Está visto que el Capitán Diosdado Cabello tiene un
problema con el verbo renunciar, pareciera que sus estudios lingüísticos y
gramaticales, sus conocimientos sobre etimología, lexicografía, semiótica y
lógica le hacen suponer que la palabra comporta una carga contrarevolucionaria
de primera magnitud; por alguna desconocida razón, privan en sus
consideraciones acepciones de orden criminal, golpista e ilegal cuando escucha la palabra, y más, si
proviene de una mujer y, todavía peor, si se trata de una opositora política,
es decir, de una entidad o ser no socialista, no revolucionaria, claramente
burguesa y de pensamiento liberal.
La palabra renunciar debería, en su criterio, ser
vetada en el léxico de los políticos de la derecha, tiene un tono subversivo,
una intención oscura, un significado conspirativo, es claramente accesoria a un
plan magnicida… renunciar, para los apátridas, es casi una incitación al coup
de etat de los franceses, al golpe continuado de los parlamentarios del PSUV,
al golpe seco de los militares con Chávez.
La palabreja ha adquirido ribetes de insulto, de
mentada de madre ¿Cómo se le ocurre a un opositor al socialismo del siglo XXI
pronunciarla? Y menos, si se refiere al Presidente Maduro, por Dios santo, es
el presidente, el único funcionario de todos los funcionarios públicos que no
puede ni debe renunciar! Será que en la Constitución Nacional está claramente
expresado que AL PRESIDENTE NO SE LE PUEDE PEDIR LA RENUNCIA?. Diosdado no menciona el artículo, pero está
seguro de que en algún lado dice ES UN DELITO PEDIRLE LA RENUNCIA AL
PRESIDENTE, cualquiera sabe que eso es así, no sólo es una presión indebida al
mandatario que tiene su cabecita ocupada en solucionarle tantos problemas al
mundo, entre ellos, imaginen, salvar la raza humana de su propia destrucción…
¿Cómo pueden pedirle la renuncia a un presidente que está construyendo un nuevo
orden internacional?
Es simplemente un crimen y el Tribunal Supremo de
Justicia lo sabe, ¿Escucha el Tribunal Supremo al Capitán Diosdado Cabello?
Debe interpretar la palabra renuncia como un crimen de lesa majestad cuando sea
pronunciada por un opositor, que dice estar en su derecho constitucional; él,
el Capitán Diosdado Cabello, fue parte de una revolución que no pedía con
palabras la renuncia de ningún presidente, sólo iban a matarlo, y para ello le
dispararon a su casa, a su familia… pero eran balas, las balas no renuncian,
matan… pero eran otros tiempos donde las cosas se hacían por amor.
Pero la renuncia es clave en el magnicidio que está
planificando la extrema derecha, es el ariete que abrirá el boquete por donde
penetrarán los mercenarios para-cachitos contratados, será la señal para que
Miraflores sea sobrevolada por esa fuerza aérea privada que espera, impaciente,
en Colombia y que el periodista investigativo José Vicente Rangel tan
valerosamente ha denunciado una y otra vez, ofreciendo fotos, exponiendo pistas
de aterrizaje, hangares, armamento, nombre de los pilotos, recibos de
combustibles, vouchers de tarjetas de crédito de los hoteles donde se hospedan
estas fuerzas del mal… y el gobierno Colombiano como si nada.
Renuncia, esa es la llave criptográfica de toda
esta conspiración; no ven que viene del latín y está compuesta por re y nuncio,
que significa renunciar a un derecho, ¿Qué revolucionario digno y fiel al
Comandante Supremo va a renunciar? ¿Qué cuento es ese de que un presidente
chavista renuncie? Puede renunciar el Papa, si le da la gana; puede renunciar
el Rey de España, si ya no quiere seguir mandando; puede renunciar Bill Gates a
su fortuna, si ya no la necesita… pero ¿Nicolás Maduro puede renunciar a la
presidencia que tanto le ha costado a los chavistas conservar para
siempre? Eso es un exabrupto, una
grosería, un pecado, un insulto a la inteligencia, una irreverente pistolada,
un delito… y repite que renunciar es parte de una conspiración magnicida,
blandiendo el librito azul de la Constitución que consagra que no es aceptable
exigir la renuncia, él, que fue constituyente originario, él más que nadie
sabe, que en algún lugar de esas normas está claramente establecido que la
palabra renuncia es impronunciable en el territorio nacional a partir de 1999,
y quien lo haga está sentenciado al paredón y a tres sentencias de por vida
acumuladas.
En qué país vivimos, él, el Capitán Diosdado
Cabello, que tan valerosamente, y de acuerdo al espíritu de la ley, y conforme
a los más sagrados principios democráticos, “renunció” a la diputada María
Corina Machado de su curul, porque le daba la gana, en su carácter de
Presidente de la Asamblea Nacional, investido de la potestad chavista de
renunciar a quien sea, como sea, cuando sea.
Diosdado se
opone a la renuncia del presidente, porque para un revolucionario el proceso es
lo más importante, sin proceso no hay nada y el proceso es irrenunciable.
Quieren hacer de este episodio un ejemplo mundial
de cómo se gobierna en Venezuela, con apego estricto al significado
revolucionario del lenguaje, donde la palabra renuncia queda proscrita del
léxico venezolano, mientras se trate del presidente… y no les quepa la menor
duda, muy pronto, será vetada en todo el territorio latinoamericano.
Bolívar nunca renunció a nada (los historiadores
están revisando con denuedo y cambiando la palabra por “abstención voluntaria
de la condición de usuario”), ningún revolucionario renuncia a nada en este
país, aquí los mandatos son eternos, los compromisos inacabables, los
nombramientos hasta la muerte y muchos de ellos se prolongan en el empíreo.
Maduro no tiene otra manera de pronunciarse sobre
la diputada María Corina Machado sino como “asesina”, no sabemos quienes fueron
las víctimas ni como produjo esas muertes, no importa, quienes pidan la
renuncia al presidente son unos asesinos de ilusiones presidenciales, de ganas
de mandar, de victorias electorales “trampa-rentes”, de que Pastor Maldonado
deje de chocar autos de formula 1.
Y así continuamos en esta revolución humanista: así
como ahora no se puede pedir el desalojo del inquilino, no se puede hablar del
precio del dólar, no se despide a los empleados, nadie podrá pedirle la
renuncia a Maduro, ni a quien esté inscrito en el PSUV. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
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