Nuestra fuerza nace de convicciones compartidas con el pueblo. Somos mayoría...
El
señor se me acerca en una nutrida concentración de mujeres de todas las edades.
En El Callao, embrujados por el calipso, me agarra durísimo por los brazos,
pone su cabeza en mi hombro y llora. No puedo preguntarle su nombre, ni
necesito preguntarle la causa de su dolor. Es un dolor compartido.
Nuestra
sociedad, desgarrada y oprimida, digan lo que digan encuestas y elecciones,
sabe lo que nos pasa: pretenden llevarnos a la sumisión total, para que dejemos
de ser ciudadanos y convertidos en esclavos, se termine de abolir la República.
Asumir esto exige una dosis enorme de coraje. El régimen sabe lo costoso que
fue imponer el resultado del 8D, en represión, intimidación, trampa y dinero.
Sabía que en elecciones limpias y libres, la voz de la mayoría haría inminente
su salida. Por eso hicieron lo que hicieron. Los demócratas hemos aprendido lo
que significa votar en dictadura.
Hoy tenemos tres opciones: huir, sucumbir o insurgir. Huir, que sería negar la realidad, lo propicia el régimen al imponer el Plan (de destrucción) de la Patria; el cual excluye -en su esencia- cualquier posibilidad de diálogo. Tengamos presente que el silencio sólo abre la puerta de la servidumbre. Sucumbir sería traicionar nuestro legado histórico: libertario, demócrata y republicano. Insurgir es la única opción. Significa la decisión individual de persistir hasta reinstaurar la democracia. Requiere un liderazgo amplio, firme y dispuesto a arriesgar y a arriesgarse; entendiendo el riesgo como un acto de responsabilidad.
Nuestra
fuerza nace de convicciones compartidas con el pueblo. Somos mayoría y contamos
con nuevas fuerzas: quienes representaron la lucha por la democracia en esta
contienda.
Nuestra
generación política está obligada a liderar la ruta hasta la democracia e
impedir que ante la crisis profunda que vive Venezuela, la "solución"
provenga de fuerzas no democráticas; incluso del propio régimen intentando
consolidarse; lo cual sería el peor desenlace.
A
lo largo de nuestra historia, lo más grande que hemos hecho como pueblo, ha
sido impulsado por nuestras creencias, por la fuerza de nuestras aspiraciones.
La más poderosa de ellas, el ejercicio de nuestra soberanía y la libertad.
mariacorinam@mariacorina.com
@mariacorinaYA
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Estimada Maria Corina, el 8 de diciembre fue en mi opinión la prueba democratita mas importante que ha vivido Venezuela, recientemente. Como dices, y es muy cierto, en represión, intimidación, trampa y dinero el pueblo venezolano demostró que si las elecciones hubieran sido limpias y libres, la voz de la mayoría se habría impuesto y la salida del Castro/Chavismo habría sido inminente. Yo sigo optimista y convencida que los resultados de estas elecciones locales nos indican que es el pueblo venezolano quien finalmente erradicara el Castro/Chavismo de Venezuela. . @gbensimon1
ResponderEliminarAqui se tiene que imponer la verdadera mayoria, que no esta con el gobierno ni con gran parte deesta opsicion hipocrita que disimuladamente ha sacado provechoCde todas estas medidas que estan destruyendo al pais y que lo legitima cada vez que va a elecciones con este cne sabiendao de antemano que el sistema esta viciado.
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