a esto. Esto es un capítulo repetido de lo que precedió a la crisis bancaria de 1994. ¿Recuerda?

Los “economistas” santos y la política

Pareciera que esto lleva a un suicidio (o un autosuicidio como lo dijo Carlos Andrés Pérez en su momento) del Gobierno Bolivariano. El Ministro Ramírez, sin conocimiento ni experiencia en materia de política económica, planteó que se rodeó de lo mejor del pensamiento económico. Dijo: “Si, nosotros estamos trabajando articulados con lo mejor del pensamiento económico, no solamente los partidarios de la revolución, sino que hemos escuchado bastante a los sectores que en el país tienen una importante opinión en el tema económico”[2]. Pero parece que es lo mejor del pensamiento económico neoliberal.

Lo peor es que consiguió el apoyo del PSUV, sin que los economistas bolivarianos le advirtieran los riesgos.

En estos días los economistas-asesores (los ex-ministros, los de la firma Ecoanalítica y los del Bank of America) están presionando para que se hagan ya los ajustes. Por un lado asesoran y por otro lado acusan al Gobierno de retrasar los ajustes. En todo caso, saben que el Gobierno asumirá el costo político del ajuste y esto alimentará las posibilidades de avance electoral de la derecha. No hay ética en este asunto, hay intereses de clase y grandes capitales foráneos. Por un lado, prestan sus servicios de asesoría al Estado y por otro piden la cárcel o la admisión de la derrota al Presidente de la República[3]. Bromean sobre la incapacidad del presidente Maduro en tomar decisiones. El economista Víctor Álvarez, plantea que “las medidas se caen de Maduro”[4] y pronostica un Gobierno de coalición como salida.

La falta de respeto al presidente Maduro, al gobierno que eligieron democráticamente los chavistas, no sólo viene de una genuina representante de la burguesía, como María Corina Machado, sino de economistas liberales y surfeadores. Se trata de un deslegitimación del gobierno no con la guarimba, sino con la dictadura del pensamiento económico dominante.

A estos economistas, les dedicamos esta frase de una canción de Silvio Rodríguez: “Yo digo que el que se presta para peón del veneno, es doble tonto y no quiero ser bailarín de su fiesta”

Antonio Camilli
tonycamillis@gmail.com
@antoniocamilli

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