Los
venezolanos, como cualquier colectividad humana, reunimos virtudes o características
positivas que posibilitan nuestro progreso, pero también negativas o
deficiencias que lo obstaculizan.
Unas,
las positivas, han prevalecido durante algunos años, como los cercanos a 1958,
cuando la disposición a la unidad nos dio la fuerza para vencer las
dificultades.
Otras,
las negativas, han prevalecido durante un lapso más largo al cual, quizás, se
le puede marcar su inicio el “viernes negro”, y durante el cual el deterioro generalizado,
especialmente político y moral, interrumpió
el proceso nacional y nos ha traído a este presente tan vergonzoso e
indignante. Se puede destacar que la virtud de la unidad que reunimos en el
primer lapso ha brillado por su ausencia durante los últimos años, cuando
quizás es más necesaria, dado el cuadro calamitoso, diferente y más destructivo
que padecemos hoy.
No
se puede desconocer el grado inconmensurable de destrucción de Venezuela, y no
es posible negar la necesidad vital de que los venezolanos democráticos
opositores al chavecismo, o chavocastrismo, nos reunamos y trabajemos juntos
para construir definitivamente la unidad que nos posibilite recuperar el país.
En esta dirección, se considera que el pueblo venezolano debe valorar la
invitación que para esa reunión nos hace un grupo de venezolanos de mayor y
menor grado de reconocimiento, con miras a procurar la renuncia de Nicolás
Maduro de manera legítima dentro del orden constitucional.
Se
debe resaltar que lo más importante es realizar este proceso unitario, el cual
debe organizarse de la manera más democrática y transparente, y desprovisto de
cualquier interés o propósito particular de partido o de persona alguna, de
manera que nadie pueda objetarlo honestamente.
Se
debe admitir incluso que este proceso concluya adoptando un objetivo diferente
a la renuncia de Maduro, el cual es el que nos plantea el grupo invitante, pero
siempre apegado a la democracia y a la Constitución.
Se
piensa que la realización de este congreso no paraliza la lucha que se ha
mantenido contra el chavocastrismo, la cual debe ser permanente, e incluso
puede reforzarse con ese proceso de pugnas internas que se ha venido dando
dentro del régimen, que cada día se nota más gastado, deteriorado e incapaz de
mantener la gobernabilidad del país.
No
se desconoce la iniciativa unitaria exitosa que significó la MUD en la
escogencia del candidato presidencial
para 2012, especialmente porque fue producto de unas “primarias” que
determinaron que fuera el pueblo venezolano democrático quien seleccionar el
candidato, y no el cuadro cerrado de los
partidos, los cuales por cierto se encerraron
nuevamente para las últimas elecciones municipales. Pero la evolución
que ha registrado el concepto y el ejercicio
de la democracia es tal que debe reconocerse la necesidad de la
participación de la ciudadanía, de la sociedad civil, en equilibrio armónico
con los partidos, porque ella es un derecho y una responsabilidad del
ciudadano.
Esto
constituye uno de los cambios en los partidos políticos a los cuales se le
atribuye mayor importancia, junto con la obligación de mantener la democracia
interna, principalmente con elecciones primarias para la elección de autoridades
y candidatos.
A
este respecto se debe resaltar el pronunciamiento que en este sentido ha hecho
varias veces el Papa Francisco, en el sentido de estimular como muy necesaria y
positiva, la participación política. Se admite que esta participación puede no
será tan amplia como debiera ser, como consecuencia de varias razones, entre
las cuales es obvia la influencia del deterioro nacional sobre la ciudadanía.
También
se debe apreciar que la capacidad de liderazgo por parte de los partidos
también está disminuida, lo cual explica en cierta medida la vigencia de la MUD
luego de concluidos los procesos electorales, dado que ella fue creada
básicamente para conducir la selección de candidatos. Los partidos políticos
tienen que renovarse y reactivarse para
recuperar su vida interna, aunque algunos pueden adoptar la vía de reunirse en
la MUD, y a través de ésta realizar su participación en el proceso político.
También
puede pensarse que una MUD reformada y coordinando la participación de todos
los sectores democráticos, pudiera ser uno de los resultados posibles de la
reunión unitaria, o congreso, en referencia.
Douglas Jatem
djatem@gmail.com
@djatemv
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