Al momento de escribir este artículo, después de las reuniones que los cancilleres de Unasur y el Nuncio tuvieron con la MUD y el gobierno, no se ha anunciado que se haya acordado restablecer el diálogo que, como sabemos, está congelado o suspendido desde el 13 de este mes.
El Secretario Ejecutivo de la Mesa de la Unidad, Ramón Guillermo Aveledo, ha precisado su interpretación del diálogo: “Con responsabilidad ante el país hemos dado el paso de dialogar; pero este diálogo no es una peña, no es, como dice el Ejecutivo, que no es para pactar ni negociar, ¿para qué es entonces, para puro conversar? Queremos que se cumpla la Constitución en cada uno de los puntos que hemos planteado, nada estamos pidiendo fuera de la Constitución”, añadiendo seguidamente que “nosotros no acudimos a estos encuentros a saludarnos ni a vernos las caras”. Efectivamente, para tomar decisiones en relación a los planteamientos hechos al gobierno es que se acordó ir al diálogo; de lo contrario, si era solo para charlar, lo apropiado hubiera sido irse a una cafetería.
¿
Cuáles fueron las demandas que hizo la MUD ?
Fueron cuatro y son bien conocidas: amnistía para los presos y exiliados
políticos, una Comisión de la Verdad
integrada por personas no comprometidas ni con el gobierno ni con la
oposición, una renovación equilibrada de los poderes públicos, y la eliminación
de las bandas paramilitares llamadas
“colectivos armados”. Como lo revelaron las encuestas, esas peticiones han contado
con la opinión ampliamente mayoritaria del país.
Pasaban los días, y no sólo no se atendían las solicitudes de la MUD,
sino que más bien se produjeron
declaraciones de voceros del oficialismo cuestionándolas o negando que hubieran
sido consideradas en las pocas jornadas del diálogo, y, lo que es más grave, se
llevó a extremos inauditos la política represiva, orlada de abominables casos
de tortura, que con tanta saña venían
adelantando los cuerpos de seguridad del Estado. Se celebraban las reuniones
del diálogo y en la calle la violencia gubernamental crecía. La represión llegó
a su climax con el madrugonazo del 8 de
este mes cuando la Guardia Nacional y la
Policía Nacional, mal llamadas Bolivarianas, asaltaron los tres principales
campamentos pacíficos de estudiantes y activistas opositores instalados en
Caracas, con el saldo, sin precedentes y masivo, de 243 detenidos. En el
interior del país, ocurrían hazañas parecidas.
Fue
ante esa realidad que la MUD, en resguardo de su propia dignidad, tomó la
decisión, supongo que por unanimidad, de suspender o congelar el diálogo hasta
tanto el gobierno, según declaró Ramón Guillermo Aveledo,
ofrezca, con hechos,
“demostraciones concretas” de querer alcanzar acuerdos.
Como se producen declaraciones contradictorias de los representantes del gobierno cívico-militar que detenta el poder, la MUD ha pedido, para saber a qué atenerse, que, a los fines de la eventual reanudación del diálogo, el oficialismo tenga una sola vocería.
Carlos
Canache Mata
canachemata@gmail.com
@CarlosCanacheMa
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