La
muerte de Pablo Neruda polariza a los chilenos y es materia de
especulación, a pesar que han transcurrido 40 años desde su fallecimiento.
Las circunstancias que rodearon la muerte del
Premio Nóbel de Literatura el 23 de septiembre de 1973, sólo 12 días después
del golpe militar que derrocó a Salvador Allende, están siendo objeto de
investigación y mantienen dividida a la opinión pública chilena y mundial.
También el caso Neruda es un arma empleada
políticamente por la izquierda, para captar dudas y simpatías.
Lo mismo sucedió con los interrogantes sembrados en torno a la
muerte del Presidente Salvador Allende, algunos provenientes desde el gobierno
de La Habana, que fueron exclarecidos luego de una exhumación de los restos y
que dieron como conclusión que el mandatario se había suicidado.
Igualmente, se investigó la muerte del ex presidente Eduardo Frei Montalva, otro
crítico de Pinochet que falleció mientras estaba hospitalizado.
Neruda fue exhumado de su tumba en Isla
Negra, el 7 de abril de este año y sus restos fueron enviados al exterior para
ser examinados por científicos forenses.
En Estados Unidos un grupo especializado en
violaciones de derechos humanos advirtió que la investigación judicial de la
muerte del poeta pudiera fracasar si se centra en Michael Townley, un
norteamericano que creció en Chile en la década de 1960.
Los expertos indican que Townley no pudo
haber asesinado a Neruda, como aseguran los comunistas, y que hicieron abrir la
actual investigación.
Explican que Townley estaba en Estados Unidos
en el momento de la muerte de Neruda, el 23 de septiembre de 1973.
Existen numerosas pruebas que incluyen una
licencia de manejar, un nuevo pasaporte estadounidense y recibos de un taller
donde Townley trabajó como mecánico, que prueban que Townley estaba en Florida.
Neruda
sufría de cáncer y la enfermedad aparece como la causa oficial de su deceso,
pero el chofer del poeta, junto con otras personas, han sembrado dudas que su
muerte no fue por causas naturales.
El
juez chileno Mario Carroza, quien está a cargo de la investigación, ordenó el envío de los restos
al exterior para buscar pruebas que indiquen si Neruda murió envenenado.
Los que
creen que el poeta falleció en forma natural señalan que no había razón
para asesinarlo. Todo Chile sabía que el
cáncer que padecía Pablo Neruda lo iba finalmente a matar muy pronto.
angelicamorabeals@yahoo.com
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Angelica, me gusta su prosa y me fascinan sus escritos por los temas que toca y de la forma tan sencilla como lo hace para sus lectores. Sus pocas palabras dicen mucho y nos dejan margenes para darle rienda suelta a nuestra propia imaginacion. La felicito!
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