No
les queda otra, la huida hacia delante. La rueda de prensa del Ministro del
Interior y Justicia (ver en http://www.youtube.com/watch?v=6u7EXLRv884), lo que
denota es que el régimen ya no tiene para donde coger sino para delante y
decidió profundizar las persecuciones culpando hasta el perro de la casa de
estar conspirando para tumbarlos. ¡Metieron hasta las organizaciones de
Derechos Humanos! Esa profunda debilidad marca el siguiente estado de este
sistema en crisis terminal.
Al
dejarse de remilgos y empezar a dar nombres sin son ni ton y sin una sola
prueba, el régimen formaliza la etapa de persecución selectiva. Solo basta que
un funcionario se pare en una rueda de prensa y diga mostrando unos grafiquitos
y unas fotos que fulano de tal es golpista y eso es suficiente para que lo
vayan a buscar para ponerlo preso. Y todavía el Ministro comete blasfemia en
contra de Dios al citar las palabras de San Juan en el Nuevo Testamento (8:32)
“Y conoceréis la verdad y la verdad os libertará”, que ni siquiera
transcribieron bien de la Biblia en esa presentación, al culpar a otros y
mentir descaradamente acerca de lo que el mismo régimen hace, como por ejemplo
entregar la soberanía de Venezuela a otro país, Cuba.
Pero
es bueno hablar de verdades, como indica el Ministro, y eso como dice el Nuevo
Testamento, NOS LIBERTARA. Lo cierto es que muchos estamos trabajando en la
convocatoria del pueblo venezolano para que constitucionalmente se provoque la
salida del gobierno por alguna de las tres vías que la Constitución establece:
Renuncia, Revocatorio y Constituyente. Y eso es perfectamente válido. Y si el
régimen lo considera golpista ese es su problema. Los únicos que dan golpes son
los militares. Los civiles usamos la Constitución.
Tenemos
el derecho consagrado en esa Constitución, no solo de rebelarnos ante un
régimen que la ha violado reiteradamente y ha entregado nuestra soberanía sino
de convocar a todo lo que sea necesario, dentro de la Constitución, para protestar
activa y pacíficamente para lograr su salida. Nada de lo que dijo allí el
Ministro indico algo diferente.
Si
en lugar de citar todo lo que la sociedad civil ha hecho en su derecho de
organizarse para protestar en contra del régimen, el Ministro hubiera develado
una conspiración militar con civiles implicados eso todavía hubiera justificado
su denuncia como golpista, aparte de que hubiera tenido que probarla. Pero
decir que la esposa de Leopoldo Lopez conspira porque les lleva comida a los
estudiantes en protesta frente a la sede de la ONU en Chacao, entonces toda
Venezuela está en una conspiración. Que La Fosforito empiece desde ya a
construir las cárceles para meternos a todos los venezolanos.
Decir
que las organizaciones de Derechos Humanos se están moviendo y buscando
financiamiento externo para denunciar internacionalmente que el régimen usa
paramilitares para matar estudiantes en las protestas es golpismo, pues
entonces son “golpistas”. Entonces la verdad para el Ministro es la “verdad” de
la dictadura. Que el régimen sepa que la huida hacia delante no les servirá
para amedrentar a quienes se han lanzado a las calles con todo el derecho de
hacerlo.
Llaman
golpismo a que los estudiantes hayan asistido en el exterior a cursos de Lucha
No Violenta para realizar protestas organizadas. ¡Imagínense! Eso dicho por la
persona que comandó un pelotón para matar a la familia del Presidente de la
República en La Casona y que tiene abierta una denuncia ante los tribunales de
La Haya por ese hecho, es por decir lo menos de un cinismo descarado. En
ninguna de las 198 formas de protesta No Violentas indicadas por Gene Sharp en
su libro existe agresión en contra de nadie, como si la ejerció el Ministro en
contra Blanca de Perez y su familia en la Casona en 1992.
Pudiera
pensarse que tanto el régimen tiene el derecho de defenderse para que la
protesta pacífica no tenga éxito como la sociedad venezolana tiene derecho a
defenderse para que no la conviertan en comunista con su Plan de la Patria. Lo
que no puede hacer el régimen sin hundirse en su propio excremento es
criminalizar la protesta pacífica y todo lo que haya que hacer para que esta
exista, sin quebrantar todo el ordenamiento internacional en relación a los
Derechos Humanos. Y eso fue lo que hizo el régimen del Ilegitimo con esa
presentación del Ministro Rodríguez Torres.
En
cualquier país civilizado ese Ministro hubiera sido demandado por todos o
cualquiera de las personas que allí se nombraron porque nada de lo que se
indico allí es delito y que en aquellos casos donde denuncia la captura de
personas con armas, en cualquier Estado de Derecho existe un debido proceso
donde las personas acusadas tienen derecho a defenderse, ya que se las está
sometiendo a acusaciones que se deben probar en los tribunales de justicia, no
ante las cámaras de televisión. Si reunirse para organizar una protesta
pacífica en Venezuela o en el exterior es delito entonces desde que el mundo es
mundo millones de personas se hubieran muerto en la cárcel por ese delito.
De
igual manera el Ministro considera delito ayudar financieramente a los
estudiantes en la protesta que hacen. Eso es precisamente la razón por la que
se denuncia al régimen: están haciendo delito el derecho que tenemos de
protestar, esto es, están CRIMINALIZANDO la protesta de los venezolanos.
Entonces todos los que estamos ayudando a los estudiantes con lo poco o mucho
que tengamos, somos culpables y estamos metidos en la conspiración de Rodriguez
Torres. Organícense entonces para encerrarnos a todos en Venezuela.
Al
final el Ministro concluye la existencia de una “conspiración insurreccional
con fines claros de derrocar al gobierno legítimamente instaurado en el país”.
Aunque es bastante discutible lo de “legítimamente instaurado” el Ministro
equivoca el término al indicar “derrocar”. Los derrocamientos los hacen quienes
tienen la fuerza de las armas y esos son los militares y el no denunció
militares. Las armas las tienen ellos, no los estudiantes ni el resto de la
sociedad civil. Si ellos encontraron armas en las barricadas que investiguen de
donde salieron porque las protestas son pacificas y se ha demostrado hasta la
saciedad que la violencia la han puesto ellos.
Y
si, ES INSURRECCIONAL. El pueblo de Venezuela tiene ese derecho consagrado en
el Artículo 350 constitucional. Y ni el Ilegitimo ni su Ministro, ni los
militares ni nadie, por más que huyan hacia delante, podrán imponer un régimen
reñido con esa Constitución por encima del depositario de la Soberanía que es
el Pueblo de Venezuela.
Luis
Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana
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