Lo
que está en juego es la soberanía y no podemos aceptar el absurdo de que la
revolución lo justifica todo
MAPA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE VENEZUELA 1811 |
Primero
que todo está la nación, sus ciudadanos, historia y territorio. El
planteamiento de fondo no puede ser de izquierda o derecha, tampoco socialista
o capitalista y menos pro o anticubano; lo que priva es que en nuestra primera
Constitución del año 1811, la Confederación de Provincias incluía a Guayana y
el territorio Esequibo: eso lo ratifica repetidamente nuestra historia, luego y
a pesar de lo negativo del Laudo de París de 1949, logramos una reactivación de
nuestros legítimos derechos con el Acuerdo de Ginebra del año 1966, donde se negoció
hábilmente con Gran Bretaña adelantándonos a la futura independencia de Guyana;
después se firma el Protocolo de Puerto España y se elaboró un plan de
desarrollo integral de la Línea Esequiba, sin referirnos a lo que se enseña en
las escuelas y los mapas, que destacan la zona en reclamación, aparte del
indiscutible conocimiento que políticos y militares tienen sobre derechos que
son inalienables.
Hay
un antecedente esencial a tomar en cuenta en la actualidad, el año 1981 Cuba
firmó un pacto con Guyana y mediante una declaración conjunta, los cancilleres
señalaron que Cuba le reconoce a Guyana la totalidad territorial, incluyendo la
Guayana Esequiba y Zona en Reclamación. En este momento y ante la excesiva
discreción del régimen sobre ese particular, pesa de manera decisiva por un
lado el pragmatismo que cuida los votos del Caricom y por otro la excesiva
influencia que Cuba mantiene sobre nuestros gobernantes, cuando lo que está en
juego es la soberanía y no podemos aceptar el absurdo de que la revolución lo
justifica todo, porque lo que debe defenderse es la integridad de la patria.
En
derecho internacional existe un concepto denominado "estoppel", de
acuerdo al cual la renuncia de un derecho o la aceptación del derecho del
adversario, deja al descubierto al país en cuestión, por eso lo injustificable
del silencio ante las numerosas acciones que Guyana ha ido implementando al
otorgar de manera ilegal derechos de exploración y explotación en áreas
terrestres, fluviales y marítimas de la Guayana Esequiba, con especial
referencia a la salida al Atlántico, que nos ubica en un horizonte que afecta
nuestra territorialidad, reconocida desde el año 1811 como parte de la
Provincia de Venezuela.
Por
todo lo anterior ¡cuidado con el Esequibo!, ya que hay que mantener viva la
reclamación, reactivar el objetivo del desarrollo conjunto en base a la
evidente complementariedad de los dos países, y a la necesidad de proteger la
plataforma continental, el tránsito marítimo de las empresas básicas y el
patrullaje de la armada. El populismo puede decir de la boca para afuera muchas
cosas, sin embargo está en la sagrada obligación de proteger las fronteras, el
relanzamiento de la industria básica, que necesita de forma imperiosa un área
segura y propia para el desplazamiento de la materia prima y elaborada, incluso
nadie lo quiere decir en blanco y negro, pero se planteó y fue rechazado un
proyecto de acuerdo que cedía parte de las pretensiones venezolanas, siempre
que se reconociera nuestra soberanía en las dos márgenes del Orinoco.
juanmartin@cantv
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