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sábado, 24 de mayo de 2014

ODOARDO LEÓN-PONTE, LA INSÓLITA PDVSA SIGLO XXI

Uno trata de entender cómo Pdvsa Siglo XXI ha logrado auto destruirse y además convertir a la actividad petrolera en una fuente única e insuficiente de fondos para las necesidades del país y, al hacerlo, confronta una serie de realidades que lo explican. ¿Cómo se ha podido convertir a la "gallina de los huevos de oro" en una infértil cacareadora? 

Para entender esta realidad debemos tomar un punto de partida: la producción propia de Pdvsa a fines del Siglo XX era de 3.000.000 b/d y la total de la industria era de 3.100.000 sin que se hubiera incorporado aún la producción de las empresas mixtas de la Faja. Hoy, la producción total del país es de unos 2.500.000 b/d: 1.300.000 b/d de Pdvsa Siglo XXI (una reducción de la producción propia de 1.800.000 b/d equivalente a una disminución de más de 100.00 b/d por año)  y 1.200.000 de la producción de las empresas mixtas de la Faja migradas o no. Una simple cuenta sin mayores dificultades indica que de haberse tan solo "mantenido" la producción propia de Pdvsa Siglo XX estaríamos produciendo 4.200.000 b/d. ¿Pero por qué ha sucedido esto?

Primero se les metió en la cabeza "dominar" a Pdvsa y botaron a toda la plana mayor (le mocharon el cuerpo extirpándole de la cintura para arriba, incluyendo el cerebro). 

Después decidieron que había que dominar las empresas mixtas y tomaron la mayoría accionaria, dándoles la propiedad proporcional de las reservas a los socios minoritarios (desestatización) y asignándole la operación a Pdvsa Siglo XXI. Más aún, le asignaron a Pdvsa Siglo XXI una serie de tareas para suplir sin éxito las incapacidades de un estado en proceso acelerado de transición hacia el caos y destinando los recursos del petróleo a fines inconfesables de proselitismo político en función de sueños irrealizables interna e internacionalmente. 

En el principio y pensando que esa situación se mantendría y hasta mejoraría, los dineros provenientes del petróleo alcanzaban para todas las ideas ilusas que se les ocurrieron. Así, y sin que les pegara en el bolsillo comenzó una euforia de "expropiaciones", de "inversiones" en nuevas actividades de estado dentro de un enfoque inconveniente de propiedad mayoritaria de los medios de producción, que aceleradamente se fue convirtiendo en necesidades de importación como resultado de la limitación impuesta al sector productivo privado y la incapacidad del aparato productivo del estado de producir en reemplazo del sector privado. 

Pdvsa Siglo XXI pagaba y siguió pagando, pero los precios no siguieron subiendo, la producción siguió bajando y el costo del aparato improductivo del estado y el creciente tamaño del estado y sus instituciones, comenzó a deteriorar las cuentas incontroladas y a mermar la disponibilidad de las divisas producidas ahora por la única fuente: Pdvsa Siglo XXI, la cacareadora infértil. Pero otros "consumos" incidieron: el uso de los fondos para fines ya identificados y reconocidos y para la necesidad de ganar elecciones a cualquier costo, aparte de la incapacidad de los miembros del gobierno para generar progreso y para generar anarquía. Comenzó el intento de resolver a través de distintas fórmulas de préstamos y postergar la cancelación de las deudas, obligatorio en una situación como la anotada. 

Resultado de la insensatez del uso de Pdvsa en estos 15 años: Falla la luz, se raciona el agua, escasean los productos de la dieta básica y de los que no lo son, las líneas aéreas se van, los comercios cierran, crece el desempleo, no hay carros ni repuestos, se caen los puentes de guerra, el costo de la vida toma primacía, la inseguridad se incrementa más aún con la represión del estado, el país llega a récords insólitos en todas las mediciones de lo que no se debe ser. ¡Ah! Lo insólito: ahora también importamos gasolina.

Odoardo León-Ponte
odoardolp@gmail.com
@oleopon

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