Cuando supe del III Congreso Ordinario del PSUV me
dediqué a reunir y estudiar concienzudamente todo el material que los
organizadores del evento prepararon, como si
yo fuera un disciplinado y crítico componente de esa organización, tratando
de comprender las ideas fundamentales y de hacerlas mías intelectualmente, cosa
que, creo, muy pocos chavistas han hecho.
Estudié El Libro Rojo, El Libro Azul, Un Brazalete
Tricolor, Una Luz al final del Túnel, El Árbol de las Tres Raíces, la Agenda
Alternativa Boli¬variana, el Programa de Gobierno de 1998 “La propuesta de Hugo
Chávez para transformar a Venezuela”, la Propuesta de Hugo Chávez para
continuar la Revolución (2000), Líneas
Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2001-2007),
el Proyecto Nacional Simón Bolívar Primer Plan Socialista 2007-2013, el Plan de
la Patria 2013-2019, Golpe de Timón (Octubre 2012), Aportes a la Consti¬tución
Bolivariana de Venezuela, Leyes Orgá¬nicas, Leyes Habilitantes, Documento de
Crea¬ción de la Alternativa Bolivariana de Nuestros Pueblos de América (ALBA),
Comuna o nada, además de tener como referencia las obras completas de Francisco
de Miranda, las de Simón Bolívar, las de Simón Rodríguez y lo que se ha escrito
sobre Zamora y la Guerra Federal; a Dios gracias, dispongo de una buena
biblioteca y tengo las obras completas de Marx, Lenin, Mao y Gramsci. Además,
bajé de la página web el Proyecto de Resolución Internacional y el Documento
Fundamental de la Comisión Ideológica y Programática.
Afortunadamente, ya había leído el grueso de esos
documentos y me pareció que, para no desvariar ante tanto material, decidí
concentrarme en el Documento Fundamental de la Comisión Ideológica y
Programática, el cual, si no me equivoco, estuvo a cargo del diputado Jesús
Farías.
UNA
COLCHA DE RETAZOS
Este documento, que está pesimamente escrito,
resume en gran parte todo ese pastiche ideológico que conforma el chavismo o el
llamado Socialismo del Siglo XXI; consta de varios enunciados, sin mayores
argumentaciones, que ponen en evidencia una serie contradicciones y vacíos
conceptuales que hacen de esa estructura ideológica algo que me he dado en
llamar “política-ficción”, porque, así como hay un género literario llamado
ciencia-ficción, de la misma manera este documento plantea el discurso ficticio
que sostiene al socialismo y, al contrario de la ciencia ficción, donde sus
autores tratan al menos de crear en el discurso literario un elemento de
verosimilitud narrativa, en éste la verborrea doctrinaria parece más bien la de
un dogma de una secta cuasi religiosa, que espera de sus seguidores, más un
acto de fe que su comprensión e inteligencia.
Comienza el documento con una típica fórmula
retórica del totalitarismo más ramplón: “El legado de nuestro Comandante Hugo
Chávez Frías es de una riqueza incuestionable”, si ese legado es incuestionable
entonces es dogma, aún más cuando, en lo personal, cuestiono esa “riqueza”;
Chávez no era un autor, dejó sólo una ínfima obra escrita, lo demás son cosas
escritas por otros, principalmente piezas legislativas que Chávez pudo haber
inspirado, pero que no escribió.
Lo que sí dejó, y en abundancia, fueron discursos,
la mayoría no previamente escritos y producto de la improvisación, y muchas de
sus intervenciones en televisión y radio eran parte de esa indetenible e inconexa
verborrea, que padecía y nos hizo sufrir como audiencia de sus infames
“cadenas”; ese material fue posteriormente transcrito y “corregido”.
Dice el documento que Chávez fue depurando su
concepto de democracia, de democracia revolucionaria y socialista, que debe
tratarse de unas formas muy particulares y distintas al concepto de democracia
formal que se conoce en occidente, nunca las define.
Explica el autor de este documento: “En múltiples
oportunidades El Comandante se refirió al Partido, a nuestro PSUV en
construc¬ción, en forma de crítica muy severa porque esperaba de él, en tanto
que expresión del Pue¬blo Organizado…”. En este texto se evidencia uno de los
primeros intentos de “confundirse” con el pueblo, que es una de las manías más
notorias de los socialistas, los cuales, en su afán totalitario se apoderan del
concepto y la naturaleza del pueblo, encarnándolo de manera exclusiva y en
detrimento de cualquier otra expresión; es una forma de decir: “o eres
socialista o no eres del pueblo”.
Y aquí, en apenas el principio, aparece una de las
grandes falacias que estos revolucionarios alimentan y creen; en el punto 1,
titulado “Legado de Chávez” dice: “La revolución que surge con la fuerza del
pue¬blo es un hecho histórico, porque está asociada a la acumulación de
conciencia, que se repro¬duce por la lucha de clases a lo largo de los
pro¬cesos ocurridos en la humanidad.”
CON
INTERESES DETRÁS DEL “INTERÉS SUPERIOR”
Debo hacer varias observaciones, hay una rica veta
de autores, sobre todo de historiadores y filósofos, que han estudiado las
revoluciones en el mundo, que coincide en la opinión de que la gran mayoría de
las revoluciones nace a partir de un grupito de incitadores con intereses
específicos, no son masivas, las revoluciones que triunfan lo hacen cuando al
final de las mismas, crecen y conforman una masa crítica suficiente, para
prevalecer sobre una mayoría expectante, y muchas veces indiferente a los
acontecimientos, que acepta calladamente los resultados de la revolución.
La acumulación de conciencia, en una clara
referencia a la conciencia colectiva, es un concepto reiterativo que usan y que
simplemente no existe; no hay conciencia colectiva, lo que hay es muchas
personas conscientes de algo, pero que exista algo allá afuera, diferente a las
personas, y que ese algo tenga una consciencia, es pura paja, por lo menos,
científicamente indemostrable. Eso sí, los que escribieron este documento
quieren hacernos creer que esa consciencia colectiva reúne, o se alimenta de
todas esas revoluciones anteriores y va creciendo.
En cuanto a la lucha de clases, que forma parte de
la teoría marxista, con la que explican el porqué de los cambios históricos, es
apenas una de las variables, no la única, que modernamente se toman en cuenta
al momento de examinar las causas de la violencia social y las reformas que de
ella se derivan.
BAJO
UNA COMPROMETIDA VISIÓN DE LA HISTORIA
Seguidamente, se adentran en una muy deficiente
comprensión de los sucesos históricos del descubrimiento de América, que ellos
llaman “la invasión”, “la explotación” y “la colonización del Imperio del Reino
Católico de España”. Empiezan a aplicar una serie de conceptos marxistas que
nada tienen que ver con los hechos históricos, empezando porque dicen que en
las relaciones de producción de aquellos tiempos pre-capitalistas, eran ya
conscientes sus promotores de la plusvalía, de la maximización de las ganancias
y la transculturización para crear una infraestructura y una superestructura
capitalistas… lo que quiere decir que, 300 años antes que Marx, ya Fernando e Isabel
eran tan capitalistas como Rockefeller o los Bush, por lo menos en sus
intenciones.
Continúan enredándose con el asunto de que los
capitalistas lo que buscan es apoderarse de los recursos naturales
estratégicos, por medio de la propiedad privada y del exterminio de seres
humanos y culturas. Luego caen en la afirmación de que nuestro patrimonio
cultural histórico es básicamente antiimperialista, razón por la que nuestra
geopolítica ha sido fundamentada en la dualidad del robo vs. Defensa de
nuestros recursos naturales estratégicos, desnacionalización vs.
Nacionalización, capitalismo vs. Socialismo.
Luego de este malabarismo histórico caen en la
acusación: “Venezuela ha sido víctima de la injerencia de los imperialistas
España, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos, además de
invasiones militares y de diezmar a los pueblos autóctonos indígenas; han
alimentado gue¬rras fratricidas; el robo de parte de su terri¬torio; deudas
impagables; planes económicos generadores de pobrezas; privatización de los
recursos naturales estratégicos; transcultura¬ción por la vía del consumismo,
individualis¬mo, violencia, separatismo, pérdida de valores autóctonos, entre
otros.”
Para este momento de mi lectura, ya entiendo porque
el país está tan confundido, no se menciona para nada a los cubanos, a los
chinos, a los rusos y bielorrusos, a los brasileños… pero se entiende, éstos
son “amigos”, “camaradas”, esa visión de la historia, como resultado de la
explotación y el dominio, la utilizan para justificar las teorías de la
liberación nacidas en la Revolución Cubana.
Acto seguido, mencionan una serie de eventos
históricos, que tienen que ver con supuestas revoluciones en nuestro país, para
caer en una “síntesis” de acumulación de conciencia que lo que ha hecho es institucionalizar
la nueva legalidad de la Revolución Bolivariana… y apenas vamos por la página
dos, de un documento de 34 páginas, a doble columna, llenas de pura
incoherencia y afirmaciones “al boleo”.
PARA
JUSTIFICAR EL ESTADO COMUNAL
El documento sigue con una serie de imprecisiones
sobre la “obra” de Chávez, recordándonos que: “Su principal desafío es hacernos
libres definitivamente con la concreción de la revolución económica, su aporte
esencial es la estrategia de la construc¬ción del poder popular por medio de
las comu¬nas productivas desde la concepción socialista, que establezcan el
Estado Comunal.”
Y es en este momento que entramos en territorio
desconocido y peligroso, creo que lo fundamental es el contenido económico del
documento, y parto con una cita de Chávez incluida como fundamental, que trata
sobre lo que los chavistas tienen que hacer con el país desde el gobierno, dice
Chávez, hablando de su programa para el socialismo: ““Este es un programa que
busca traspasar “la barrera del no retorno.” …La coherencia de este Programa de
Gobierno responde a una línea de fuerza del todo decisiva: nosotros estamos
obli¬gados a traspasar la barrera del no retorno, a ha¬cer irreversible el
tránsito hacia el socialismo….”
En realidad lo que estaba diciendo era que había
que acabar con nuestro sistema económico financiero, destruir nuestro aparato
productivo, de forma tal que el país quedara en la inopia, que fuéramos todos
tan pobres, y Venezuela quedara tan arruinada, excepto por los dueños del
petróleo, para de esta manera no tener otra opción que el sistema comunal y el
dominio del estado sobre la sociedad.
¿Pero qué es ese sistema Comunal? He allí el
verdadero problema, ninguno estos chavistas sabe de qué habla cuando dice
querer sustituir el sistema económico capitalista, al que a cada momento jura
destruir, aunque nos haya funcionado, bien que mal, por tanto tiempo, por el
comunismo.
El sistema comunal que presentan no tiene ni pies
ni cabeza; luego de una larga lista de desaciertos, errores y fantasías sobre
el capitalismo, en la que se reúnen todos los lugares comunes de las denuncias
aparecidas en los libros de comunistas, que niegan el libre mercado, y luego de
explicar la gran conspiración mundial contra Venezuela por parte de los EEUU y
la mentada Guerra Económica, que nos tienen aplicada para destruir la
revolución, se adentran en el pantanoso mundo de cómo van a solucionarnos el
problema económico.
SIN
MENCIONAR LA BOLIBURGUESÍA
Es interesante que, por ningún lado, aparece una
sola mención a la boliburquesía, que se ha instalado en el país y que ahora son
dueños de la mayor parte de las empresas productivas, que son su propia gente,
adinerada vía la corrupción y el delito. En el texto se siguen refiriendo a una
burguesía capitalista, que ya no existe, que la han acabado y expulsado del
país, transpiran hipocresía por los poros, ya que hay un liderazgo chavista
acomodado en esa nueva burguesía, jugando el mismo juego capitalista desde el
poder, ya que muchos de esos nuevos empresarios son hoy dirigentes principales
del PSUV, y son los nuevos dueños de fábricas de productos alimenticios, de
cadenas de farmacias, de centros comerciales, de medios de comunicación, de
bancos y compañías de seguro, etc. Pero
obviemos esa verruga, y sigamos.
En su primitivo mundo, los chavistas ven a la
sociedad venezolana compuesta por solo dos grupos: los trabajadores
asalariados, que son la gran mayoría, y los propietarios de los medios de
producción, la minoría explotadora; para ellos, el estado empresario no tiene
vela en este entierro, aunque se trate del empleador más importante del país,
pero lo ignoran. Sobre esta base montan la lucha de clases y la importancia del
sector obrero al que tienen tomado por los testículos y hacen con el lo que les
da la gana, al punto que les han impuesto “sindicatos bolivarianos”, afectos al
patrono, para que “defiendan” sus derechos laborales.
Hablan de la enorme inversión que ha hecho la
revolución en el área social y de cómo los avances del “pueblo”, que ahora
disfruta de una mejor calidad de vida, son innegables… luego de esa
“mentirilla” se refieren al Sistema Financiero Nacional Bolivariano, como
instituciones con una óptima captación del ahorro y canalización de créditos al
sector productivo; la verdad es que detrás de la fachada de todos esos bancos
públicos existe una enorme corrupción, que apunta a todo lo contrario de lo que
el documento alega, es en esas instituciones donde el dinero de la renta
petrolera se diluye por los caminos verdes, algunos devinieron en enormes
lavadoras de dinero sucio, como no existen controles ni auditorías, los bancos
del estado son simples taquillas para los grandes negociados cambiarios y de
asignaciones de cupos de divisas, otro practicado “vicio capitalista”, pero
nada de esto se menciona.
OBVIANDO
EL MERCADO
En muchos de estos documentos se afirma que el
trabajo productivo es importante para el socialismo, pero es un productivismo
asentado no en el rentismo o acumulación de capital, sino en función social,
paralelamente establecen la necesidad de crear nuevas medianas y pequeñas
empresas, con un desarrollo tecnológico propio, con bajos costos de producción,
mínimo impacto ambiental, imbricadas en una planificación estatal para la
satisfacción de las necesidades del pueblo, donde el valor de los bienes y
servicios sea asignado, no por el precio de mercado, sino por su uso. Cómo, quién, cuándo y dónde se establece ese
valor de uso, no lo explican.
En resumen, esta gente no tiene la menor idea de
qué hacer con la economía del país una vez que acaben con el capitalismo, van
para atrás y para adelante como el cangrejo; los boliburgueses viven en el
capitalismo salvaje más primitivo que existe, pero quieren que el pueblo viva
como los recolectores y cazadores del neolítico; hablan de convertirnos en una
superpotencia mundial pero ya ni siquiera tenemos luz para alumbrarnos.
Esta visión de la economía presenta grandes
interrogantes, la experiencia en los sistemas socialistas en Europa y Asia han
demostrado que la fórmula es inoperante, porque lleva directamente a la ruina y
al empobrecimiento general de la población; cuando el estado interviene de
manera tan decisiva en la economía, el sistema productivo empieza a hacer
aguas, no hay eficiencia, no hay planificación, no hay maneras de asignarle
valor a las cosas, todo se retrasa, o se pierde, no llega a donde tiene que
llegar en su momento preciso, se genera escasez, los mercados negros se
multiplican, se alienta la inflación, se nutre la corrupción…
PARA
REGRESAR A LA PREHISTORIA
Sabiendo
esto, ¿Por qué insisten en ese modelo? De manera criminal, el documento
expresamente señala que lo que el país debe hacer es amoldar su cultura de la
necesidad a la capacidad del aparato productivo, volver a los patrones de vida
originarios de nuestra cultura aborigen, es decir, vivir como lo hacían los
indios antes de la llegada de Colón; nos pide no compararnos con otras
economías más evolucionados sino vernos con “ojos propios”, sin imposición de
culturas consumistas ni inversiones que signifiquen privilegiar intereses
foráneos, en pocas palabras, encerrarnos en una burbuja, desconectarnos del
mundo, acostumbrarnos a la escasez y sobrevivir como hacían los aborígenes,
mientras los que nos gobiernan viven como ricos.
La
salida económica que propone el PSUV está tan alejada de la realidad y de la
verdadera naturaleza humana que, simplemente, es una burla a la inteligencia;
pero lo que más asusta de ese escenario es que se ha venido cumpliendo de
manera inexorable. La razón ha sido desterrada de nuestra economía y, en su lugar,
existen una serie de consideraciones sentimentales, ideas primitivas y
creencias mágicas, que parecen propias de un aquelarre y no de una sociedad
moderna.
Lo
que se está discutiendo en el III Congreso del PSUV, bajo el lema del
Socialismo del Siglo XXI, es volver a tiempos precolombinos, al más abominable
incanato, es el plan de dominación más absurdo y patético del que se tenga
memoria en la historia de las ciencias sociales. Si no me creen, lean – yo
traté de ahorrarles el mal momento - los documentos que ellos llaman
“fundamentales”. Estamos en manos de una partida de orates irresponsables. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
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