De repente vuelve a la palestra el por qué los venezolanos estamos saliendo del país. Y Vuelve como diatriba porque para algunos tanto de un bando como del otro, muchos “abandonan” la lucha o “no enfrentan” la realidad. Otros más duros han tildado de facilista la gran decisión de dejar el país de origen, a la familia, a los amigos y huir hacia otros destinos.
Mientras esta discusión de torna a veces delicada, también hay mucha gente que se solidariza con el enorme pasos que estos compatriotas han tenido que tomar y les brindan todo su apoyo, desde lo moral hasta muchas veces económico para que puedan salir adelante.
Si le preguntas a un inmigrante cuál es su razón, la respuesta es sumamente variada, desde razones políticas como hay muchos asilados (perseguidos políticos), otros buscando oportunidades económicas, otros por estudios, otros huyendo (en el mejor sentido) del crimen porque han sido objeto de secuestro o los han atracado o algún miembro de su familia asesinado producto del hampa.
Si le Preguntas a un inmigrante como es esa experiencia de irse a vivir a otro país, la respuesta es casi siempre la misma: Muy duro…
El país duele más de lejos es lo que muchos dicen. Extrañar lo que fue cotidiano, los sabores y olores, las calles que te vieron nacer, los amigos, la familia, a la mamá al papá o al hermano…
Luego te vas acostumbrando, tu país de acogida se va haciendo cotidiano, sus olores los tuyos y sus sabores se incorporan a tu mesa, pero nunca dejas de pensar en lo que quedó allá lejos.
Por eso cuando algunos pretender quitarnos el derecho a opinar, cuando otros aseguran que quien se va es porque “tiene con que”, yo los invito a reflexionar. No vivir en tu país natal no te quita tu nacionalidad, esa que está marcada en el corazón, porque además muchos, muchísimos abandonan sus querencia sin nada más que un puñado de ilusiones y ganas de salir adelante y es sobre todo por lo que no tienen quien los oiga, porque a ellos también los han criticado, porque no todos tienen como hacer oír su voz. Por ellos habló y me así me lo han pedido.
Así como hay otros nacido en tierras lejanas que por voluntad o no, los llevaron a vivir a otras latitudes. Esos niños que no supieron nunca de otros paisajes sino de los que los vieron crecer. Esos que ahora regresan a las tierras natales sin ningún recuerdo. Esos que aprendieron el Gloria al Bravo Pueblo y solo oían otros himnos si la mamá o el papá los cantaban. Ellos también tienen voz en estas líneas
Muchos de los que se van tienen una historia triste por detrás, pregunten y no juzguen.
El amor por la patria no se olvida, no se deja atrás, se lleva en cada pieza de equipaje, se instala en el alma y de ahí no sale.
@PilinLeon
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Da igual si están aquí o en otro lugar, si tienen o no historias tristes que contar, los que estamos aquí les podemos contar muchas historias tristes todos dias, y aunque no físicamente, nos sentimos foráneos en nuestra propia tierra. No es juzgar Sra. León, pero el que decidió desligarse de su país, pues bién fue su decisión.
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