El
juego es muy difícil. Y Maduro maniobra pero lo desborda el tsunami que Chávez
le legó. Trata de controlar la crisis económica y la crisis política y al
instante lo cornea la ola de corrupción y la desinstitucionalización del país.
que avanza hacia el conflicto. Y vuelve a maniobrar.
Desbordado, se reúne con
los empresarios, le tira una alfombra roja a los curas, al Papa y hasta a USA,
al tiempo que verbalmente extrema el hostigamiento.
Pero él lo sabe: estamos en el peor de los
mundos. Los venezolanos enfrentamos esta crisis limpios. Está estirando hasta
el límite el modelito de Giordani y, al final, lo sabe: el sistema tendrá que
abrirse para poder sobrevivir.
Ante él (un presidente ilegítimo al menos para
más de la mitad del país) se encuentra un Estado parado, por falta de recursos.
Con un problema fiscal y al que sólo quedan 15 días de importaciones. Los
inventarios se acabaron y existen compromisos de Cadivi por ocho mil millones
de dólares.
Merentes
y Ramírez le anuncian una gira por los mercados financieros internacionales,
para pedir más real y profundizar el hueco. El costo de la deuda venezolana es
de los más altos del mundo. Petrobrás se financia con un tercio de lo que se
financia PDVSA. Se acelera la búsqueda de financiamiento para atender
actividades medulares. Es decir: para sobrevivir. Al tiempo que se sobrevive a
una inflación del 100% anualizada: 2 puntos en marzo, 3 en abril y 6,6 en
junio. Si anualizas: 100%, con un crecimiento paupérrimo.
Y
todo es obra de uno que ni los peores enemigos de Batman: Jorge Giordani. Un
genio que construyó una máquina excavadora para llegar al fondo de la Tierra.
El arquitecto financiero del Socialismo del Siglo XXI que acabó con la
capacidad de ahorro. Jamás se olvidará cómo Giordani, volándose el mercado de
capitales, les cortó la cabeza a más de 300 mil personas que, en un mercado de
valores incipiente como el venezolano, se fueron al ahorro e invirtieron en
títulos del Gobierno en dólares, como capital semilla de unos futuros fondos de
pensiones que hubieran podido financiarnos, como en otros países en
crecimiento. Y, no. Este villano no está en el asilo de Arkham: Maduro lo
mantiene en el clóset. Mientras tanto, contempla (imagina uno) las imágenes de
las noches de protestas violentas en Sao Paulo, Río y Brasilia, y le ruega a
Carlos Marx que no se desate aquí un conflicto parecido.
En
esta calma chicha escalofriante. Un país polarizado inmanejable, con un Consejo
de Estado de más de tres miembros –y por lo tanto, también inmanejable– para
tomar decisiones de políticas públicas ante una situación de shock en la que, a
cada momento que transcurre, se hace más evidente la relación entre la
corrupción salida de madre, la profunda crisis de la economía y el desastre de
las instituciones públicas. Al tiempo que PDVSA hace esfuerzos por estabilizar
la producción petrolera, Maduro intenta un cambio en la política económica
hacia la moderación (Barclays). Cuando se considera la posibilidad de
consolidar todos los recursos que nos quedan en divisas –y que están regados
por el Fonden, el fondo chino y otros silos paralelos–, hay una total falta de
transparencia.
Y
tienen que evitar el ahondamiento de la recesión, lo cual es demasiado tarde
para algunos. Por otro lado, el entramado de corrupción sofoca a Maduro. Al
país. Le corta cualquier posibilidad. Maduro trata de extirpar el tumor
canceroso de las industrias de Guayana, de Ferrominera, del INTI, de INDEPABIS.
Y se enfrenta a la lista de “intocables” de unas mafias “revolucionarias” de
civiles y militares que corroe las entrañas institucionales, ante las que no
hay Fiscalía que valga. Y de repente, para aumentar el ruido, la recién
estrenada presidenta del Tribunal Supremo de Justicia nombra al ingeniero
hermano de Chávez, sacado aparatosamente de Corpoelec, en la Dirección
ejecutiva de la Magistratura, como máxima autoridad gerencial del Poder
Judicial. No tiene vida. No hay freno. Límites.
El
afán de desmantelamiento es total. Y si le preguntan a Kerry, el gringo del
Departamento de Estado, dirá muy norteamericanamente: “Vamos a dejar que esta
vaina evolucione”. Como la Iglesia. Y el sector político. Y algún empresariado
de manga corta. Piensan todos al alimón contener como puedan el desbordamiento,
abrir los canales del diálogo, desactivar la bomba de la ingobernabilidad.
Mientras,
la bomba social hace tic-tac. El consenso sobre el país que queremos en lo
político, en lo económico, se ha roto. Las posiciones mayoritarias se han
volteado. La Juez Afiuni (al fin) recobra su libertad. Y Maduro afloja para quedarse.
***
@LuisGarciaMora
http://prodavinci.com/2013/06/16/actualidad/al-limite-mientras-la-bomba-social-hace-tic-tac-maduro-afloja-para-quedarse-por-luis-garcia-mora/
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QUE BUENO. SÍGANOS INFORMANDO DE ESTAS IRREGULARIDAD Y HABRIRLES LOS OJOS A LOS DEL PSUV
ResponderEliminarQUE COGOLLOS DE MADRE TIENE ESTE GOBIER. SIGAN INFORMANDO. FELICIDADES
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