Era de temer, ante la falta de disposición
para convocar la protesta pública, pacífica y no armada en cabeza de una
dirigencia demócrata sumamente cobarde cuando no corrompida, que prefiere "colaborar".
Gana terreno en el sentido de la objetiva
gobernabilidad mas no en la popularidad, vale la aclaratoria. Porque si bien es
cierto que día a día y producto de esas graves carencias en nuestro liderazgo
demócrata nacional, el régimen ve fortalecida su estabilidad en el poder, no lo
es menos que su aceptación en el pueblo no cesa de declinar.
Ese escenario, es por demás evidente ante el
triste espectáculo de un líder demócrata nacional que ante la depauperación del
pueblo venezolano se excusa diciendo que su lucha es "gandhiana" para
encubrir cínicamente su personal incapacidad en tan grave coyuntura, como si el
ilustre Mahatma Gandhi no hubiere basado su ya histórica epopeya precisamente
en la desobediencia de normas jurídicas injustas, una lucha pacífica,
principista y no violenta. Muy distinto al libreto de sumisión al que nos
quiere acostumbrar el precitado "líder" criollo, a partir del 16 de abril con su ya famoso "frenazo" a
legítimas protestas.
Lo anterior es solo otro llamado en medio del
horror que padecemos tantos venezolanos de a pie a manos del régimen
socialista, hoy huérfanos de un liderazgo demócrata creíble. No debemos guardar
silencio ante lo que resulta evidente: el colaboracionismo hoy disfrazado de
oposición pretende que la mayoría demócrata nacional aguarde paciente la
terminación del socialismo en gobierno, por vía de algún hecho fortuito
derivado de su propia inviabilidad política, sea por implosión desde el PSUV o
bien a través de un desorden público generalizado, postura tan inmoral que hace
de esa dirigencia pseudo-opositora, tan indigna de gobernar a Venezuela como lo
es la que hoy nos oprime.
Al parecer, es mayor el temor que siente la
oposición formal ante el probable "castigo" del régimen si se
atreviere a convocar la protesta cívica, pacífica y no armada
"gandhiana", tan necesaria para su derrocamiento, que la aprehensión
ante el pavoroso nivel de criminalidad en la Venezuela de hoy, rareza mundial
de violencia colectiva "no política". Pero igual, tal cobardía no les
hace inmunes a la "sanción" como lo es el proceso judicial recién
iniciado contra Leopoldo López por hechos ocurridos hace 11 años.
Porque si bien es cierto que la inviabilidad
del socialismo en gobierno lo condena a su derrocamiento o en su defecto a
sostenerse mediante la esclavitud de los pueblos, verbigracia Cuba y Corea del
Norte, no lo es menos que tal definición no resulta de procesos políticos
expeditos, inocuos o indoloros. Muy por el contrario, frente a regímenes
socialistas los pueblos ejercen naturalmente diversos mecanismos de resistencia
ante el opresor, pero jamás la liberación nacional tiene lugar bajo ambientes
de conformismo y cohabitación como el promovido en Venezuela por esta
oposición. A lo más que podríamos aspirar de seguir el presente derrotero será
a una nueva tiranía militar, ahora de ultraderecha. Qué triste el devenir de
los pueblos que como el nuestro continúan siendo incapaces de gobernarse por sí
mismos. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com
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Gracias mil por éste artículo. Lo comparto.
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