En el mes de diciembre tendremos elecciones para alcaldes y concejales. Éstas permiten dos objetivos bien claros en esta coyuntura política. En primer lugar, elegir nuevos alcaldes y autoridades municipales y en segundo lugar, demostrarle al país y al mundo que la mayoría de los venezolanos no está a favor del gobierno actual.
Esto es, que la mayoría es contraria a las políticas del oficialismo. La confirmación de una nueva mayoría en el escenario político venezolano es conveniente para todo el país y también es una oportunidad para el Gobierno. Muchos lectores de antemano pensarán que a quienes gobiernan les interesa poco lo que piensa la otra parte del país. Lo han demostrado. Para ellos es importante mantenerse en el poder y mientras lo tienen lo ejercen, y a su manera.
Sin embargo, la realidad debería ser otra. Las nuevas mayorías cuando aparecen debilitan las pretensiones de un solo lado. Para el gobierno actual entender que existe otra gran parte del país y que deben escuchar el clamor de la nación si es que quieren mantener la estabilidad como un principio básico del ejercicio de la democracia.
Una nación no se construye en conflicto permanente o maquillando con propaganda la realidad a que somete duramente a millones de venezolanos. Esta diatriba en el tiempo pierde su efectividad. Por ejemplo, por mucho que se quiera vender la idea de una "guerra económica" muchos venezolanos saben que la situación de deterioro del país se debe a las erróneas políticas económicas del Gobierno.
No importa que intenten con su aparato de propaganda generar una matriz contraria a la realidad, los venezolanos saben que el modelo que han tratado de implementar es inoperante para que el sector productivo crezca, para que se genere riqueza, para que se produzca una equitativa distribución de los bienes de la nación.
El Gobierno está entrampado. La posibilidad de tomar un nuevo rumbo la tuvo Maduro desde el principio. Se apegó a lo más fácil, a la diatriba, al insulto, a la amenaza, mientras la nación al igual que los puentes y las avenidas se desbaratan. Definitivamente si en estos años de gran renta petrolera no han logrado mejorar la productividad y la infraestructura de la nación menos lo harán en estos tiempos si no hay grandes consensos en la nación.
Uno de ellos debe ser luchar de verdad contra la corrupción, una guerra contra la delincuencia organizada y urbana y sobre todo invertir en infraestructura, comunicaciones y no seguir regalando el petróleo de la nación bajo ningún esquema ni modalidad.
Venezuela se merece un mejor futuro. Demasiado tiempo perdido.
@Bernalette1
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