El régimen totalitario de gobierno que,
progresivamente, ha venido siendo instalado en Venezuela desde enero de 1999
bajo el gobierno de Hugo Chávez Frías pretende, aún en ausencia física de éste,
completar el llamado "proceso" hasta un grado de "perfección"
semejante al que padece la hermana nación cubana y, del cual, existen otros
modelos en el mundo como el de Corea del Norte, Zimbawe, etc.
El instrumento político fundamental del
régimen venezolano descansa, fundamentalmente, en una acumulación total de
poder en manos del Ejecutivo Nacional que controla, de manera absoluta y en la
persona del Presidente de la República, todos los poderes del Estado que
estando previsto constitucionalmente, han de gozar de absoluta y plena
autonomía, como ocurre en toda democracia verdadera. Sin embargo, el
instrumento clave para alcanzar ese logro ha sido el Consejo Nacional Electoral
(CNE). La única elección pura y, por tanto legítima, fue la del llamado
presidencial en 1999 para convocar, contra lo establecido por la entonces
Constitución vigente que era la de 1961, a referendo popular para elegir una
Asamblea Nacional Constituyente. Para ese referendo, realizado el 25 de abril
de 1999 no se estableció quorum alguno --como se hace en todos los países
democráticos del mundo-- y la
concurrencia de electores fue del orden del treinta por ciento. Ese disminuido
electorado aprobó la ya referida convocatoria referendaria.
La siguiente convocatoria a elecciones fue,
en el mismo año de 1999, para elegir a los diputados que formarían la referida Asamblea
Nacional Constituyente, pero en el proceso electoral se introdujo un
mecanismo --llamado popularmente
"kino", por su semejanza a la lotería de ese nombre-- lo que
favoreció visiblemente a los candidatos postulados por el gobierno quienes,
así, formaron una desproporcionada mayoría en detrimento del sector opositor.
En diciembre del mismo año de 1999, el día quince de ese mes, los venezolanos
votaron para aprobar o negar la nueva Constitución aprobada por la mayoría de
la Asamblea Constituyente. Precisamente, días antes de tal evento, se había
desatado en todo el norte del país un fuerte fenómeno metereológico que afectó
casi toda la región norte del país, que es la más poblada. Los resultados de
esta elección favorecieron con amplitud la aprobación de la nueva Constitución
y el cambio, en ella previsto, de República de Venezuela a República
Bolivariana de Venezuela. Como cosa curiosa
--para decirlo de manera irónica--
el Estado en el que se registró el mayor porcentaje relativo de
concurrencia de los venezolanos en esa oportunidad, fue el Estado Vargas, el
cual, precisamente, fue el más afectado del país. La abstención, según cifras
del CNE fue del 55,62%.
Posteriormente, para el 30 de junio del año
2000, dado que la nueva Constitución impuso la renovación de todos los poderes
públicos, el país fue de nuevo a elecciones presidenciales siendo los
principales candidatos el Presidente Chávez y su antiguo colaborador en el
intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, Francisco Arias Cárdenas. Chávez
obtuvo el 59,76% de los votos, mientras Arias alcanzó el 37,52%. Sin embargo,
diversos exit polls de encuestadoras,
así como cifras llegadas a diferentes instituciones y empresas daban resultados
que favorecían al segundo, a quien había apoyado la oposición de entonces. En
el mundillo de la política se afirmaba que se trataba de un acuerdo entre ambos
candidatos convenido.
Lo que sigue es conocido y recordado por
todos. En el presente, los venezolanos
todos nos encontramos ante la difícil situación que ha generado la enfermedad
del Presidente Electo de la República Hugo Chávez Frías. Entre todos los venezolanos, nadie sabe la
realidad sobre la vida del Presidente Electo, excepción hecha de la pequeña
“cúpula” de la alta dirigencia del “chavismo” que es la única que conoce,
realmente, cual es la verdad al respecto.
El 8 del pasado mes de diciembre, el entonces
Presidente de la República se dirigió al país todo, por radio y televisión,
para, en un acto de sorprendente sinceridad expuso ante todos los venezolanos
su preocupación por el riesgo que públicamente confesó en torno a su grave
enfermedad. Las palabras y la misma expresión de su rostro revelaron,
públicamente y con grandes dudas personales, el destino que podría esperarle.
Por esa razón --que seguramente
consideraba el Presidente Chávez como lo más probable-- se adelantó al futuro y decidió que el
candidato presidencial del su partido, el PSUV fuese el señor Maduro, hasta el
10 de enero Vice-Presidente de la República. El Presidente expresó, muy
claramente, que en caso de su ausencia definitiva por causa de su salud, fuese
Maduro candidato y el Presidente en ejercicio de la Asamblea Nacional se
encargara de la Presidencia de la República hasta que se realizaran las
elecciones previstas en el Artículo 233 de la vigente Constitución Nacional.
Sin embargo, ausente el Presidente Electo el
día 10 de enero del presente año, argucias con incompatibles mecanismos
contrarios a lo establecido en la Constitución determinaron que, tanto la
mayoría parlamentaria como el Tribunal Supremo de Justicia pasaran por alto lo
que determina el texto constitucional al respecto, de manera que el Presidente
Electo podría juramentarse como Presidente de la República en cualquier momento
cuando le fuera posible hacerlo y que se encargara de la conducción del
gobierno el ya ex Vice-Presidente de la República Nicolás Maduro.
Así hemos llegado al día de hoy, 27 de
febrero de 2013, sin que la República tenga un conductor legítimo y los
venezolanos ignoremos, casi todos excepto la “cúpula” limitada del PSUV, cuál
es la realidad de la vida del Presidente Electo el 7 de octubre de 2012; si se
recuperará o no de sus males y, ni siquiera, si vive o no, o si está en
Venezuela o no.
El ficticio e ilegal “presidente encargado”,
aparte de atropellar a venezolanos de todos los sectores, hace afirmaciones
sobre sus “visitas” al Presidente Electo cuyo verdadero paradero es un misterio
de fe comunista, al tiempo que cae en graves contradicciones con informaciones
que refieren por los medios de comunicación otros miembros de la referida
“cúpula”.
Venezuela se ha convertido en un caos en el
que reina la ingobernabilidad. Se ha realizado una devaluación de la moneda que
es ilegal en razón de la ausencia de un Presidente Constitucional y, tal caos se
está transformando en anarquía pues otros organismos del Estado también carecen
de competencia real para actuar en sus funciones y hasta Ministros, en estas
condiciones también ilegítimos, no acatan lo que el falso “presidente
encargado” les ordena, como parece ser
--si fuese ello cierto, que no me consta-- lo que se ha transmitido, por la redes, que
ocurrió con el Ministro de la Defensa.
¿Qué es lo que espera la susodicha “cúpula”?
¿Qué reviente en el país un conflicto grave entre tantas organizaciones,
trabajadores y empleados asfixiados por la gran carestía de la vida generada
por la ilegal devaluación?
El país está ante la grave perspectiva de que
el caos, que avanza, desate peores consecuencias como sería una guerra civil.
Por supuesto que no faltarán quienes irresponsablemente la propicien. De
producirse --quiera Dios que no-- lo que nos espera es una suerte de Pinochet
venezolano.
ppaulbello@gmail.com
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Todo lo que expone es absolutamente cierto, sin embargo, hoy se debe hablar con más claridad, me refiero a llamar a cada quién y cada cosa por su nombre.Le pregunto, ¿Sabrá Ud.decir cómo se llama o bajo qué régimen vivimos actualmente?, ¿Sabe Ud. decirme, quienes han permitido que ésto avance? y hoy por hoy ¿Qienes están permitiendo que se llegue a producir una guerra civil?
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