Las
universidades tal como las conocemos, nacieron en la edad media. Eran corporaciones o gremios de profesores y
estudiantes, los cuales se agrupaban para impartir conocimientos. En un
principio no tenían sede propia de manera tal que a usanza del estilo griego,
los profesores les impartían las clases a sus alumnos en las plazas y calles de
los pueblos.
Las
materias de aquella época eran el “Trívium” que consistía en gramática,
retórica y dialéctica; y el “Quadrivium” que lo constituían la aritmética, la
geometría, la música y la astronomía. Una vez que el estudiante cursaba y
aprobaba estas siete artes liberales se consideraba un universitario.
Las
primeras universidades que contaron con sede propia fueron la de Boloña año
1088, Montpellier año 1220, Padua año
1222 y Paris año 1215. Los estudiantes pagaban a los profesores por las clases,
estas universidades por lo general estaban alejadas de la población y eran
elitistas, en tal sentido solo los que podían pagar la matricula podían
estudiar.
En los últimos días viene ocurriendo en Venezuela un fenómeno muy curioso que no dudo sea objeto de estudio para las futuras generaciones. Los estudiantes salieron de la universidad y se lanzaron a las calles como un actor social que reclama sus derechos. A diferencia de la edad media, los estudiantes no se aíslan en su recinto a aprender las artes liberales, sino que son conscientes de su destino y del papel que les toca jugar en esta coyuntura nacional.
Están
claros que poco sirve asistir a la universidad de un país el cual no respeta la
academia y los méritos, en donde se le da más valor a las lealtades políticas
que a la formación profesional. Son ellos, los estudiantes, los que nos están
dando una catedra de formación ciudadana. Son los que están peleando por un
país del cual no son responsables de haber colocados las autoridades que nos
gobiernan. Ellos están conscientes de este rol que les ha dispuesto la
historia.
Hace
poco me invitaron a dar una clase magistral en la plaza Alfredo Sadel de la
capital. Una actividad programada y organizada por la facultad de medicina de
la UCV. Allí se encontraban estudiantes de medicina, bioanálisis, nutrición y
dietética, farmacia, enfermería y otras ramas ligadas a la salud. El objetivo
era hablar de las condiciones de salud en la población venezolana y la falta de
insumos y suministros médicos.
Los
profesores que acudimos, convocados por los estudiantes, cual estilo de la edad
media. Impartimos la clase en la calle, en la plaza, como en el principio de la
creación de las universidades. De alguna manera salimos de las aulas y volvimos
al pueblo que es en fin último y razón de nuestra formación, el servicio a la
población y a nuestros pacientes. Nuevamente los estudiantes dieron catedra en
la calle y nos educaron a todos.
Un
gobierno puede ser autoritario, puede ser represor, puede censurar todo
pensamiento que le sea incómodo. Sin embargo la historia nos demuestra que
cuando se levantan las fuerzas de la juventud ante la tiranía y la opresión, ya
ese movimiento es imparable y más temprano que tarde se impone la justicia.
La historia de América latina está plagada de gobiernos autoritarios, militaristas y de dictadores y el blanco principal de todos ellos siempre fueron las universidades en su rol de generador de pensamientos. Las han cerrado, reprimido y encarcelado a sus estudiantes pero sin embargo al final del día nuevamente la universidad vencerá las sombras.
Daniel José Sanchez Silva,
danielsanchez24@Yahoo.com
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