Si
alguna pregunta es insalvable, en cualquier ambiente al que concurramos, es el
¿Hasta cuando? Podríamos sin exagerar en lo mas mínimo, decir que se trata de
un clamor generalizado. El equivalente a tres períodos presidenciales, quince
inacabables años, de un discurso huero, inconsistente, mal articulado y en
paralelo "CERO" obra tangible, han terminado por secar la emoción,
desgastar el resentimiento, colmar la capacidad de aguante de un pueblo que se
había convertido en aguantador...
De
desengaño en desengaño, de golpe en golpe de la fragua, la sociedad de este
país minero ha ido cambiando. Los españoles dicen brutalmente "... la
letra con sangre entra", no han sido muy distintos los métodos empleados
por la "revolución bonita" para desencantarnos de cualquier pasajero
desliz con el autoritarismo. Algunos analistas incurren en el yerro histórico
de emparentar la extraña o aparente pasividad del venezolano de hoy, con el
resignado transito de los últimos años del Benemérito General Juan Vicente
Gómez, no es justo, ni es cierto...
El
hombre de La Mulera, cerró cien años de guerras y anarquía, le dio a los
venezolanos lo que más anhelaban: paz y orden. Los métodos que empleó son
indefendibles, pero los hechos quedan: pacificación y unificación del país,
creación de un ejército profesional, creación de la Hacienda Pública, pago de
la deuda externa. Además, para hacer todo ello había derrotado, uno por uno, a
todos los caudillos del país, era valiente sin estridencias, no gritaba, casi
susurraba sus órdenes, pero estas se cumplían. Buen administrador, como
consecuencia aplicó a la guerra un
innato sentido de la logística que sólo la vida le había enseñado, su
autoestima era tan alta que se sentía cómodo rodeado de la inteligencia y los
muy superiores conocimientos de la mayoría de sus colaboradores.
El polo opuesto del deplorable individuo que
ahora pretenden llevar a los altares: que quebró una cantina cuartelaría, le tuvo miedo al plomo, no se rodeaba sino de
mediocres, ponía verdadero rigor al elegir de entre los últimos de cada
promoción a sus "hombres de confianza" a quienes entregó la bolsa y
la vida de sus connacionales. Manejó EL TRIPLE de los fondos que -sumados-
tuvieron todos los presidentes del siglo veinte. Ese es el paradigma detrás del
cual pretende refugiarse el incunable "presidente" Maduro. Y aún nos
preguntamos ¿Hasta cuando?
Los
golpes que hemos sufrido y seguimos sufriendo, no han venido todos del régimen
ni de Chávez ni de su deplorable excrecencia. De las filas de quienes han
debido y pretendieron ser los líderes de una resistencia a la barbarie, hemos
recibido la humillación y la vergüenza de una sumisión incomprensible e
incalificable. En un entorno semejante no se puede esperar por un liderazgo
inexistente. La sociedad tiene que actuar, agarrar el toro por los cuernos y
partirle el espinazo. Los venezolanos lo hemos hecho antes, no serán estos
estrategas vírgenes quienes nos lo impidan. Pero hay que hacerlo ya...
Es
el momento de Fuenteovejuna "todos a una" sin distingos ni
ideológicos, ni religiosos, ni de profesión o vocación, de paisano o de
uniforme, un sólo carnet político: la Cédula de Identidad venezolana. Una sola
pasión rehacer la convivencia y el destino de un gran pueblo, traicionado por
los unos y por los otros, pero afincado en sus valores y en su Historia. ya...
@Alfredo43
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