Al
fin el BCV se destapó. Publicó las cifras de la inflación de abril y mayo: 5,7%
en ambos, lo que quiere decir que en sólo dos meses el flagelo ha repuntado
11,4%; una cifra que tumba cualquier gobierno en el mundo o que lleva a un
cambio de gabinete económico en el acto, si no fuera porque estos facinerosos
que nos gobiernan, tienen secuestrado a la República, y no admiten lo que
representa ese rotundo fracaso.
Lo
que demuestra en sí el poco rigor científico que hay en la conciencia de esta
gente, aun cuando se formaron en un ambiente universitario, donde no dejó de
estar presente la discusión sobre el positivismo científico; tal el caso de
Nelson Merentes, que ha sido profesor de la Universidad Central de Venezuela;
Jorge Giordani, que también fue profesor de esta misma casa de estudios, así
como investigador del Cendes, un instituto que reunió a lo más granado de la
docencia de esa UCV, y donde se forjó una teoría social y económica; como
aquella del subdesarrollo y de la dependencia, que tuvo una cierta
generalización en la América Latina, bajo cuyas ideas se forjó la famosa obra
de Eduardo Galeano, que le regaló Chávez a Barak Obama, “Las Venas Abiertas de
la América Latina”, y la cual, por cierto, éste está tan arrepentido de haberla
escrita, que ni siquiera hoy en día, según ha confesado, se atreve a leerla, y
que sería por donde andarían hoy en día Merentes y Giordani, quienes parece,
más bien, que se casaron con aquella visión de mundo.
Porque,
por encima de todo, las cifras que se manejan en esa propaganda oficialista no
tienen nada que ver con estas cosas; con estas realidades, digamos,
macroeconómicas: el famoso Record Gini; el que mide el grado de desigualdad
entre las clases sociales, y que los voceros del oficialismo lo citan una y
otra vez, para que se sepa que gracias a la Revolución Bolivariana la distancia
entre ricos y pobres se ha acortado aquí en Venezuela. ¿Qué lógica explica esta
situación, cuanto tenemos una inflación anualizada de 60% al día de hoy, pero
que los economistas estiman que puede ubicarse en el 70 ú 80 por ciento para
fin de año?
Las
propias cifras oficiales han revelado que la pobreza extrema creció, y es que
esa es la otra cara de la moneda, en que se ha convertido la economía
venezolana; partiendo del hecho de que así como se ha desatado el alto costo de
la vida; así se ha profundizado la escasez; que es lo peor para una economía,
partiendo además del hecho de que el aparato productivo está quebrado. He allí
lo que no toma en cuenta el reporte de la inflación del BCV; el impacto también
de la escasez, y que es lo que lleva a la gente a pagar lo que sea por
determinado producto. ¿Qué sucede con aquella señora que no tiene los 120
bolívares, para comprar una lata de leche; habida cuenta de que sus niños están
en la edad de la lactancia?
Por
este camino nos damos cuenta de que, al contrario de lo que ha determinado el
Récord Gini en nuestro país, la diferencia entre las clases sociales se ha
acentuado. En otros términos: mientras los pobres se han hecho más pobres, los
más ricos se han hecho más ricos; habida cuenta de que éstos el capital lo
tienen indexado, y que es un recurso con que no cuenta el trabajador
asalariado, puesto que a éste se le va un 80% de su sueldo en comprar comida.
Es un problema de privación: ¿de qué se priva la señora, antes mencionada, para
poder completar para la adquisición de la lata de leche?
He
allí a la precariedad social y económica a la que nos ha conducido este
pensamiento tercermundista; que, como lo hacía ver atrás, se quedó en la teoría
del subdesarrollo; que hoy en día rechazan sus propios autores, y esto, porque
se ha demostrado que esa noción de imperialismo expoliador, que privó durante
casi todo el siglo XX (Lenin decía que el imperialismo era la fase superior del
capitalismo), y que implicaba un reparto del mundo, y en ese reparto del mundo
se consideraba que nosotros éramos el solar de los EEUU, cosa que alimentaba un
prejuicio; que dio origen a la famosa ideología nacionalista (Octavio Paz
consideraba al nacionalismo como algo embrutecido y embrutecedor). A pesar de que esta gente no se pela aquella
famosa frase del Libertador, de su Discurso de Angostura, donde éste habla de
que el mejor gobierno es aquél que le pueda garantizar a la sociedad el mayor
bienestar social; la mayor seguridad y la mayor suma de felicidad posible, para
citarla en cuanto escenario se presenta.
Merentes
dice que el BCV no da a conocer la cifra del índice de escasez, porque la
oposición va a politizar la misma: “Con nuestra miseria no va a tener ninguna
paz esta gente”. Yo me pregunto: ¿quién es el que politiza las cifras? Claro,
por lo menos sienten pudor, a propósito de la vergüenza que les produce admitir
semejante fracaso; un gobierno que ha navegado en petrodólares. De verdad, este
Merentes es el típico personaje de nuestra picaresca criolla. Adelantó que la
cifra del desempeño económico del primer trimestre del año no le gustaba mucho,
pero todavía no la ha dado a conocer. ¿Pudor o cinismo?
Enrique
Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
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