Las reacciones internacionales han mostrado
una profunda preocupación por el estallido social que vive Venezuela desde el
12 de Febrero. A pesar de que el Gobierno Bolivariano ha pregonado de manera
incansable su apego a una solución basada en el “amor y la paz”, en la práctica no ha podido convencer a la
comunidad internacional que es víctima de un “golpe de estado” como
resultado de inexistentes planes de “intervención Norteamericana”.
En el pasado, la política de solidaridad
automática de aliados incondicionales a través del eje de los países del ALBA,
condujo a que se produjeran posiciones de silencio, cautela o aceptación de
muchos Gobiernos y Organizaciones Internacionales para no romper el “consenso”,
como sucedió en situaciones críticas ocurridas en Venezuela, Honduras, Ecuador,
Paraguay, Bolivia, Argentina, Cuba o Nicaragua en las que lograron imponer
realidades violatorias a la clausula democrática.
La diferencia con situaciones ocurridas en el
pasado, es que en esta oportunidad, no se pudo esconder la acción de un régimen que ha radicalizado
una brutal represión contra un movimiento de jóvenes indignados, utilizando la
fuerza militar y policial tolerando los excesos armados de los grupos
paramilitares oficialistas; la arbitraria detención de Leopoldo López ; las acciones contra dirigentes como María
Corina Machado, Carlos Vecchio, Fernando Gerbasi y las amenazas a Alcaldes que
se han pronunciado claramente como Antonio Ledezma y Daniel Ceballos en San Cristóbal.
Esta vez no funcionó la solidaridad
automática, a pesar de la injerencia de la diplomacia Cubana que ha enviado
notas diplomáticas de sus Embajadas en el mundo, denunciando el inexistente
“golpe de estado” o las fallidas convocatorias a Cumbres propuestas por
incondicionales como Evo y Correa, ya que posiciones multilaterales como las de
la Unión Europea; de la ONU, de la
plenaria de la OEA convocada por Canadá y Estados Unidos; de Costa Rica en el
ejercicio de la Presidencia Pro Tempore de CELAC unida a posiciones de
Gobiernos incluyendo al portavoz de China, manifestaron sus llamados a que cese
la represión y se procuren mecanismos de solución pacifica.
Las reacciones de la diplomacia bolivariana,
en vez de sumarse a las propuestas de prevención de conflictos, de manera torpe
decide usar el “garrote “de la descalificación contra Gobiernos y organismos
internacionales que han retratado la
caracterización de lo que ocurre en nuestro país, como lo evidencian los insultos y groserías contra el Presidente
Santos de Colombia y Pinera de Chile; el llamado a consultas de la Embajadora
de Venezuela en Panamá; la expulsión de tres diplomáticos norteamericanos y
todo ello por el solo hecho de que esos países propusieron un dialogo incitando a que operen mecanismos
de confianza mutua. Estas reacciones destempladas de una “diplomacia”
primitiva, muestran el nerviosismo de un Gobierno que se siente aislado y descubierto. Esa
misma reacción se constata al sacar las emisiones de TV del canal de noticias
NTN 24, o las amenazas de proscribir CNN para silenciar la verdad y solo
permitir la difusión de noticias oficiales con una aplicación férrea de control
a las emisiones de canales privados.
Esta vez, los mecanismos neo-imperialistas
del Gobierno al pretender aplicar la teoría de la “zanahoria y el garrote” o
del premio y del castigo, no han funcionado, porque la opinión pública mundial
no acepta que la prepotencia del poder aplaste a quienes disienten del régimen.
Milos Alcalay
milosalcalay@yahoo.com
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