En
nuestro país los términos Economía Popular (EP), Economía Solidaria (ESol) y
Economía Social (ES) han tenido sus momentos de relativa moda dependiendo de
circunstancias históricas, particularmente de los intereses de los gobiernos de
turno.
El
término EP. Venezuela pareciera pionera en colocar el valor solidaridad en la
Constitución Nacional (CN) de 1936 promulgada luego de la muerte del dictador
Juan Vicente Gómez, por un Congreso Nacional que aprovecha las aperturas políticas
y sociales del momento, al incluir en su Artículo 77°, Ord. 13°, una invitación
a la formación de cooperativas y al asignar la atribución de “Dictar leyes para
fomentar las instituciones de solidaridad social” a la Cámara de Diputados y al
Senado. Así, la EP adquiere rango constitucional. Desde esa inclusión la EP es
impulsada fundamentalmente por gobiernos social-demócratas y social-cristianos;
la “riqueza petrolera” facilitó un paternalismo estatal omnipresente en el
impulso de expresiones populares. La actual CN la reconoce en sus Artículos 118
y 309. El término es muy utilizado y se asocia a otros como economía del
trabajo, artesanía, microempresas, y
hasta al de cooperativas.
Puntal
en la promoción del término han sido organizaciones con amplio y serio trabajo
en sectores populares como el Centro al Servicio de la Acción Popular (CESAP),
hoy Grupo Social Cesap, asociación de convicción cristiana y profundo trabajo
desde 1974 en la organización de comunidades y cooperativas como los Círculos Femeninos
Populares (CFP) integrados por mujeres de comunidades populares, siendo una de
las primeras experiencias de organización femenina en Venezuela y América
Latina.
También
la Fundación para el Desarrollo de la Economía Popular (Fudep) creada en 1983 en el seno de la institución
Fe y Alegría por 800 mujeres y un universo de 1500 microempresarios, y la Red
Venezolana de Organizaciones para el Desarrollo Social (Redsoc), asociación
civil sin fines de lucro que desde 1995 constituye un espacio de articulación
intersectorial denominado Red Social con participación mayoritaria de ONGs que
desarrollan programas de educación formal y no formal, capacitación, salud,
voluntariado, recreación, investigación social, prevención de drogas, y
facilita la comunicación, articulación y cooperación de las organizaciones de
desarrollo social entre sí, con el Estado y con el sector empresarial. También
Sinergia, espacio democrático de articulación, cooperación y creación de
oportunidades de participación y fortalecimiento de las organizaciones de la
Sociedad Civil; y otras expresiones locales y regionales.
Por
el sector público contribuyó a impulsar el término EP la hoy extinta Fundación
Fondo de Cooperación de Financiamiento de Empresas Asociativas (Foncofin),
fundación pública sin fines de lucro, creada por decreto ejecutivo en 1987 y
adscrita entonces al entonces Programa de Apoyo a la Economía Popular del
Ministerio de la Familia (1989-95), focalizado en las microempresas
individuales o familiares. Durante la presidencia de Rafael Caldera
(1995-2000), con el cooperativista Luis Delgado Bello presidiéndola, Foncofin
privilegió interesantes iniciativas asociativas y promovió el termino ESol.
Las
inconsistencias del mandatario Chávez. Chávez eliminó Foncofin y al hacerlo
desmanteló la mejor capacidad instalada de expertos en microempresas y empresas
asociativas de gobierno alguno en el país. Chávez no tenía un vocablo definido
para estas economías, su gobierno y el de su predecesor se caracteriza por la
ligereza e imprecisión con la que utilizó los términos de la gestión social.
Fue casi dos años después, cuando anunció apoyos a las cooperativas y habló de
promulgar una Ley de ES, promesa pendiente. Temporalmente nombró a Merentes
como Ministro de Estado para el Desarrollo de la ES, persona que en su vida
había pisado una cooperativa; en septiembre 2004 constituyó el Ministerio del
Poder Popular para la Economía Popular (Minep), y avanzó en sus fracasados
“inventos organizacionales” mencionados en un artículo anterior, sentando las
bases del cementerio de más de 300.000 cooperativas con sus respectivos
millones de frustrados.
Uso
utilitario del término.
¿Hasta qué punto el uso indiscriminado del término EP
obedece al interés “congénito” de dominio de lo popular por un gobierno
populista y sus partidarios?. Nadie
mejor que Kliksberg para explicar esta
realidad al hablar de la tendencia a manipular comunidades (Seis Tesis No
Convencionales Sobre Participación): “Un poderoso obstáculo al avance de la
participación se halla en los intentos reiterados en la realidad
latinoamericana de “coparla” para fines de determinado grupos. El clientelismo
es una de las formas favoritas que adopta la manipulación. Allí el discurso
ofrece promesas muy amplias de participación para ganar apoyos temporarios.
Luego las realidades son muy pobres en participación real. Incluso
sistemáticamente en los intentos manipulatorios se trata de relegar a los
líderes auténticos de la comunidad y de impedir que surjan líderes genuinos. Se
procura así mismo crear “líderes a dedo” que puedan ser en definitiva un punto
de apoyo para el proyecto manipulatorio. Cuando la comunidad percibe las
intenciones reales, se produce un enorme efecto de frustración. Los efectos son
graves. No sólo la comunidad resistiéndose dejará de participar, y la
experiencia fracasará, sino que habrá quedado fuertemente predispuesta en
contra de cualquier intento posterior aún cuando sea genuino”.
La
congénita carencia de conceptos y direccionalidad del gobierno explica en parte
sus fracasos en cuanto a organizaciones propias de la ciudadanía. Al margen de
que la EP no tiene los valores y principios de la ES, es innegable su potencial
para reconstruir el país con amplia participación ciudadana. Al gobierno
manipularla, como también lo hizo con la ES, puso retroceso al avance del
emprendimiento y la democracia económica que este país a la deriva reclama.
De
la Economía Comunal, también manipulada, hablaremos posteriormente; por ahora
afirmamos que justo por eso, por el gobierno y sus partidarios bloquear el
desarrollo de los poderes creadores del pueblo, como diría Nazoa, y por no
dejar que el pueblo invente aunque yerre, como diría Rodríguez, su horizonte es
de seguro fracaso.
oscarbastidasdelgado@gmail.com
@oscarbastidas25.
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