Éramos un país respetado hasta que llegaron
estos traidores que nos entregaron a Cuba, la que tiene a Venezuela como una
mercancía transable en el mercado
internacional. Ya no somos república. Somos menos que colonia. No somos nadie.
Por ello nuestra tarea fundamental es la liberación nacional para recuperar la
soberanía plena.
Hemos perdido la soberanía política ante
Cuba. Es Cuba la que decide el destino de Venezuela. Cuba ejerce el gobierno de
Venezuela. Lo ejerce por interpuesta persona, sus títeres. Ellos son los
representantes de Cuba en Venezuela. Representan a la monarquía comunista
cubana.
La dinastía Castro distinta a la Borbón y a
la Austria en que es comunista. Por lo demás, tiene su corte. Sólo ha cambiado
los títulos de marqués, conde o duque por los de combatiente, general o
comandante, el de mayor estirpe.
Una nobleza que viste de rojo, a veces verde
olivo con rojo, pero siempre rojo aunque sea cubriendo la cabeza. Es el traje
nobiliario.
Así, pues, la nobleza de esta etapa
monárquica bajo la dinastía de los Castro se distingue, como las anteriores de
los Borbones y de los Austria, por el título, pero además por el uniforme.
Forman la corte roja, franela roja, camisa
roja o gorra roja. Son los mandamases. Los de hace dos siglos eran los “grandes
cacaos”. Los de ahora, por la variedad de los recursos, son los “grandes
petro”, enriquecidos con la renta petrolera; los “grandes narcos”, enriquecidos
con el narcotráfico; y los “grandes corruptos”, enriquecidos con el saqueo al
Tesoro Nacional. Sin duda forman la casta de los “gigantes de Venezuela”, todos
gigantes en el delito, que practican en dimensiones gigantescas. No conciben
otra manera de delinquir.
En los imperios monárquicos de España,
Inglaterra y Francia los tributos de las colonias eran la base de la
prosperidad económica de las metrópolis. La revolución industrial fue posible
por el aporte de materias primas baratas llegadas sobre todo de África y Asia.
Pero la monarquía comunista cubana ha sido un
caso distinto. El petróleo y los miles de millones de dólares extraídos de
Venezuela no han servido en 15 años para el resurgimiento de la isla. Nada de
revolución industrial. Nada de revolución agro-pecuaria. Un caso asombroso que condena
a la economía comunista.
Solamente el comunismo pudo lograr este
milagro: recibir inmensas sumas de dinero de gratis, un Plan Marshall, y seguir
hundido en la miseria. Con menos toda Europa Occidental resurgió después de una
guerra devastadora.
¿Cuál fue la consecuencia de este milagro
económico del comunismo? Que la explotada Venezuela no pudiera sostener por más
tiempo a Cuba y a la plaga de la corte roja de su monarquía, que se les
convirtieron en una carga insoportable.
Entonces la monarquía comunista cubana
decidió entregarle la soberanía económica a China, a cambio de que financiara a
las dos: Cuba primero y Venezuela después. Vino el Fondo Chino para seguir
sosteniendo a Cuba y su corte de títeres mantenidos en Venezuela. China se hizo
dueña de petróleo y hierro de Venezuela, mediante el endeudamiento masivo. Así
Venezuela perdió su soberanía económica con China.
Convertida Venezuela en mercancía de Cuba
vino ésta y se la ofreció a Rusia a cambio de armas, tanto para el ejército
venezolano como para el cubano. Es Venezuela la que paga el armamento del
ejército cubano. Rusia compró a Venezuela prestándole dinero para comprarle
armas. Venezuela está hipotecada a Rusia por armas. No son para liberar a
Venezuela de Cuba. Son para someterla militarmente a Rusia. Así Venezuela ha
perdido su soberanía militar con Rusia. Es un peón militar de Rusia.
Convertida Venezuela en mercancía de Cuba la
negoció con Brasil. La hizo renunciar al Esequibo para que Brasil pueda
explotar sus riquezas. Allí está Brasil en el Esequibo llevándose las riquezas
que eran de Venezuela hasta que se convirtió en mercancía de Cuba. Por si fuera
poco Cuba negoció a Venezuela con la Colombia de Santos para que aquélla
renunciara a reivindicar su soberanía en la frontera occidental y de sur,
ocupadas por los colombianos de las FARC y ELN. Y el mejor regalo para Santos,
a cambio de negociar con una FARC que ya estaban derrotadas, colocar a un
colombiano en la presidencia de Venezuela, con lo cual se completa la pérdida
de la soberanía territorial en todas las fronteras.
Tenemos perdida la soberanía política con
Cuba, la soberanía económica con China, la soberanía militar con Rusia y la
soberanía territorial en las fronteras con Colombia y Brasil. Ya no somos una
república. Ni siquiera una colonia. Mucho menos que una colonia. Somos
simplemente una mercancía que ahora Cuba negocia con la Unión Europea a través
de la banca francesa. No somos nadie en el mundo.
Entonces nuestra tarea fundamental es la
liberación nacional. Volver a ser alguien en el mundo, recuperando la soberanía
plena.
Jesus A. Petitt Da Costa
petitdacosta@gmail.com
@petitdacosta
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