Los cubanos sufren injustamente la amalgama que se produce, entre el régimen que gobierna la isla y los simples ciudadanos.
Desde
que el “eterno difunto” entregó la soberanía del País a Fidel y a Raúl,
numerosos funcionarios originarios de Cuba invaden las dependencias de la
administración pública venezolana. Inclusive dentro de las esferas más
sensibles para la seguridad nacional, tales como las notarías, los servicios de
identificación y extranjería, y lo que es inaudito, dentro de las Fuerzas
Armadas Nacionales.
Una
penetración autorizada y facilitada desde las alturas del poder, lo que implica
traición a la Patria. ¡Jamás visto en nuestro País!
Si
encima de eso les “pagamos” por habernos intervenido y les regalamos miles de
barriles diarios de petróleo, con los que se enriquecen los hermanos Castro, no
es de extrañarse el creciente sentimiento de rechazo que se produce dentro de
la población venezolana.
Como puede justificar un gobierno la presencia de entrenadores “deportivos y médicos” extranjeros, que le cuestan una fortuna al país, mientras que miles de profesionales venezolanos se encuentra sin trabajo. Peor aún conforman la guardia pretoriana presidencial, toman decisiones y controlan a los venezolanos.
Nadie se cree el cuento de que son
entrenadores o cooperantes, el pueblo sabe que dentro del numeroso contingente
de cubanos enviados por su gobierno, la gran mayoría cumple funciones de
inteligencia.
Es evidentemente que sería injusto transferir
el sentimiento de rechazo hacia toda una comunidad, tanto de los que viven
dentro como fuera de Cuba. Ellos mismos son víctimas directas, desde hace más
de 50 años, del régimen opresor Castrista, revitalizado hoy en día con los
recursos que le sustrae a Venezuela.
Una parte de los cubanos enviados a
Venezuela, ciertamente realizan una labor profesional de cooperación, Esos en
realidad son esclavos modernos del régimen comunista, que los utiliza para
encubrir sus otras operaciones y para ganar divisas a cambio de la explotación
humana.
Algunos de ellos viven hacinados, la mayoría cobra una miseria, la mayor parte del salario la percibe es el gobierno castrista. Cuba recibe por cada cooperante más de 8.000 euros al mes y el trabajador solo recibe 200. Además se encuentran sometidos a una estrecha vigilancia.
La Habana recibe más de 100.000 barriles
diarios de petróleo en condiciones preferenciales, que vende en el mercado
mundial y se queda con los beneficios. Se ha convertido en la sede de una gran
cantidad de empresas, expertas en sobreprecio de compras estatales, que fungen
como intermediarios para realizar importaciones a Venezuela, de productos que
ellos no producen pero que les dejan una tajada de beneficios en el negocio.
El mecanismo establecido ha servido para
actos de corrupción, que han enriquecido a funcionarios del régimen bolivariano
y del cubano por igual. Se dice que parte de los beneficios ingresaban a
cuentas que heredarían los descendientes del desaparecido comandante.
El desangre de nuestros recursos dura desde
hace 15 años, se ha realizado ante la mirada indiferente de los gobernantes
venezolanos. Mientras tanto, nuestro pueblo sufre escases de productos básicos,
descubre toneladas de productos alimenticios que se pudren en los puertos, y
constata cada día como faltan medicinas y repuestos.
Observamos como las divisas necesarias a la
importación, se quedan en las manos de los “bol burgueses”, en empresas de
maletín y en las cuentas de los representantes del régimen comunista de la
Habana.
Tanto menosprecio por un pueblo con
necesidades, tanto despilfarro y corrupción, tanta escases, tanta destrucción
de la producción nacional, ha colmado la paciencia de una nación que se ha
visto obligada a salir a la calle.
En materia de seguridad las cifras son
alarmantes. El general retirado Antonio Rivero, antiguo colaborador de Chávez,
denunció la presencia de más de 100.000 cubanos, miles de ellos miembros del G2
cubano.
En las bases militares venezolanas hay más de
500 militares activos cubanos, que cumplen funciones de asesoría en áreas
estratégicas: inteligencia, armamento, comunicaciones e ingeniería militar.
A estos se unen más de 30.000 cederristas
cubanos, reconocido en el 2007 por Juan José Rabilero, el entonces jefe de los
Comités de Defensa de la Revolución Cubana. Una penetración de esta naturaleza,
describe el grado de traición a la Republica, que han cometido los responsables
del régimen.
Los funcionarios extranjeros han tomado el
control estratégico del país, manejan el sistema de identificación, controlan
las cédulas de identidad y los pasaportes. Supervisan los registros mercantiles
y las notarías públicas.
Situación que les permite conocer quien es
propietario de que y que transacciones se realizan. De esta manera obtienen la
información necesaria para futuras manipulaciones, venganzas, extorsiones o
chantajes.
También están presentes en los puertos,
aeropuertos y en los controles de inmigración. Tienen tanto poder que en
algunas dependencias impiden el acceso a los venezolanos.
Cubanos son también los que controlan los
sistemas de informática en los ministerios, en los servicios policiales, en
PDVSA y dentro del Palacio de Miraflores.
Los camaradas de la Habana se encuentran
también detrás de la formación de los colectivos, ellos son especialistas en
utilizar la población civil en lo que ellos llaman sistemas de defensa, que en
le practica se traduce por milicianos armados miembros del partido y espías en
cada barrio que vigilan y denuncian a otros compatriotas.
En Venezuela conservamos fresco en la
memoria, la grabación de Mario Silva, presentador del canal del Estado, la cual
causó estupor cuando fue difundida en el 2013.
En ella el presentador confirmaba la
presencia de los antillanos en los cuarteles y se le escuchaba decir: “Ayer
tuvimos una reunión de inteligencia con dos camaradas cubanos, dos oficiales
cubanos, en Fuerte Tiuna”, aseguraba en su conversación con el agente cubano
Aramís Palacios.
A pesar de todo lo descrito, el pueblo cubano
no merece que sentimientos negativos nazcan en el corazón venezolano. Muchos de
esos hermanos latinoamericanos, nos acompañan activamente en nuestra lucha
contra el déspota. Una lucha hermanada con la que ellos emprendieron hace tanto
tiempo.
Sin embargo no olvidemos quienes son los
verdaderos responsables, de que mientras Venezuela se encuentra sumida en una
grave crisis financiera, la economía cubana crece a costa de la nuestra.
Este gobierno tendrá que responder el porque
nos endeudamos con créditos a una tasa del 12% anual y le damos créditos a los
Castro a una tasa del 1% anual.
El venezolano más neófito en economía se da
cuenta que esos 8.700 millones de euros al año que les enviamos, arreglarían
muchos de nuestros problemas.
Lo que este gobierno hace con su pueblo… Es
un crimen por el que tendrán que pagar.
Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
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