La sociedad democrática venezolana tiene el 8
de diciembre del presente año la extraordinaria oportunidad de propinarle una
derrota a un buen número de alcaldes y concejales ineptos y corruptos que han actuado con servil incondicionalismo a las políticas
centralistas y militaristas del fracasado socialismo del siglo XXI, que ha
continuado y trata de profundizar Nicolás Maduro.
Las
disidencias en importantes sectores que apoyaron las políticas del difunto
Comandante, no sólo son evidentes, sino que pueden adquirir una dinámica que
los impulse hasta el rompimiento, si
tomamos en cuenta la prepotencia, la soberbia, con que actúan los
incondicionales y oportunistas que rodean transitoria y circunstancialmente al Jefe del Estado. Si la oposición y la
disidencia obtuvieron 2 millones 600 mil votos
frente al desaparecido Hugo Chávez, hoy con una oposición unida, con más
experiencia política y una nueva disidencia, hay que votar, para preservar el
contrapeso político en alcaldías y concejos municipales que fortalezca la democracia social y
enfrente el totalitarismo, defienda la propiedad privada al lado de la
colectiva; la seguridad jurídica y la
seguridad de las personas y de los bienes.
En
síntesis, votar es un ejercicio democrático que ha servido en el mundo
civilizado para consolidar sociedades plurales, respetuosas de los
derechos humanos y ciudadanos en
general, y en algunos casos, como el nuestro, evitar la prolongación del
autoritarismo por las décadas que lleva
en el poder Fidel Castro, beneficiario y
jefe máximo de Nicolás Maduro.
Los
demócratas no tenemos otra alternativa, debemos acumular mayor respaldo de los
venezolanos oprimidos y convencer al sector abstencionista de la clase a que se
incorpore a la única actividad civilizada, que es el voto, para decidir el futuro del país. La
experiencia nacional e internacional indica que los autoritarismos son
derrotables, aunque transitoriamente se mantengan en el poder mediante la
utilización de la fuerza. Su perdurabilidad depende del espíritu y voluntad de
resistencia de los hombres y mujeres que creen en las virtudes del imperio de la ley, del Estado de Derecho.
Cada demócrata en su área de influencia, con su
palabra sincera y convincente puede y debe tratar de persuadir a sus amigos y a familiares acerca
de que es posible derrotar el autoritarismo y encontrar medios legítimos y
dignos de vivir en libertad y con mejorar su calidad de vida.
El
balance realizado por la Mesa de la
Unidad Democrática (MUD) cuyos integrantes, por razones obvias, son los más
interesados en ganar y preparar las condiciones para continuar la lucha para
derrotar a Maduro y a sus acólitos, debemos reconocerlo como producto de una
investigación técnica y sincera, tanto por la confianza que hemos depositado en
ellos, como por la experiencia y capacidad de la mayoría de los candidatos a
alcaldes y a concejales escogidos en elecciones primarias.
Si no colaboramos ni votamos le estamos
entregando el país a los llamados socialistas del siglo XXI, combinación del estalinismo
y el fascismo.
Juan Paez
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.