Rómulo
Betancourt fue el político más importante de Venezuela en la segunda mitad del
siglo XX.
El último gesto político de Betancourt se produjo cuando habló, en febrero
de 1981, a la XXI Convención de Acción Democrática.
En ese discurso, Betancourt propuso un gobierno de concentración nacional
integrado por gente de los dos grandes partidos políticos que existían para la
época y que juntos representaban cerca del 90% del electorado. Además,
Betancourt proponía que en ese gobierno se incorporaran figuras representativas
del mundo de la producción: empresarios y trabajadores.
Para
esa fecha, la CTV y Fedecámaras eran instituciones con amplia audiencia
nacional.
Me voy a limitar a citar algunas de las frases que Betancourt incluyó en su
discurso.
“En
Venezuela estamos viviendo un momento de crisis”, “una crisis económica”. Pero
hay algo peor, decía, “una falta de fe que se ha extendido por todo el país.
Una falta de confianza en el régimen democrático”. No hay inversiones, ni
inversionistas y “no invierten porque no tienen fe en el sistema de gobierno
que existe en el país”.
“Tenemos el problema básico de que, si no se modifica el consumo de la gasolina
y otros derivados del petróleo mediante las alzas del precio de la gasolina y
otras medidas, dentro de unos años, Venezuela estará consumiendo más de dos
millones de barriles de los 2.700.000 que exporta”.
“Y entonces llegará el momento que no habrá dinero, divisas, para
alimentar el 75% del presupuesto. Porque nacionalizamos el petróleo -decía
Betancourt-, pero seguimos dependiendo de ese petróleo e importamos el 60% de
lo que consumimos en bienes, alimentos y servicios que se pagan también con
divisas-petróleo”.
“Planteamos la necesidad de un gobierno de concentración nacional. Solo un
gobierno con esa fuerza puede ser capaz de enfrentar los problemas que tiene
Venezuela y que están allí, mientras el país político se dedica al tiroteo
verbalista gobierno y oposición, atiborrando la pantalla chica de la televisión
y las páginas de los periódicos con un contrapunteo vacío y, hasta me atrevo a
decir, antipatriótico, ante la realidad que vive Venezuela”.
Este discurso fue dicho en febrero de 1981. Yo lo suscribo plenamente 33 años
después.
Eduardo
Fernandez
efernandez@ifedec.com
@efernandezve
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I) Para mi, huerfano en politica, RBetancourt fuè, es y serà UN SEÑOR MUY SEÑOR quien regentò Miraflores en 2 oportunidades, una de ellas --la ùltima-- a voto lìmpio. Por su señorìo y sapiensia ha podido repetir su pasantia en tan añorado Palacio, pero su venezolanismo, su inquebrable afàn demòcrata con historica y con leyenda y su sueño de una VENEZUELA DE LOS Y PARA LOS VENEZOLANOS, se enclaustrò cediendo oportunidades a los 4 que vinieron despues, hasta su desapariciòn fìsica en 1981. II) Para mi, huerfano de politica, EDUARDO FERNANDEZ podrìa ser EL HOMBRE que reemplace una cuotaparte importante de RBetancort e implantando una LIGA POLITICA VENEZOLANA, para crear un NUEVO GOBIERNO integrado por LO MEJOR de nuestros humanos, sean del color que sea sus pensamientos, pero que deseen trabajar en pro de una VENEZUELA DE Y PARA LOS VENEZOLANOS.
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