Cuando Capriles acepto la candidatura
presidencial, lo hizo desoyendo a quienes, con razón, le recomendaban no
hacerlo, dado el resultado de todas las encuestas, que le daban a Nicolás 63 de
intención del voto, con un tiempo de campaña de apenas 10 días y gano con menos
del 51%, --por un pelito-- con todo y el grosero ventajismo electoral, como
diría Oscar Schemel--todo un record Guiness. Pero la oposición debe tener
claro, como afirma el rector Vicente Díaz, que el sistema electrónico de conteo
es confiable y por otra parte nadie puede saber por quien se vota, pero quienes
dudan tienen derecho a pedir ampliar la auditoría.
Me incorpore a esta campaña, pensando que
debíamos hacer todo el esfuerzo posible para que la derrota esperada, no fuera
aplastante, sin embargo al entrar en contacto con los dirigentes de oposición
de Valle Lindo y Ezequiel Zamora, del municipio Sotillo --Puerto La Cruz-- los
sentí dispuestos a dar la pelea, no iban aceptar de brazos cruzados que
Venezuela se transformara en otras Cuba. Sentí pasión, entusiasmo, espíritu de
lucha. Y eso fue antes de la aceptación de Carriles, como candidato.
Winston Churchill afirmaba que en política
los aciertos se cobran baratos, pero los errores se pagan caros, es decir que
se crece más por los errores del otro que por los propios aciertos.
Por eso pienso que ese crecimiento de
Capriles de casi 800 mil votos, tiene más que ver con la enorme incapacidad de
liderazgo de Nicolás, que con los
aciertos de la campaña opositora, que sin duda los tuvo. Nicolás no es Chávez…
probado, una semana más de campaña y Capriles lo aplasta, y eso lo saben los
dirigentes y las bases del chavismo, Saben que con Nicolás les espera la
derrota en el futuro cercano--si la oposición no comete caros errores-- saben
que sus privilegios corren peligro con Nicolás como líder
Venezuela enfrenta una grave crisis, crisis
que la tendencia socialista del régimen agravara: escasez, inflación,
devaluaciones, unos de los salarios mínimos más bajos de América latina. Y
quienes tendrán la responsabilidad de enfrentarla, son los mismos que la
crearon, durante estos últimos 14 años, y ahora, con una gran debilidad
política y sin un líder fuerte que los aglutine.
Estos son unos resultados para que la
oposición los festeje. Y el chavismo debe pensar muy bien qué hacer con
Nicolás. Deben buscar un líder que sea capaz de unirlos y con el carisma
necesario para enfrentar la grave crisis económica que estamos viviendo y que
se agrava. Saben que Nicolás y que no da para más. No pueden permitir que sea él
quien tome las decisiones. El problema del chavismo no es Capriles, es Nicolás.
Ojala Nicolás Maduro ya como presidente de la
República, fuera capaz de olvidarse de la revolución y el socialismo, convocara
al dialogo y se dedicara a trabajar, simplemente para mejorar la calidad de
vida de los venezolanos.
raulzapataa@hotmail.com
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