Aunque no suelo opinar sobre el mundo del
crimen, ésta será una nota que toca el tema de un tipo de delincuencia que raya
en la común.
Debo confesar que me es difícil recordar
políticos tan caraduras como, por ejemplo, el estafador de cantinas militares,
hoy diputado de la Asamblea Nacional, que siempre pretende presentarse
cínicamente como paladín de la legalidad, citando artículos de leyes y
reglamentos, los cuales, sabemos, para qué uso personal los destina.
En el oficio de políticos, como en casi
todos, abundan estos personajillos deleznables; pero, sinceramente lo digo,
éste que nos ocupa se llevó la palma.
Es imposible creerle nada, ni el padrenuestro
de rodillas, a un tipejo de look lombrosiano, a menos que se sea muy naïf para
caer en sus trapisondas abominables.
Este elemento es de los que el gobierno
chavista echa mano para ejecutar las peores perversidades y las más
estrambóticas. Su carencia total de escrúpulos y vergüenza lo acredita para
tales labores. Eso da cuenta muy bien de la alta estima que le tienen los
suyos.
No hay trabajo sucio en el que no esté
presente y haga gala de su parla repugnante y odiosa, de su sonrisita-mueca
burlona, que no logra esconder su deleite en la maldad que está perpetrando.
Es el típico psicópata dedicado a la política
que acomete sus vilezas con frialdad y desenvoltura pasmosa. Un cerebro puesto
al servicio de su bolsillo y de la banda en la que milita.
Su fama lo precede. En estos ásperos años de
revolución chavista, ya tuvimos la oportunidad de conocer su desempeño
político. Hasta Ministro llegó a ser, aunque en estos tiempos de mediocridades
enaltecidas sabemos que cualquier improvisado, incompetente y corrupto ha
podido llegar a esos cargos.
Dos actuaciones deben ser recordadas,
precedidas por su expulsión de la institución militar y enjuiciamiento por sus
ardides rateriles en el manejo de modestos fondos de unas cantinas militares.
Nadie olvida la declaración en la que ante
todo el país señalaba que a través de la tv estábamos siendo espiados en
nuestras casas. Afirmaba entonces: “tenemos un video metido en nuestra casa,
donde tenemos un grabador en nuestra casa y nos toman video y nos graban”.
Tal disparate lo puso en ridículo por lo
absurdo, aunque examinando el asunto en retrospectiva, uno llega a la
conclusión de que detrás de tal aparente babiecada se buscaba, a conciencia,
manipular a la gente sencilla o desprevenida, que no estaba al tanto de saber
si eso era o no posible.
La maldad detrás de aquella trastada está hoy
más clara. ¿Acaso en estos años no nos ha deleitado el chavismo con
despropósitos como ésos? ¿No dijo el líder máximo fallecido el dislate de que
el terremoto de Haití de 2010 fue causado por la marina de EEUU? ¿Es mentira
que el ilegítimo Maduro dijo hace unos meses que el cáncer de Chávez había sido
generado porque no dormía y trabajaba mucho?
El otro episodio es el de Vladimiro
Montesinos, hombre siniestro clave en el gobierno de Alberto Fujimori, que
estuvo amparado por gente del gobierno chavista vinculada a sus negocios
turbios.
El gobierno de Chávez negaba entonces que el
fugitivo Montesinos se encontrara en nuestro país. Pues bien, el diputado
desfalcador de ventorrillos milicos dijo entonces que el perverso personaje
estaba muerto, porque a él le constaba que había sido asesinado en una base
naval en Perú, en lo cual, por cierto, fue avalado por Chávez y José Vicente
Rangel, a la sazón Ministro de Defensa.
Hoy, el diputadillo proletario de las
corbatas Louis Vuitton (según él mismo, tiene que comprarlas de esa marca
porque en el país no se confeccionan) y visitante VIP de la escudería Williams
de Fórmula 1, está encargado de realizar investigaciones en la Asamblea
Nacional sobre diversos temas, entre ellos, evento violentos generados después
de las elecciones del 14-A.
No es difícil adivinar lo amañadas que serán
las resultas de aquellas. ¿Qué otra cosa
podría esperarse de un bufón inescrupuloso como éste?
La última hazaña revolucionaria de “El
Carroña”, junto a su carnal “El magnate de El Furrial”, es haber premeditado y
ejecutado canallescamente, una agresión física salvaje contra los diputados de
oposición. En lo videos que pudieron tomarse, se le ve incitar a sus compañeros
a perpetrar tal embestida traicionera de corte fascista, el día 30 de abril
pasado, no sin antes, cual cobarde, ponerse a buen resguardo.
Este tipo de bellacos le hacen mucho mal al
país y a la convivencia civilizada. El chavismo, desgraciadamente, los ha
encumbrado. Estamos viviendo episodios en que estos retorcidos especímenes,
lindantes con la delincuencia, están perpetrando a sus anchas todo tipo de tropelías
y salvajadas, propias de regímenes totalitarios.
Flaco servicio le hacen a Maduro, en momentos
de marcada debilidad. Pareciera que están haciendo todo lo posible para que se
termine de desbarrancar.
Venezuela no se merece ser dirigida ni
gobernada por estos bribones.
Emilio Nouel
emilio.nouel@gmail.com
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