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viernes, 4 de julio de 2014

PEDRO R. GARCÍA, EL DISCURSO POLÍTICO Y LA RENUNCIA DEL TÓTEM DE LA ECONOMÍA DEL RÉGIMEN, PUNTO DE QUIEBRE

UNA ACOTACIÓN NECESARIA
                                                                                                                                  
El “liderazgo” del gobierno y el sindrome de los (Mirmidones). Los mirmidones eran como lobos carnívoros en cuyos corazones hay fuerza, que habiendo derribado en las montañas un gran ciervo ramado, desgarrándolo lo devoran; pero los hocicos de todos están colorados de sangre, (Iliada, XVI).
EL “Liderazgo” opositor y el sindrome de el Simurg. “Attar, persa del siglo XII, canta la dura peregrinación de los pájaros en busca de su rey, el Simurg; muchos perecen en los mares, pero los sobrevivientes descubren que ellos son el Simurg y que el Simurg es cada uno de ellos y todos”. (Las Eneadas, V, 4, 8,).
En el discurso impertinente vigente en el país, en los últimos dieciséis años ha dificultado la construcción de espacios para el entendimiento, (Más allá de ciertos débiles intentos de diálogo (bienvenidos). En este sentido pudiera hablarse de una cancelación de la política; valido para ambos sectores en confrontación. A pesar que algunas fracciones del bloque opositor han decidido no seguir el plan anterior, y acelera la “salida” el gobierno apresurado la sustitución de la actividad política por un petro-dirigismo estatal (Karl, 1997), de talante autoritario. Este parece ser el marco dentro del cual debe analizarse la confrontación en torno al control de la industria petrolera, primero por el desmantelamiento culposo por parte de el gobierno de la Estadal Petrolera y segundo por los ataques a la cual ha venido siendo sometida, especialmente por actores tanto externos como internos, destaca igualmente desde el régimen la ofensiva despiadada contra los núcleos de la economía privada que ha dejado desalado al campo productor con todas sus inconsistencias históricas, cuyo estelar ariete era el ministro renunciante, (con la realidad has topado Sancho) que en el país llevó a una peligrosa escasez, en estos momentos se registra un interés de el gobierno por la vía de  sus políticas financiera de rectificar, (saludo) Si no hay una inflexión el resultado de ambas posiciones antagónicas puede ser, insistimos, la cancelación de la política y su sustitución por un autoritarismo asentado sobre el carácter rentístico del Estado venezolano.
Es necesario resaltar que esta tendencia se ve reforzada por el hecho de que el chavismo en sus dieciséis años de ejercicio gubernamental, ha privilegiado una visión instrumental del Estado; vale decir una agencia que puede ser conquistada y ocupada por el partido mayoritario, y utilizada como dispositivo al servicio exclusivo de sus intereses.
En este cuadro de frágiles circunstancias que vive el país, importa relievar la vocación que siguen profesando los venezolanos por los valores democráticos, que trascienden el juicio negativo que la población tiene sobre los partidos y el histórico pésimo desempeño del aparato del Estado. Desestimar esta tradición del comportamiento del venezolano, es una grave omisión teórica; sustituirla por una visión maniquea de la política, autárquica (PSUV) o corporativa (MUD) constituye un craso error de carácter estratégico. Las relaciones políticas, no deben ser estructuradas en términos del binomio amigo-enemigo.
Es manifiesto que hay factores que intentan facticamente darle un manejo radical en este contexto, que sólo la destrucción del “otro” proporcionaría salida al conflicto social y político en Venezuela.
A manera de desenlace, pudiéramos caracterizar la lógica dominante en la actual coyuntura política venezolana. Primero: operó una reformulación de las fronteras políticas, que definieron el espacio democrático del país en la segunda mitad del siglo XX. Segundo: los antiguos “marcadores” han sido sustituidos por una polarización que se expresa en bloques políticos mutuamente excluyentes. Tercero: cada vez es más reducido el ámbito para el despliegue de formas hegemónicas de la política. (Restringida solo a los grupos políticos)  Cuarto: esta situación de rigidez pudiera ser propicia para el cultivo de salidas antidemocráticas de cualquier signo. Quinto: lo fundamental en la coyuntura actual es la restitución de la vialidad democrática de la sociedad venezolana.
Desde luego, lo anteriormente descrito constituye una breve introducción a un intento harto complejo (relación cultura y política). Al que se hace forzoso darle continuidad en un trabajo más ambicioso.
En definitiva se pudiera resumir lo que hemos señalado en lo siguiente: distintos rasgos de racionalismo han dominado el espacio público de la política venezolana. En sus distintas versiones, romántica, liberal, democrática, revolucionaria con su debido correlato Socialdemócrata, Socialcristiana, Marxista-Leninista. Esta lógica no ha podido articular efectivamente la dimensión de la cultura con la política.
Esta dislocación cuenta para decodificar las “razones” de la inestabilidad política venezolana a lo largo de los siglos XIX y XX la primera década del siglo XXI. Los opuestos abundancia/escasez aún están presentes en la construcción social de la realidad venezolana. El Estado venezolano lo expresa en sus políticas.
La naturaleza es percibida como abundancia a ser maximizada en términos de renta. Esta lógica, a su vez, se encadena con una visión que privilegia elementos valorativos como solidaridad, igualdad e incentiva una relación paternalista hacia el ciudadano. Igualmente, en la formulación de estas políticas prevalece una visión racionalista que califica de mágico-religiosa la conducta del venezolano.
Se atribuye a esta circunstancia la responsabilidad por las dificultades que impiden el surgimiento de una razonable cultura cívica en el país.
Es posible postular que el significante democracia juega un papel central en las representaciones colectivas del venezolano. En tanto construcción simbólica, establece relación con múltiples referentes. Por ejemplo, en la actual coyuntura política se ha formulado un plan político que ambiciona establecer equivalencias connotativas entre democracia, igualitarismo y solidaridad.  Sin embargo estos ensayos se llevan a cabo en el marco de una visión colectivista, distributiva y maniquea que intentado implantar el campo de lo político entre Honestos-patriotas-pobres vs. Corruptos-fascistas-ricos. 
La consolidación de una democracia en Venezuela ha de ser el resultado de articulaciones entre principios políticos (libertad, igualdad, justicia, participación, y demás). Es impostergable imbricar su política con su cultura. Esta relación no es fácil. Como ya lo hemos señalado las tradiciones populares son vistas por el racionalismo político y en el caso nuestro, lleno de temáticas marchitas, como obstáculos para la modernización.  Sin embargo, el mundo rural, el urbano, el sincretismo religioso, la diversidad indígena, el discurso popular, el mestizaje y otros, son fuerzas actuantes en el presente, que pueden proporcionar las creencias que las libertades políticas deben proteger. Asimismo esta modalidad política se articularía al entreverado de tradiciones, costumbres y creencias que suministrarían atributo a nuestro pueblo, que se trace el ejercicio del poder desde la perspectiva de una genuina cultura política democrática.  Es decisivo que las actuales dirigencias reconozcan, que la sociedad los ha desbordado y que su concepción de la democracia es precaria, ya no satisface las demandas de la mayoría, que desistan de repetir un discurso sostenido en estereotipos conductuales que inducen a la irresponsabilidad, colmado de contenidos gastados, que han favorecido a forjar y mantener a la base social del régimen, con todo y los dieciséis años de precarios logros, en su profetizado Socialismo del siglo XXl. El desafío para la democracia a la que aspiramos la mayoría de los venezolanos, es una de inclusión social. El conjunto del país alternativo no participo en las perversidades en sus expresiones ultimas del poder político y económico que licuaron el ideal que encarnaba el modelo de democracia representativa, y siguen aferrados todavía como náufragos en alta mar a la visión de cuello corto que adoptaron a finales del siglo XX. Es obligatorio levantar una nueva plataforma política desmarcados de quienes siendo responsables de aquel sinnúmero de inconsistencias éticas, que arrojaron a la nación a un estrepitoso fracaso, y que fueron rebatidos en las urnas en diciembre de el 98, electoralmente  además con raciones repetidas en 19 elecciones, donde el país demostrando una bondad infinita y les ha tributado una y otra vez su voto, y ellos en una pasmosa ingrávida y frívola actitud, jamás han susurrado una frase admitiendo por lo menos uno de sus reiterados desaciertos, lo que confirma la sospecha generalizada de que dinamitaron los puentes con la realidad . Lo que esta en liza es demasiado grueso para abordarlo con esa retórica plana, están en fragilizados los valores alcanzados por todos los venezolanos, a pesar de sus debilidades fue un esfuerzo muy duro, para los diversos sectores que se sacrificaron, para avanzar en búsqueda de mejores oportunidades. Por eso no pueden primar, grupos, emblemas, símbolos, ni económicos, ni políticos, ni viejos, ni nuevos, ni faccionales, ni particulares. Hay que debatir a fondo temas como el de la inclusión, el de la representación, que es una de los agotamientos aun en las democracias avanzadas, La inclusión es esencialmente un reto político, sin ella esta en juego la estabilidad de la república misma. Ni el enfoque de la derecha de cuello corta, (la que lincho a Pérez) cuando su ministro de economía les propuso un esquema de capitalismo moderno) con el que podríamos estar en desacuerdo, pero que no le contrapropusieron otro, especialmente la derecha nuestra de cada día cuyo pensamiento está todavía por revelarse, en el presente hacen esfuerzos para algunos planteos pero asoman un discurso de sumisión ciega a los intereses oscilantes del capitalismo global, su perspectiva es de cabeza cuadrada, economicista, policial, y político-militar, garante de un orden injusto que privilegia solo sus intereses, “ese no es el camino”, tampoco lo es, el que sin respeto a unas reglas mínimas de convivencia, en un escabroso modelo de petroditigismo-pretorianismo, obscenamente corrompido que conducen sin mediaciones y en amalgama indigesta entre lo publico y lo privado se revelan la articulación de mafias paraestatales en las distintas instancias de la sociedad. La otra cara de la moneda que surge en este momento, es como les está estallando en la cara las evidencias incontestables de su incapacidad, así como las manifestaciones brutales y visibles de la peligrosa criminalización de la política en los eventos de protestas últimas encabezadas por los jóvenes universitarios, que liquida toda posibilidad de convivencia y lacera nuestro sensible tejido político. Todos los venezolanos sin excepción debemos trazarnos en esta hora exigida de la república una ofensiva por su reconstrucción moral, hay que romperle el espinazo a las manifestaciones de cinismo de las viejas y nuevas elites, que vulneran nuestra precaria estabilidad como pueblo, eso si con la gramática adecuada, no existirá democracia sana sin justicia, sin amor, sin solidaridad, pero tampoco será posible sin tolerancia, sin respeto, sin derecho a los disensos, al pluralismo a las libertades; sin transparencia  sin rendición de cuentas, y esa ofensiva no puede ser conducida por los Autoubicados ellos en  los  buenos pretender librar, como David frente a Goliat. El combate de los auténticos buenos (ellos) contra los falsos buenos. En tal postura hay un monstruoso oportunismo, cinismo, y simulación. Postergados los criterios ideológicos, han convertido este en el momento estelar del tráfico cambiario. (SICAD I Y SICAD II). Esos tales que no les interesa en lo mas minino nada que tenga que ver con el bien común, sino solo de apetencia personal y egoísta, esto hay que confrontarlos por las mismas razones que nos ha llevado a desafiar a los farsantes que disfrazados de “revolucionarios” han roto sueños de redención, de los mas débiles los preteridos de siempre. Hoy empiezan a sentirse frustrados, e intentan reestimularlos apelando a sus ofuscaciones ambicionando que vuelvan  a suscribir esa opción, pero esos sectores observan con estupor que se regresa con más impulso al camino fácil de las corrosivas y añejas practicas demagógicas, al reparto nefasto de cuotas de poder y de prebendas basadas, no en la voluntad, entrega, honestidad, y profesionalismo al ejercer una función determinada, sino a la viciada vinculación con las redes del poder de turno, a la filiación partidista, al compadrazgo, al nepotismo y esto no apunta para su beneficio, sino al sectarismo ramplón de la distribución obscena del poder, en función de mezquinos intereses, personales, grupales y partidistas. La República de ciudadanos no será posible con el regreso a los viejos vicios; y mucho menos con la entronización de los nuevos con la falsa etiqueta de virtudes. Las desviaciones de ayer y de hoy causan las ficciones del mañana. Lo que el país necesita es la fortaleza virtuosa que los helenos llamaron areté ciudadano y los cristianos rectitud ética.
El Nuevo Liderazgo necesita reflexionar su relación de subordinación con la lógica Capitalista financiera imperante.
Hace buenas migas con el despotismo y la corrupción de la decadencia de los grandes relatos (incluyendo la declinación del relato liberal de enriquecimiento sine die de la humanidad)
No lo perturba
No prescribe nada.
Esta presente en todas partes, pero más como necesidad que como finalidad.
Para concluir:
Se percibe que global y localmente hay una tarea decisiva. Esta implica como mínimo, la resistencia al simplismo, a los slogans a los sketchers, a los reclamos de exigencia y facilidad de restaurar valores seguros.
La simplificación se nos revela ya como bárbara, como reactiva. La “clase política del país” debe lograr esta decodificación, sino quiere caer en su cesación y empujar al país en una aparatosa caída.

Pedro Rafael Garcia Molina
pgapgarcia5@gmail.com
@pgpgarcia5

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