La cosa anda tan mal para el PSUV en el
municipio Sucre que la lucha por conquistar el electorado pasó a segundo plano.
El candidato paracaidista anda más pendiente de cantar en el Miss Venezuela que
de buscar los votos en Petare y eso se refleja en la preferencia de los
electores. La verdad es que al hombre del “bla, bla, bla” no se le ve la cara,
pura luna de miel, fiestas por todo lo alto y conciertos.
Ante tal escenario las “mentes brillantes”
del partido oficial no se les ocurrió otra cosa que montar ollas podridas,
marramuncias y tramoyas con el fin de aniquilar moral y políticamente a Carlos
Ocariz. Pero hoy en día ni la maldad los une, la guerra dentro de la tolda roja
es tal que el documento donde se detalla el plan contra el alcalde del municipio
Sucre fue filtrado esta semana.
Lo primero que reconoce el PSUV en el Plan
“Tormenta Roja” es el estancamiento del candidato oficialista y su
imposibilidad de superar los 20 puntos porcentuales, números que se mantienen
invariables desde que anunciaron su postulación. Mucho chicle y poca bomba, así
se resume la candidatura del PSUV, que nadie duda que tiene las dos P, pantalla
y plata, pero le falta la tercera: Pueblo. Lo hemos visto en actos oficiales en
los canales del Estado, pero nadie lo ha visto pateando calle. A Petare no le
interesa telecandidatos, quiere gobernantes cercanos a su realidad, que
escuchen y resuelvan, por eso Carlos Ocariz mantiene un nivel de aprobación
superior al 60%, tal como reconoce el propio documento del PSUV.
El candidato rojo está como el Airbus
presidencial, no despega, está estancado y le cuesta mucho dinero al gobierno.
Por eso entran en juego las tres fases del Plan “Tormenta Roja”, que buscan
generar caos, provocar violencia y desmovilizar a la población sucrense. Paradójicamente
los psuvistas usarán la basura para su guerra sucia, de allí parte el plan de
sabotaje, que exculpa de responsabilidad a los concejales oficialistas que han
mantenido congeladas las tarifas del aseo y busca contaminar al municipio Sucre
pero con mentiras y calumnias.
La segunda fase tiene como objetivo sembrar
el caos y el miedo en las zonas de clase media con grupos armados dirigidos por
el PSUV, que generen un escenario que se le escape de las manos a los cuerpos
de seguridad del municipio. Así la clase media no se movilizará el 8 de
diciembre a votar y ellos tomarán los espacios de poder por forfait.
La última fase consiste en usar sus
instituciones para tratar de acorralar, usarán la retorica de la lucha contra
la corrupción para buscar empañar la imagen de Carlos Ocariz. Nos imaginamos al
menos se bajarán de sus camionetas blindadas para denunciar, pero igual la
gente no les cree nada y el pueblo de Petare sabrá defender a su gobernante si
pretenden usar la justicia para adueñarse de unas elecciones que no pueden
ganar con votos.
Que sigan inventando que el pueblo los
seguirá castigando, su propia gente los vendió, reveló sus patrañas para
manchar una jornada donde Petare se ratificará como territorio de futuro y
progreso. Inventen lo que inventen, tienen la derrota pintada en la frente.
Este pueblo es sabio y no cree ni en ollas ni en cuentos chinos.
Brian@juventudsucre.com
@Brianfincheltub
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