Nuestro
enclaustramiento como país (como venezolanos), dentro de esta economía
catastrófica, está convirtiendo nuestra existencia en una espectacular penuria
cuasi cinematográfica. Aunque no llega de la mano de la Warner Bros. Pictures,
sino de una cáfila dirigente (peligrosamente ingnorante, diría uno) que ha
producido tal acumulación crítica de desequilibrios macroeconómicos que está
devastando la sala de máquinas de la nación.
O,
por decirlo de otra manera, está destruyendo los bloques del motor de este
artefacto que llaman Venezuela. Algo que alguna vez fue un país próspero o en
vías de…, y que ahora, bajo este “alto mando” cívico militar, navega en un
extraño mar inmóvil.
EL
MAR DE LOS SARGAZOS, ¿NO?
Y
todo en medio del sonido ensordecedor (no, no lo nieguen) de una retahíla de
alarmas que proceden desde dentro y fuera del país, incluso desde las partes
todavía sensatas de eso que llaman “chavismo”.
Me agarro de lo que hay (sin juicio previo): por ejemplo, de la botada
este jueves de Temir Porras, una ficha, me dicen, muy cercana a Cilia Flores,
fulminado de su cargo como Comisionado Presidencial de Asuntos Estratégicos del
Gobierno, ex presidente del Fonden, del Bandes y uno de los hombres más
influyentes del gobierno de Chávez y del de Maduro. O de la sacada del juego de
Giordani y de la ajetreada y enigmática ejecutoria o performance gubernamental
de Ramírez.
Porras,
rara avis dentro del erial ejecutivo del chavismo (incluyendo sus estudios de
Ciencias Políticas e Historia en La Sorbona y en la famosa Escuela Nacional de
Administración de los funcionarios públicos franceses y algunos renombrados
políticos europeos), se ha atrevido a lanzar un documento interno crítico de la
actual conducción, que al mismo tiempo plantea claramente que el chavismo
necesita de un liderazgo personal sólido, y que el de Maduro reclama angustiado
que “hay que hacer esfuerzos por manejar una economía tal como es hoy, y no
como quisiéramos que fuera en un mundo que aun no existe”. Y que “la política
es un lujo para quienes viven en la angustia de la supervivencias y preocupados
por el mañana”. Y que “lo de llegar a fin de mes con una inflación del 5%
origina un pase de factura inmediato”.
Constituyen
clarinadas de advertencia: “Conducir con racionalidad la política económica no
es neoliberalismo [...] En cuestión de meses podemos perderlo todo, por lo que
se debe invertir esta tendencia y rápido”. Un llamado a poner los pies sobre la
tierra a esta especie de camarilla irracional que ha metido al país en un
agujero oscuro, ¿quizás hacia nuestra desaparición como Estado? Y ni siquiera
por Maduro: Porras reclama que “Chávez jamás habló de una situación
transitoria, ni de un cuerpo colegiado”. ¿De gobierno? Hasta ahora, hacia
adentro a Maduro se le ha reconocido como el Presidente de la República, pero
no como el jefe político del chavismo.
FALLAS
SÍSMICAS SÍ LAS HAY.
Al
menos en nuestra actual situación, en la que por un aciago trastrocamiento
institucional el Gobierno, el Estado y el Partido, como en Cuba o Corea del
Norte, constituirían una sola estructura de poder, estarían ocurriendo las
cosas más insólitas. Por ejemplo: hace dos semanas (me cuentan) que a una
reunión con Héctor Navarro y Julio Montes, se presentó el profesor Giordani con
una carta en la que, según, expresaba su “último testimonio” (recordemos que
tiene 3 tomos publicados) sobre esta Revolución. El tomo con el que desaparecería
de la escena pública. Y dijo que la leería en el último directorio del Banco
Central de Venezuela, criticando duramente la política de Maduro. “Lo he
meditado mucho”, y que les dijo, “pensado mucho, y tengo que hacerlo”. Por
supuesto, sabía que en ese último directorio lo iban a sustituir (como
ocurrió), cuando se levantó y pidió la palabra.
SILENCIO
Y MURMULLOS.
Y
dicen que él, más caliente que plancha de chino, “la leyó hasta el último
párrafo y solicitó la renuncia inmediata de Maduro”.
Y
SE PARÓ Y SE FUE.
Mal
trago. Dicen que está atravesado en lo más profundo de la garganta de Nikolai y
del régimen. Como un fuego frío que les atraviesa la espina dorsal. (Ha
prometido colgar la carta en un blog).
UNA
EXPECTATIVA MAYOR QUE LA DEL MUNDIAL.
Otra.
Por que hay unos cuantos venezolanos en la banca internacional que, por un
suculento bono, escriben y monetizan a favor de la República y mandan informes
premiados con conexiones en el Alto Gobierno: cuando los funcionarios de
Crédito Público los llaman los atienden.
Hace
mes y medio uno de ellos se trajo (me dicen) a los inversores institucionales
más importantes compradores de papeles latinoamericanos en Estados Unidos a una
privada reunión con Ramírez. En ella se les daría el feeling económico real para
saber si aquellos compraban o recomendaban comprar los bonos venezolanos. ¿Qué
les habría dicho Ramírez, serio, frío e intenso como es? Primero: “Nos
equivocamos. El modelo fracasó. Las empresas en manos del Estado no han
resultado. El Estado se sobredimensionó a un costo altísimo. Y ahora estamos
pagando las consecuencias de esas políticas erradas. Vamos a empezar a devolver
esos activos a la gente que ha demostrado históricamente que ha sido eficiente
manejando sus empresas. Por ejemplo: el sector petrolero y los expropiados del
Sur del Lago. Aplicaremos un plan para paulatinamente para ir indemnizando los
daños y transferir la propiedad de esas empresas a sus antiguos dueños. Y vamos
a hacerlo también en el agro, las tierras expropiadas a la gente que con su
trabajo las ha hecho productivas”.
Segundo:
“Vamos a un cambio único, libre y flexible. Esta anomalía de cuatro tipos de
cambio ha traído corrupción y un impresionante auge del contrabando”.
Y
tercero: “El tema de la gasolina. Una parte de la gasolina se va por la
frontera con un costo terrible para la Nación. El tema de la gasolina para
nosotros constituye un subsidio de 20 mil millones de dólares frente al costo
internacional”.
Seguirían
otras cosas menores. La apertura petrolera. Los convenios. La creación de un
fondo de ahorro petrolero para los venezolanos, para aminorar la presión sobre
el consumo.
Los
tipos oyeron y dijeron “¡Ya! Los problemas económicos se van a resolver”. Y
esto lo dicen avalados por Bank of America, que invitó con notas previas sobre
la situación económica venezolana.
Y
con la velocidad que lleva esta locomotora, parece que fue cuestión de horas la
reacción de Elías Jaua, quien dijo: “¿Aquí? ¿Devolver las tierras? ¿A quién?
¡Esas tierras son de la República!”.
DESGRACIADO.
INESPERADO. ESPECTACULAR.
Así
es el estilo de la toma de decisiones en el puente se mando. Así se marca el
ritmo del traquetear hacia el abismo.
Claro,
con unos anuncios cada vez más débiles de Ramírez y el drama que se dice está
viviendo el que montó el encuentro, que al parecer lo llaman “El Kid“, como al
pítcher cerrador.
El
drama se licúa en el mismo fluido del desabastecimiento. De la dificultad para
honrar la deuda con las empresas privadas, con las ensambladoras, con la
industria farmacéutica, la de alimentos.
Un
drama, una situación que poco a poco comienza a constelizar en el cielo
(económico) una pregunta: ¿cuándo se le plantea a los acreedores la posibilidad
de refinanciar una deuda?
FÁCIL:
CUANDO NO PUEDES PAGARLA.
¿Y
QUÉ SIGNIFICA ESO?
Que
después de una crisis de liquidez se pasa a una crisis de solvencia. Es decir:
de una tos severa a una neumonía. O lo que es lo mismo: que de la incorrección
de los desequilibrios, de los monstruos, algunos olfatean un default de la
deuda externa que estaría al cruzar la esquina y que:
Uno.
Ramírez estaría claro en lo que hay que hacer. PDVSA no puede con la deuda
social y hay otra noticia terrible: se suspendió el diálogo de paz con los
empresarios sin una sola muesca de racionalidad.
Dos.
nivel de contradicciones internas es tan grave que es imposible un viraje
económico. De ahí la defenestración de Temir Porras.
Y
tres. Que podría desatarse el desespero de las facciones.
Sí.
Y en eso estamos. Todos. Ante una espectacular aventura, casi cinematográfica,
ante una especie enorme de dinosaurio económico mutante. Un Godzilla. Y como
aquél, el original: ante una representación del miedo como la que experimentó
Japón después del bombardeo atómico norteamericano. Un monstruo de
espectaculares dimensiones, aunque el bombardeo nuclear haya sido provocado por
otra mutación: la de una especie jurásica que habla en ritmo de guaguancó. Y
con acompañamiento de antipáticas campanitas chinas. O norcoreanas. O rusas.
¿Qué importa?
DE
CUALQUIER MANERA. ¡YA VIENE GODZILLA!
Luis
Garcia Mora
aguilaluis_7@hotmail.com
@LuisGarciaMora
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