Este
articulista por deformación profesional es apasionado del diálogo y de la construcción
de puentes entre seres humanos. No fueron pocas las horas que me
correspondieron como diplomático del Estado venezolano invertirlas en ejercicios de negociación y de
parlamento, en defensa de los más altos interés de mi país o de negociantes multilaterales
que comprometían el futuro de Venezuela.
Solo esta breve introducción para
confirmar mi profunda complacencia por ver a hombres con responsabilidad en la nación, sentados en una
mesa buscando iniciar un proceso de diálogo político que nunca debió haber
estado interrumpido.
El país se acostumbró por demasiado tiempo a simples
resultados electorales como fórmula para el reconocimiento mutuo olvidando que
la dinámica de una nación es diaria y los giros de la política son permanentes
en el espacio y en el tiempo.
El
debate que yo vi entre el Gobierno y la MUD fue importante y me dejó varias
conclusiones y confirmaciones. En primer lugar, lamentable que no estuvieran
todos los factores y que aún hay un camino largo por recorrer entre las partes si es que efectivamente
quieren alcanzar propósitos nobles y que las tensiones políticas del país se
aminoren. Se dijeron allí muchas cosas, pero una de ellas muy importante fue la
de Capriles cuando sentenció que el país era otro a partir del 14 de febrero
del 2013. Eso es totalmente cierto y es una verdad que los factores de gobierno
tienen que entender. Es muy difícil pretender que una parte igual que la otra
sea desconocida por quien asume las riendas del gobierno y que no se produzca
conflicto. Ese es un contexto que se convierte en el centro de parte de esta
controversia.
Maduro
no entendió que el país que recibía después de Chávez ya no era el mismo y que
él no debía actuar como el primero. Le faltó olfato político para entender lo
que se avecinaba y que él y sus colaboradores estaban secuestrados por la
prepotencia que produce el exceso de tiempo en el poder. No están en sintonía
con el país que les toca gobernar. Venezuela es mucho más grande que su visión
estatista y socialista del Siglo XXI.
Escuchando
a los funcionarios de Gobierno que intervinieron uno concluye precisamente eso.
¡Esta gente tiene demasiado tiempo en el poder! Se han acostumbrado a tantas
dadivas y beneficios que no se dan cuenta de sus errores y hasta llegan a creer
que son exclusivos para Venezuela. De allí la simpleza del "no
volverán", o la burguesía no gobernará más nunca a Venezuela o la del
comandante eterno. Lo más lamentable, es que no perciben que lo poco que tienen
que exhibir de sus años de Gobierno no es sino el resultado de ingresos
petroleros como nunca los vio Venezuela y que más bien la pregunta que siempre
nos hacemos es cómo sería la historia si hubiesen sido eficientes y
transparentes en el manejo de los arcas públicas. Fuese otro país y ellos son los responsables del
deterioro de la calidad de vida de la mayoría de los venezolanos. Además, el
tema es simple. Este Gobierno y el anterior son malos gobiernos en cuanto a
satisfacer las necesidades reales los ciudadanos. El argumento trillado de
cuántas elecciones han ganado no es suficiente para confirmar que lo han hecho
bien. Sabemos como han ganado y que ya en este momento no son mayoría como para
no reconocer que existe otro gran país lleno expectativas.
No
voy a entrar en los detalles de las intervenciones que la gente escuchó y pudo evaluar, quién es cada quien y cuáles
son las "verdades verdaderas". Lo que sí es importante resaltar es
que con todo y los defectos de este
primer encuentro, que los tuvo, en
forma y en contenido, es sano
para el país y que lo que más se pide es que se respete la Constitución,
como pacto social para dirimir las
diferencias.
Por
lo demás, una ultima reflexión. Creo que el gran beneficiado de este encuentro,
es el Sr. Maduro. Frente a sus amigos de Unasur y el Vaticano tiene la
oportunidad para rectificar y quitarse de encima a muchos de sus colaboradores
que son en definitiva parte responsables de este desastre por actuación,
omisión o por cómplices de gran parte del deterioro ético a que se ha sometido
la nación.
El
menoscabo del país lo hereda Maduro y en eso hay que ser honestos, digan sus
partidarios lo que quieran decir y exaltar a Chávez, esto que pasa en estos
tiempos son los coletazos del huracán y de sus errores como Presidente por
catorce años. Es obvio que lo idolatren, les dio mucho poder y también sus
nefastas consecuencias cuando no se es de alma noble.
Maduro puede recoger las velas para una navegación más calmada y segura. Debe escuchar las señales de la oposición en su justa dimensión, las del exterior y la de su conciencia que sin mayor dificultad le debe retumbar preguntas tan simples como por qué el presidente obrero Lula le señaló, que hiciera un gobierno de coalición. No lo diseñe, pero profundice la esencia de ese mensaje que algo le está tratando de explicar.
Oscar
Hernandez Bernalette
oscarhernandezbernalette@gmail.com
@bernalette1
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