¿Quousque
tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? fue una frase pronunciada por Cicerón, famosa por ser la primera oración de la Primera Catilinaria. Se traduce del latín alespañol como ¿Hasta cuando abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?.
El latinazo se refiere a la Roma
imperial, pero tiene plena vigencia entre nosotros. La paciencia se agota y los
problemas se agravan. Nada funciona bien. Todo camina para peor. Es cierto que
cada tiempo crea sus monstruos, pero también ofrece los instrumentos adecuados
para neutralizarlos y hacerlos desaparecer.
En el alto mundo de la política
oficial y opositora no se percibe a plenitud la realidad de un pueblo dominado
por la incertidumbre. No hay paz espiritual en la gente. Tampoco existe en la
calle por la falta de seguridad de las personas y de los bienes. Ya son motivo
de burlas crueles las declaraciones sobre los resultados de eso que llaman
Operativo Patria Segura y las declaraciones relativos a los índices delictivos.
Lo cierto es que en este ambiente de hipocresía, arrogancia, cinismo,
corrupción e incompetencia nadie puede sentirse satisfecho.
El
miedo crece al mismo ritmo que la indignación. Estamos en un país en el que
aunque no hay una guerra declarada, no existe la serenidad necesaria para vivir
normalmente. Confieso que jamás había visto días más tristes, ni al pueblo tan
atemorizado por las amenazas potenciales y reales del régimen y la ausencia de
liderazgos opositores recios que interpreten cabalmente sus anhelos y
necesidades inmediatas. Siento mucho desprecio por estos tiempos y
personalmente creo ser un extraterrestre dentro de una política general que no
comparto. El problema es que no quiero ser terrenal y contribuir a fortalecer
más de lo mismo. Ejemplo, seguir confundiendo democracia con elecciones o hacer
toda la apuesta para el cambio de régimen al largo proceso que va desde abril
pasado, hasta diciembre con las municipales, de allí a las parlamentarias,
luego a un eventual revocatorio y, por ese camino, llegar a las presidenciales
de 2019 para derrotar a Maduro y elegir, entonces sí, a un Capriles todavía
joven para restaurar la democracia perdida. Si los mismos siguen haciendo lo
mismo, los resultados jamás serán diferentes. Lo han dicho sabios y la vida lo
ratifica. Las elecciones son un instrumento de la democracia, pero no el único
y ni siquiera el más importante.
Las
universidades dan ejemplo de dignidad, autonomía y disposición para la lucha.
Apoyarlas es una obligación inmediata. Debemos aprovechar la oportunidad de ver
al “por ahora” desesperado, delirando como un náufrago afectado por la
intensidad del sol en la frente. Pero debemos vencer la comodidad y el
oportunismo de muchos. Vacilan recelosos, esperando los unos de los otros y
confiando en que otros resuelvan. Quienes deseen conservar lo mucho o poco que
tienen, la vida, la libertad, el derecho a trabajar en paz y levantar con
dignidad una familia, deben despertar y reaccionar. Civiles y militares. Hay
caminos. El peor es la resignación frente a más de lo mismo.
oalvarezpaz@gmail.com
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