El
expresidente de la República Ramón José Velásquez Mujica ha fallecido el día 24
de Junio de este año.
Abogado,
historiador, periodista, escritor y, sobre todo, figura emblemática de la
cultura democrática que prevaleció en el país a lo largo del siglo pasado. Si
quisiéramos definir con una frase a este distinguido venezolano, diríamos Ramón
Jota o la pasión de ser venezolano. Este ilustre tachirense, nacido en San Juan
de Colón, Táchira un 28 de noviembre de 1916, a lo largo de su dilatada
existencia se dedico con afán a estudiar las circunstancias históricas,
políticas, geográficas que conforman a esta nación que hoy en día conocemos
como República Bolivariana de Venezuela. Basta con reseñar dos de sus
contribuciones al conocimiento de los
fundamentos donde asienta el país: "Confidencias imaginarias de Juan
Vicente Gómez" y "La caída del liberalismo amarillo (Tiempo y drama
de Antonio Paredes") Con lucidez y angustia RJV se pregunta "¿Y acaso el arbitrismo o la iluminación
del elegido que legisla desde el Sinaí del poder, el amiguismo, los seudo
caudillismo provincianos, el peculado, el tráfico de influencias, el
celestinaje han desaparecido? Su respuesta es inequívoca, para evitar esos
males hay que democratizar el estado venezolano. Y para ello se hace indispensable su reforma. Así fue que asumió
la presidencia (1984-1986) de la Comisión Presidencial para la Reforma del
Estado (COPRE). Desafortunadamente viejos hábitos autoritarios desalojaron este
inicial ímpetu democratizador.
Su
relación con la Universidad de Carabobo fue intensa. Durante la gestión del Dr.
Gustavo Hidalgo y bajo los auspicio de la recién creada Comisión Presidencial
para la Reforma del Estado (COPRE), se organizó en esta ciudad en el año 1985
un evento de alto impacto nacional. Me refiero al "Simposio Nacional sobre
la Reforma del Estado: la región y los nuevos actores políticos". Durante
una semana la UC y la ciudad de Valencia acogió a lo más representativo del
pensamiento político y social para debatir sobre las vías para llevar a cabo
las reformas del estado necesarias para alcanzar una nueva estructura de poder.
Posteriormente
esta institución universitaria lo acogió como miembro de su claustro. Le
confirió el Doctorado Honoris Causa de mano del rector Gustavo Hidalgo. En
aquella ocasión tuve la responsabilidad de dar el discurso de bienvenida a este
ilustre venezolano. Me permito resaltar un párrafo de aquellas palabras:
"Hoy día no es suficiente prometer; hace falta querer y hace falta poder.
Este sistema no quiere ni puede porque sus fundamentos son incompatibles con
una organización diferente mas justa y más humana de nuestra sociedad".
Ramón
Jota predicó una máxima de intensa
relevancia en el presente: la historia siempre revela lo que las palabras
ocultan. En otros términos, la indagación histórica es esencial para la
comprensión de las sociedades. Sus estudios, por ejemplo, develaron la tragedia
que se avecinaba. En una entrevista en el diario El Nacional, el domingo 27 de
marzo de 1983, con gran claridad señaló: "un nuevo país estaba tocando la
puerta de la fortaleza y que frente a esa situación, los amos del poder
político se enfrentaban a una disyuntiva dramática: o abrían esas puertas o serían
derribadas.". Lo sucedido es historia conocida. Los débiles
contrafuertes de nuestra democracia no
resistieron la embestida autoritaria.
Ramón
Jota fue un intelectual que amaba y le dolía el país.
Paz
a sus restos.
Nelson
Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
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