Los venezolanos no parecen haberse dado cuenta del mal que está condenado a muerte a Venezuela
Casos
emblemáticos el del Comisario Simonovis y la Jueza Afiuni
Cada día se ahonda más la confiscación de
derechos humanos fundamentales y la aplicación de medidas contradictorias a la
moral y, el respeto hacia la población de Venezuela, un país que se dice
democrático en el que existen presos políticos condenados injustamente a largos
años de prisión por crímenes que no cometieron, y en el que quedan encubiertos
aquellos cometidos por el régimen.
Es emblemático el caso del ex Secretario de
Seguridad de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, Comisario Iván Simonovis,
condenado injusta e inmoralmente a 30 años de prisión por los sucesos del 11 de
Abril de 2002, después de habérsele seguido tanto a él como a 10 compañeros de
la Policía Metropolitana de Caracas un juicio plagado de vicios y el más largo
de la historia judicial de Venezuela. Cabe recordar que los condenados por este
juicio, eses día solo cumplieron con su deber al tratar de impedir que la
marcha de protesta pacífica de una población que disentía del proyecto político
que Hugo Chávez trataba de imponer en Venezuela, llegara hasta el Palacio
Presidencial de Miraflores ya que no contaba con la autorización requerida. Esa
marcha fue luego masacrada por afectos al gobierno.
Simonovis lleva casi 9 años preso en un
calabozo mínimo, oscuro y solo se le permitía una pobrísima exposición al sol,
condiciones que le produjeron patologías de diversa índole que han mermado su
salud a tal punto que hasta un ejercicio menor podría ocasionarles graves
fracturas. La solicitud de una medida humanitaria a su favor motivada a la
causa mencionada, le fue denegada aduciendo que su estado no es terminal. Se
ordenó su traslado a otra cárcel situada en el estado Aragua en la cual
recibirá 2 horas diarias de exposición al sol y se permitirá la entrada de un
médico fisiatra que indique el tratamiento adecuado para su rehabilitación.
Esa cárcel no tiene médicos, por lo tanto es
la familia de Simonovis quien tiene que buscar el médico y pagarlo, y los
abogados avisar al tribunal para que a su vez la orden llegue a la cárcel a la
que fue trasladado el prisionero político, ubicada en el estado Aragua distante
a Caracas, ciudad en la que vive su familia, a la cual le será aún más difícil
trasladarse a visitarlo. De esta forma la “juez” le traspasa la recuperación de
Simonovis a su familia, aun cuando fue la “justicia” revolucionaria la causante
de los males que padece. La negativa a concederle la medida humanitaria
solicitada es considerada por Iván Simonovis el equivalente a una condena a
muerte y por la gente con principios como una muestra más de la sofisticada
crueldad del corrupto Poder Judicial venezolano (Fuente: El Universal,
23/02/13. Erika Guillén)
Otro
caso emblemático
La juez María de Lourdes Afiuni está privada
de su libertad desde diciembre 2009 por el mero hecho de haber cumplido con lo
que manda la ley, en el caso del banquero Eligio Cedeño a quien le dio la
libertad condicional que le correspondía.
El 21 de febrero, la Guardia Nacional que
custodia la residencia de Afiuni, quien tiene su casa por cárcel, tocó a la
puerta a las 8:30 a.m. para trasladarla directamente, sin notificación previa
al Palacio de Justicia. No fue sino hasta la 1.p.m. que la juez entraría en la
Sala de Audiencias para imponerle sobre su decisión “Negarle la revisión de
medidas cautelares” solicitada por su abogado defensor. También la juez que se
hizo esperar por tan largas horas le repitió a Afiuni que sigue bajo arresto
domiciliario, presentación ante el tribunal cada 15 días y prohibición de
hablar con los medios de comunicación. A lo que no se refirió la juez es al
significado que la tortura psicológica y la agresión emocional que tal negativa
implica para quien es prisionera del régimen y su familia. (El Universal,
21/02/13 Alicia De La Rosa)
Por si lo anterior no fuera suficiente
durante la noche de ese nefasto día, la juez Afiuni tuvo un cólico renal, que
requería traslado urgente a un hospital. Su hermano solicitaba la intervención
de un médico forense y un fiscal para lograr el necesario traslado. Los médicos
forenses y los fiscales confirmaron el diagnóstico y la necesidad de la
intervención de un médico nefrólogo. Sin embargo no fue sino hasta las 8:30 p.m
del día Viernes 22/02/13 que el Tribunal ordenó el traslado al hospital.
A las 10:30 p.m. una mujer médico forense
llegó al hospital y se negó a permitir la hospitalización de la Dra. Afiuni a
pesar de la intensidad de los dolores y sangramiento que padecía. Cabe cuestionar
que clase de juramento hipocrático fue el que hizo esa mujer que siendo médico,
y sabiendo lo que es un cólico renal no haya permitido que se hospitalizara
para darle la asistencia necesaria a un ser humano que está padeciendo dolor
terrible. ¿Será que cree que a ella o a una persona cercana a ella no le podría
suceder lo mismo? La maldad de esta médico no tiene límites.
¿Qué clase de gente es la que procede con
tanta infamia? ¿Qué le está sucediendo a un pueblo que parece haber perdido la
conciencia al permitir tanto sufrimiento?
Los venezolanos no parecen haberse dado
cuenta del mal que está condenado a muerte a Venezuela.
mechemon99@yahoo.co.uk
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Claro que nos damos cuenta, lo sufrimos día a día. Entiendo su impotencia, pero hoy por hoy, somos muchos los que estamos luchando por recuperar nuestros derechos.
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